El deseo número uno en México es justicia. El grito número uno en México es justicia. La necesidad número uno en México es justicia.
Si todo parte, como nos han enseñado, de un principio de autoridad, entonces dispongamos y decidamos lo necesario para tener justicia.
Una nación sin justicia es como un gran conglomerado humano amorfo e impreciso. En una nación como la nuestra, con millones de depauperados, la justicia es vital y necesaria.
Pero ¿qué es la justicia? Los diccionarios jurídicos nos dicen que es la virtud de dar a cada quien lo que le corresponde o le pertenece de acuerdo a número, peso o medida; de ahí que hacer justicia a una persona es obrar en razón moral con ella, o tratarla según el mérito sin atender a otro motivo, especialmente cuando hay competencia o disputa.
Por supuesto, la idea de justicia lleva aparejada la del sentimiento humanista, la de la igualdad, la de la nobleza, la de la generosidad. Todos debemos ser tratados con el mismo rasero. En base a ello, si una regla debe regir para todos, nadie puede ni debe infringirla en beneficio propio y en perjuicio ajeno, porque la sabia advertencia evangélica no deja lugar a dudas: con la vara con la que midas serás medido.
La verdadera justicia exige de quien juzga honradez de conciencia y autoridad moral a prueba de todo; estricto conocimiento de lo que constituyen el Derecho y el espíritu de la ley. El hombre de leyes, el jurista, tienen pues un papel social decisivo en nuestros días. Es un elemento esencial en la construcción y funcionamiento del Estado moderno.
El individuo, el hogar, la familia, el trabajo, la educación, el bienestar, la seguridad deben estar protegidos por la ley y por la justicia. Pero pareciera hoy en día que ocurre exactamente lo contrario, es decir están desprotegidos por ambas.
Los acontecimientos que ocurren todos los días en todo el país han hecho que continuemos sorprendiéndonos; no hemos perdido aun nuestra capacidad de asombro.
Hoy, las instituciones encargadas de la seguridad pública, de la procuración de justicia y de la impartición de justicia, tienen muchísimo más que hacer para contener a una delincuencia voraz que se ha organizado mejor; pero además deben convencer de las bondades del sistema a una sociedad incrédula. La justicia es hoy la tarea número uno en todo el país.
Fuente: www.facebook.com