iltrafas de seres soñolientos se relajan encima de superficies en pleno proceso de descomposición corporativa, incapaces de concienciar la putrefacción que se extiende bajo sus cuerpos exhaustos de esperar esperanzas incumplidas, todos están aguardando el momento preciso de un final latente pero adormecido por las creencias conjuntas de que todo puede algún día cambiar.