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Su primera infancia transcurrió en Santiago de Cali (Valle del Cauca) conjuntamente con sus padres. Pasados los primeros seis años de edad y de brazo de su madre, sin tener aún conocimiento de lo que podía deparar el devenir, decidieron volver a la ciudad de sus añoranzas y vicisitudes (Ipiales). Su madre, Cecilia Chamorro Burbano, trabajó como docente en diferentes instituciones educativas de la ex-Provincia de Obando. Le enseñó a caminar por el sendero del conocimiento, la poesía y el arte y de ella aprendió la constancia, la honestidad, la cultura y diferentes características importantes para ser una mejor persona.
Después de haber transcurrido varios años de estudio en el colegio Champagnat y Pedagógico Militar de Pasto, Carlos se graduó como Maestro de Educación Primaria; un esfuerzo gratificante en el que, según sus palabras, aprendió que “en la niñez está nuestro porvenir y que cada mañana los niños y las niñas se levantan sin rencores, porque los dejaron atrás para continuar un nuevo día lleno de aventuras. Me enseñaron que en los pequeños detalles se encuentra la belleza del mundo, a caminar con la frente en alto, a abrazar la vida y llenarme de energía, a escuchar, llorar, reír y exteriorizar mis emociones con toda libertad”.
En busca de un mejoramiento académico, Carlos ingresa a la Universidad de Nariño, una de las más antiguas del país cuyo origen se remonta al año 1712, cuando los Jesuitas establecieron “El Colegio de la Compañía”. En dicha Universidad obtuvo el título de Licenciado en Educación - Área Ciencias Sociales-- en la década de los 80s, época en la cual se enfrenta a la rigidez de un currículo eurocentrista, emprende una lucha por una renovación que promueva un enfoque más autónomo, ajustado a los contextos sociales y políticos regionales. Recuerda que "La Universidad y sus actores fueros permeados en aquel momento por diferentes movimientos guerrilleros (M-19, Farc, ELN), también “por los encuentros y desencuentros, las tolerancias y enfrentamientos, los mítines y las protestas convertidas en una lucha constante para mejorar el discurso pedagógico y curricular de la universidad”, como Carlos lo describe.
Entre 1982 y 1984, ocupó el cargo de Tesorero en el Sindicato del Magisterio de Nariño (SIMANA), en ese entonces bajo la presidencia del dirigente Raúl Delgado Guerrero. Durante su tiempo en esta función, se enfocó en la defensa de los derechos de los maestros y maestras, con un fuerte compromiso hacia la equidad de género y la dignificación de la profesión docente. En conjunto con otros líderes sindicales, promovió una visión pedagógica que buscaba formar estudiantes críticos y capaces de transformar la sociedad, utilizando como base la pedagogía del amor.
Carlos Castro y sus colegas trabajaron para combatir la sumisión derivada de la riqueza, la corrupción y el miedo, enfatizando la importancia de educar en valores como la verdad, la belleza y la bondad. Inspirado por pensadores como el filósofo Byung-Chul Han, reconoció que el miedo no crea comunidad y que la verdadera esperanza es el motor de cualquier cambio revolucionario.
Como Especialista en Estudios Latinoamericanos en Educación e Investigación, tuvo la oportunidad de integrarse a la Red Latinoamericana de Educación y al Centro de Estudios e Investigaciones Latinoamericanas (CEILAT), donde formó parte de la línea de investigación "Universidad de Nariño: Historia, Educación y Desarrollo," dirigida por el Dr. Gerardo León Guerrero Vinueza, reconocida por Colciencias en la categoría B del escalafón nacional. Su gran interés por la historia nariñense lo llevó a explorar las complejas interacciones entre la educación y el desarrollo social en la región, así como a entender el impacto de contextos históricos en la formación de identidades locales. A partir de esta vinculación, surgieron diversas publicaciones en las que colaboró tanto como autor como coautor.
Entre sus trabajos destacados se encuentra el artículo "Aspectos Fundamentales del Desarrollo de la Educación en Colombia 1903-1930," publicado en 1998 en la Revista de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Nariño. Ese mismo año, también publicó "Universidad y Vida Cotidiana" en la revista Apuntes para la Historia de la Universidad de Nariño.
Carlos fue docente hora cátedra en el Postgrado de Estudios e Investigaciones Latinoamericanas de la Universidad de Nariño entre 1998 y 2000 y trabajó como investigador en el Archivo Histórico de Pasto durante el mismo periodo. “Esta entidad abierta promueve el conocimiento, custodia el legado documental y contribuye a la difusión del patrimonio histórico, impulsando la investigación histórica y científica”, describe Carlos. Durante este periodo, publicó el “Catálogo e Indización de la Documentación de Historia Regional Nariñense - Período 1858-1859” con el Fondo Cabildo de Pasto.
Reflexionando sobre la importancia de los archivos, Carlos afirma: “Pienso que si no hay archivos no hay transparencia ya que ellos son el patrimonio de la humanidad, sin ellos no tendríamos ni pasado ni futuro. Allí se descubre la conciencia de los pueblos la niebla interminable de una comunidad, los hijos sin tierra y hogar, los padres que no contaron un cuento antes de dormir. Es el latir de la memoria que está presente en aquellos rincones y en aquellas palabras escritas que perduran en el tiempo y se recuperan con la voz de las personas preocupadas por manifestar la importancia de las fuentes primarias como base de toda investigación histórica y científica. Reiteramos que ‘el que no conoce la historia está condenado a repetirla’ (Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás (1863-1952)”.
Como parte del grupo de investigación CEILAT y la Universidad de Nariño, y con el deseo de seguir investigando sobre la historia de la educación en el sur de Colombia, colaboró con el Dr. Gerardo León Guerrero Vinueza y la Dra. Norby Margoth Andrade Álvarez en la obra “Educación y Política en el Régimen de Liberalismo Radical en el Sur del Estado Soberano del Cauca 1863-1880”, publicada en 2000. Asimismo, para resaltar la contribución de figuras clave en la construcción intelectual de la Universidad de Nariño, publicó “Biografía de Benjamín Belalcázar” en la obra “Personajes Importantes en la Historia de la Universidad de Nariño”, lanzada en 2006, donde se reconoce la labor de Belalcázar como primer Rector de la universidad.
Fue columnista del periódico “El Otro” bajo la dirección del fallecido periodista y sociólogo Ramiro Egas Villota. Entre 2015 y 2018, se dedicó a publicar artículos descriptivos que abordaban temas históricos y aspectos de la vida cotidiana de la ciudad de San Juan de Pasto. En la actualidad dirige el programa cultural “Abriendo Caminos CTV”, que desde el 2010 se ha dedicado a resaltar los valores culturales de la región Nariñense. Gracias a su destacada labor, ha recibido tres premios Correo del Sur como mejor programa del departamento de Nariño, además una placa conmemorativa que celebra una década de trabajo y promoción cultural, otorgada también por Correo del Sur.