De la crisis ruso ucraniana y otras guerras fabricadas
(Jesús Quintanilla Osorio).
Leyendo las declaraciones de Putin sobre la situación de Ucrania y Rusia, y el papel de la prensa en este conflicto, recordé la impresionante cinta de Owen Wilson Sin escape , dónde Jack Dwyer, un hombre de negocios norteamericano, y su familia quedan atrapados justo en medio de un muy violento golpe de estado en un país del sudeste asiático, y deben buscar como salir de allí, pues corren peligro de muerte. El personaje icónico es Hammond, interpretado por Pierce Brosnan, un agente de la agencia central de inteligencia que, sin tapujos, les dice que toda esa situación fue orquestada desde Estados Unidos. Y es que Estados Unidos, siempre ha sido un país intervencionista y que busca sus propios intereses, a costa de los demás. Lo hizo en Corea y en Vietnam, para apoderarse de las zonas y controlar esas regiones para su beneficio, y en éste momento, cuando la popularidad de Biden está por debajo del 50 por ciento, y la inflación galopante domina el mercado norteamericano, mientras el conflicto racial los sacude, armar una guerra fuera de su continente, puede granjearle un próspero negocio, además de las armas, ganando posiciones. El peligro, es que Putin cuenta con el apoyo del gigante asiático, China, quien ya le expresó su apoyo a Rusia, y teniendo a la mayoría de los países de América en su bolsillo al otorgarles préstamos con fuertes implicaciones para que su inversión extranjera directa influya en las políticas de estos países, la suma de la ecuación favorece a los orientales. En caso de una escalada de las tendencias, ya no habría el apoyo de países como Brasil ( que ya tiene planes de unión con Rusia a través del Brics, criptomoneda de 5 países), y que tiene fuertes inversiones chinas.
El pretexto estadounidense para sumarse a través de la Otan a la guerra contra Rusia ya no contaría con la anuencia de países de su misma región, por los constantes abusos americanos que les han restado popularidad.
Pero lo peor, es que esta guerra mediática, parece ser una promoción de la prensa afín a los intereses occidentales, y no una crisis solamente de Europa del este y en particular de los rusos y los ucranianos.
Abogamos por una desescalada de las tensiones, y la búsqueda de la paz.