Los pecados capitales pueden definirse como aquellos de los cuales se ramifican los demás pecados del mundo. Es decir, los más graves que puede cometer una persona según las primeras enseñanzas del catolicismo y cristianismo.
Los de mayor conocimiento mundial son siete: lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y soberbia.
Acá te presentamos cuáles pecados capitales son más afines a cada signo del zodiaco. ¡Quedarás sorprendido!
Ira
Está regido por Marte, con lo cual los signos representados son Aries y Escorpio.
Las personas que en sus cartas natales tengan a Marte afligido astrológicamente presentan este defecto junto con crueldad e impaciencia. La habilidad de usar la agresión es también una valiosa herramienta de curación. Las personas enfadadas son, a menudo, sus peores enemigas.
Avaricia
Este pecado se rige por Saturno, por lo que recae en Capricornio y Acuario. La virtud correspondiente es el reconocimiento.
Pereza
Este pecado está regido por la Luna, con lo cual el signo dirigido por ella es Cáncer. Las personas que en sus cartas natales tengan a la Luna afligida astrológicamente presentan este defecto junto con la indolencia. La virtud correspondiente es la diligencia.
Soberbia
Este pecado está regido por el Sol, que representa al signo de Leo. Las personas que en sus cartas natales tengan al Sol afligido astrológicamente presentan este defecto junto con vanidad y arrogancia. La virtud correspondiente es la humildad.
Lujuria
Este pecado está regido por Venus, planeta que guia a Tauro y Libra. Las personas que en sus cartas natales tengan a Venus afligida astrológicamente presentan este defecto. La virtud correspondiente es la castidad.
Envidia
Este pecado está regido por Mercurio, que recae astrológicamente en son Géminis y Virgo. Estos signos presentan este defecto junto con la mentira. La virtud correspondiente es el agradecimiento.
Gula
Este pecado está regido por Júpiter, que a su vez rige a los nacidos bajo los signos de Sagitario y Piscis. La virtud correspondiente es saber frenar a tiempo, saber limitarse.
Fuente: www.nuevamujer.com