Puede que en su envase diga que es miel, pero en realidad es una sustancia impostora.
Todos hemos escuchado de los múltiples beneficios de la miel, pero ¿qué pasa si te dijeran que posiblemente no estás recibiendo ninguna de sus mejores propiedades? Una reciente investigación realizada por Vaughn Bryant, profesor en la Universidad de Texas A&M y uno de los mejores especialistas en palinología –una disciplina que estudia el polen y esporas– en EE.UU, descubrió que gran parte de las mieles comercializadas en supermercados y otros centros estaban alteradas.
Bryant analizó las muestras de 60 mieles de marcas distintas y de distintos estados de EE.UU proporcionadas por Food Safety News –quienes hicieron posible esta investigación– y tras analizarlas detectó que gran parte de ellas (alrededor de 3/4) no contenían ningún rastro de polen. Según cuenta Bryant, esto se debe a que las mieles fueron ultra filtradas y en el proceso perdieron todo su polen. En este procedimiento la miel es calentada, en ocasiones también aguada, y luego forzada a alta presión a pasar por diminutos filtros para eliminar el polen, que es lo único que permite que se pueda rastrear su lugar de origen. La razón por la que se hace esto es aún más oscura y se asocia con el mercado negro.
“No conozco a ningún productor de miel que querría hacer esto. Eliminar todo el polen sólo se puede lograr a través de una ultra filtración y este proceso de filtración no hace nada más que costar dinero y disminuir la calidad de la miel“, dice Mark Jensen, presidente de la Asociación Americana de Productores de Miel. “A mi juicio, es muy seguro asumir que esta miel ultra filtrada en las tiendas es China y es aún más posible asegurar que entró al país sin haber sido inspeccionada y violando las leyes federales”, agrega.
A lo que Jensen se refiere es que desde Asia se están comercializando mieles ultra filtradas para esconder su procedencia. Esto luego de que se descubriera que algunas de estas mieles contenían antibióticos ilegales y estaban contaminadas con metales pesados que podrían tener graves efectos sobre la salud, y también para borrar toda evidencia que delate que fueron producidas de forma ilegal, por ejemplo recolectando la miel de abejas cerca de una planta de carbón en China. Richard Adee, un apicultor que posee más de 80.000 colmenas concuerda con Jensen y señala que “la miel ha sido avalada por millones de años por su sabor y su valor nutricional y eso es precisamente lo que se pierde con el proceso de ultra filtrado. Sólo hay una razón por la que alguien haría eso a la miel y no hay nada bueno en eso”, señala. Según la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) de EE.UU cualquiera de estos productos que no contenga polen no podría considerarse como miel.
Fuente: www.upsocl.com