Con esta página queremos animarlo para que entienda que los comentarios negativos de quien le rodee no pueden desanimarlo. Más allá de que quieran menospreciarlo, usted vale mucho
Hay gente que por envidia, por un alto grado de inseguridad o quién sabe por qué ‘tara’, quiere debilitarlo a usted con una fea actitud. Alguien así se la pasa menospreciándolo e irradiando esa energía negativa que le caracteriza.
De manera desafortunada este tipo de persona abunda en estos tiempos.
En el lenguaje popular algunos suelen tildar a ese individuo como el ‘mala leche’. Yo prefiero ver a ese ser de otra manera, entre otras cosas, porque siento que alguien así no es que esté ‘en contra suya’, sino que en medio de su confusión aspira a que los demás le tengan ‘consideración’. ¡Pobre de él, porque solo despierta lástima y desprecio!
¡Mucho cuidado! Por ningún motivo usted tiene por qué soportar tal derroche de frustración.
Y lo digo porque si usted permite que ese inconforme le invada su espacio y lo ‘achicopale’, poco a poco comenzará a manipularlo al punto de que logrará bajarle la autoestima.
¿Por qué hay compañeros de trabajo, familiares o conocidos que se comportan de semejante forma?
Tal vez porque consideran que descalificándolo podrían conseguir lo que quieren y, de paso, se sienten ‘superiores’ a usted y a los demás.
Si por alguna razón se ve inmerso en un escenario de esa índole, ya sea en su oficina o en su grupo social, permítase alcanzar una distancia prudencial y pase el menor tiempo posible con ese ser indeseable.
¡Es claro que no se trata de huir! El consejo le apunta a tomar un respiro, a dedicarse a cosas más serenas y a dejar que el amargado viva su crisis él solo, sin afectarlo.
La indiferencia podría ser suficiente como para que esa persona odiosa entienda, de una vez por todas, que usted merece respeto.
Si, por el contrario, ‘Don Frustrado’ continúa con sus recriminaciones, debe considerar la posibilidad de blindarse más y, por supuesto, descartarlo definitivamente de su agenda.
Su mente es el campo magnético que, de una manera fácil, espanta cualquier cosa tóxica que ronde en su entorno.
Ahora bien, sembrar semillas positivas, dar un buen ejemplo, seguir adelante con su cotidianidad y no desprenderse de sus metas suelen ser estrategias válidas para que la gente amargada se le aleje por sí sola.
La verdad es que jamás le puede dar el lujo a ese individuo de que lo vea a usted derrotado o enojado. No le permita, desde ningún punto de vista, semejante ‘privilegio’.
¡Que nada lo turbe y que nada lo distraiga!
Debo precisar que esta reflexión le caería muy bien a tanto ‘criticón’ que hay por ahí en nuestro medio y, en general, a esas personas que se acostumbran a llamar la atención con sus particulares opiniones despectivas hacia los demás.
Esos frustrados ni siquiera son capaces de responsabilizarse de sus tareas y optan por el camino más fácil: ¡Quejarse por cualquier bobada!
Como si fuera poco, terminan echándoles la culpa a los demás de sus propias limitaciones.
Fuente: www.vanguardia.com