“Montón de células”, “tejido”, “apenas un feto”: estas son expresiones comunes usadas por la personas favorables al aborto para describir al feto, con el fin de disminuir la humanidad de estas nuevas vidas. Sin embargo, el modo como las personas llaman a los fetos no es lo que los define, y está comprobado por la vida de un bebé. El verano de 2013, Walter Joshua Fretz nació con sólo 19 semanas de gestación. Vivió pocos instantes, pero su vida ha tenido un impacto duradero.
Los padres de Walter, Lexi y Joshua Fretz, madre y padre de dos niñas (que acogieron a su tercera hija, Mia, el pasado mes de septiembre), esperaban ansiosamente la llegada de su nuevo bebé, cuando, según el blog de Lexi, ella comenzó a sangrar.
Eso no era algo común para ella durante la gestación, pero cuando los sangrados se volvieron rosa, se quedó más preocupada y llamó a su comadrona, que le aconsejó ir a urgencias.
En urgencias, varias embarazadas llegaron después de ella y fueron llevadas directamente a la enfermería. Pero, puesto que Lexi aún no había completado las 20 semanas – tenía 19 semanas y 6 días – las normas del hospital requerían que permaneciera en urgencias.
Una hora más tarde aproximadamente, Lexi pudo oír los latidos del corazón de su bebé y se sintió aliviada, pero mientras esperaba la ecografía, comenzó a sentir los familiares dolores de parto. Casi cinco horas después de llegar al hospital dio a luz a su hijo, Walter Joshua Fretz.
Ella escribió:
“Yo estaba llorando mucho en ese momento, pero él era perfecto. Estaba completamente formado y todo estaba en su lugar, podía ver su corazón latiendo en su pequeño pecho. Joshua y yo lo sostuvimos y lloramos por él y miramos a nuestro hijo perfecto y pequeñito”.
La siguiente decisión de Joshua podría parecer natural e insignificante, pero terminaría volviéndose un punto de inflexión para muchas personas. Fue al coche a coger la cámara de Lexi para sacar fotos de su hijo. Al principio, eso no era lo que Lexi quería, pero las fotos de Walter luego se difundieron por todo Internet.
Las fotos llegaron a madres afligidas y las ayudaron en la pérdida de sus propios bebés, y se usaron para ayudar a mujeres a escoger la vida para sus hijos no nacidos.
Lexi recibió muchos mensajes positivos y compartió algunos, incluyendo los siguientes:
“Acabo de ver las imágenes de Walter… Estoy embarazada y en una situación muy mala esta semana. Hice la primera ecografía la semana pasada y él es un niño también. Pero, esta semana, comencé a rezar para que ocurriera un aborto espontáneo o para decidir acabar con el embarazo, ya que su padre está huyendo de toda responsabilidad. Le pedí hoy a Dios para que me mandara una señal de que estaríamos bien, o abortaría mañana. Unas horas después, vi el link en Facebook.Me puse a llorar. Pero lo más importante es que me hizo entender, sin ninguna duda, que no puedo hacerle eso a él”.
“Solía pensar que había razones para justificar algunos abortos. (…) Pero ahora, mirar a Walter, ahí, acostado en tu pecho, me hizo sentirme avergonzada por mis opiniones pasadas y me aflijo por cada mujer que decide abortar sin entender el valor de la vida que trae dentro de sí”.
“Siempre pensé que era una elección de la mujer interrumpir un embarazo. Una vez más, la falta de comprensión, pensar o mejor dicho, ser llevada a pensar que, en esta fase, una mujer podría abortar un feto (un conglomerado de células)… ¡Qué equivocada estaba! Estoy feliz porque has decidido compartir tu historia y las bellas fotos de ese momento tan triste de tu vida. ¡Me ha dado una gran lección!”.
“Estoy embarazada de 8 semanas y 3 de ellas he estado en profunda agonía, sin saber si continuaba o abortaba al bebé (no estoy en una buena situación para tener hijos en este momento), pero tú has puesto mi vida en perspectiva. Yo puedo amar a este bebé y “darle la vuelta” y eso me basta por ahora. Voy a mantener a este bebé que estoy cargando y cuidarlo para siempre
Estas fotos de Walter revelan la humanidad del bebé no nacido.Son prueba, sin sombra de duda, de que se trata de una persona, y no de una partícula o de un montón de tejido, lo que pone la cuestión: ¿Por qué es legalmente permitido acabar con la vida de un ser humano no nacido?
“Sólo porque el bebé en el vientre de su madre no puede ser visto por todos, no significa que sea un montón de células”, escribe Lexi. “Walter estaba perfectamente formado y era muy activo en el útero. Si él tuviera sólo unas semanas más, habría tenido la oportunidad de luchar en la vida. (…) En medio de todo nuestro dolor, estoy feliz porque algo bueno ha podido salir de esto. Rezo para que el Señor continúe usando las fotos de Walter para impactar a muchos”.