Incluye estas expresiones en tu vocabulario para que le demuestres a tu consumidor lo importante que es para ti y tu negocio.
Es bueno establecer las guías para el servicio al cliente, pero necesitas poner esos principios en acción con todo lo que hagas y digas. Hay ciertas “palabras mágicas” que los consumidores quieren escuchar. Asegúrate de que tus empleados entiendan la importancia de estas palabras clave:
“¿Cómo puedo ayudarlo?”. Los consumidores quieren tener la oportunidad de explicar a detalle lo que quieren y necesitan. Muchas veces los dueños del negocio sienten el deseo u obligación de adivinar lo que las personas necesitan en lugar de escucharlas atentamente. Al hacer esta pregunta, comenzarás el diálogo de forma positiva.
“Puedo resolver ese problema”. La mayoría de los consumidores, especialmente los B2B, buscan comprar soluciones. Aprecian las respuestas directas en un lenguaje que puedan entender.
“No lo sé, pero puedo averiguarlo”. Cuando te enfrentes con una pregunta realmente difícil tendrás que investigar un poco. Pocas cosas pueden arruinar tu credibilidad más rápido que tratar de responder una pegunta cuando no estás seguro de los hechos. Una respuesta honesta fortalece tu integridad.
“Yo asumiré la responsabilidad”. Dile a tu cliente que sabes que es tu obligación su satisfacción con el resultado de la transacción. Asegúrale que entiendes lo que debe esperar y que entregarás el producto o servicio al precio acordado. No habrá gastos extras o cambios para resolver el problema.
“Lo mantendré al tanto”.
No importa qué negocio tengas, siempre se necesitan coordinar y programar numerosos eventos. Asegúrales a tus clientes que estarán informados sobre éstos. Los vendedores en los que el cliente confía más son los que los mantienen al tanto de la situación, ya sean buenas o malas noticias. Dales seguimiento.
“Entregaré todo a tiempo”. Una fecha límite de entrega es una promesa que debe cumplirse. “Lo entregaré pronto” no cuenta.
“Lunes significa lunes”. Aunque venga un día feriado, tus clientes están esperando que les entregues las cosas a tiempo. El proveedor que cumple con esta promesa es poco común, pero es recordado.
“Será exactamente lo que ordenó”. No será “similar a” y no será “mejor que” lo que pidió la persona. Será exactamente lo que quiere. Aunque creas que un sustituto lo hará más feliz, ese es un tema a discusión, no algo que tú puedas decidir solo.
“Apreciamos que haya hecho negocios con nosotros”. Esto significa más que un simple “gracias por su compra”. La apreciación genuina involucra hacer llamadas de seguimiento, ofrecer respuestas a las preguntas, asegurarse de que todo esté saliendo bien y de que el problema original haya quedado resuelto.
Negarse a cualquiera de estos pasos dará la impresión de que estuviste interesado en la persona hasta que se realizó la venta. Esto deja al comprador sintiéndose engañado y usado y le da mala publicidad a tu negocio. Probar realmente que te importa tu cliente te lleva a buenas recomendaciones y repite las ventas.
Departamento de quejas
Los estudios demuestran que la mayoría de los clientes insatisfechos nunca te dirá que lo están. Simplemente se irán en silencio y les dirán a todos que no harán negocios contigo. Así que cuando un cliente se queje, no lo veas como una molestia, sino como una oportunidad de oro para cambiar su forma de pensar y hacer que se quede ahí.
Hasta el mejor producto o servicio tiene quejas o problemas de vez en cuando. Aquí esta una solución para tener resultados positivos:
- Deja que los clientes ventilen sus sentimientos. Motívalos para que saquen sus frustraciones.
- Nunca discutas con ellos.
- Nunca les digas “no veo que tenga un problema”. Esas son frases que provocan peleas.
- Comparte tu puntos de vista lo mas cortés posible.
- Hazte responsable del problema. No pongas excusas. Si un empleado estaba enfermo o un proveedor te quedó mal, ese no es el problema del cliente.
- Toma acción inmediatamente para resolver una situación. Prometer una solución y luego retrasarte hace las cosas peores.
- Da poder a tus empleados para que puedan resolver las quejas. Dales permiso para que (cuando sea necesario) rompan las reglas. Si no te sientes cómodo haciendo esto, asegúrate de tener un gerente que se haga cargo de la situación.
- Imagínate que tú eres el que se está quejando. ¿Cómo te gustaría que se manejara la situación?
Fuente: www.soyentrepreneur.com