Autoría: Moré, Rubén Buelvas
"Y para expiar su culpa traerá al Eterno un carnero sin defecto, tomado del rebaño, tasado por el sacerdote, para el sacrificio de la expiación. Y el sacerdote hará expiación por él ante el Eterno, y se le perdonará cualquier pecado que haya cometido". Lev 6:7
El sistema de sacrificios descritos en el libro de Vayikra, nos revelan que El Eterno conocía nuestra débil naturaleza, él sabía que caeríamos constantemente, por eso los sacerdotes no cesaban ni un solo día en presentar los sacrificios, ¡incluso en shabat!, él sabía que aun los más fuertes podían caer y no una, ni dos sino aún más como dice: “Un tzadik (justo) cae siete veces y se levanta” (Proverbios 24:16).
En cierta ocasión el Rav Nóaj Weinberg dijo: “La clave para convertirse en alguien exitoso es precisamente el acto de fallar y levantarse”.
Se cuenta que: un joven patinador, que competiría en los Juegos Olímpicos, comenzó su rutina de entrenamientos, mientras su entrenador lo observaba le dijo: "Si no fallas mientras prácticas, no estas aprendiendo lo suficiente como para ser un verdadero campeón". Todas las personas que hacen, algún deporte o disciplina, caen frecuentemente, pero si son verdaderos campeones entonces van a levantarse de nuevo, a no ser que no quieran o no puedan levantarse. La Biblia dice: “El Señor sostiene a todos los que caen y levanta a todos los oprimidos” (Salmo 145: 14) Di-s nos ayudará cuando caemos, él no es un policía que esta con un bate en la mano, esperando que caigas para caerte a batazos, No, la biblia nos dice que “Di-s es amor”.
Si andamos en los caminos de Di-s, pero fallamos en alguna parte de nuestra vida, Di-s estará allí para ayudarnos el salmista dice: “El Eterno afirma los pasos del hombre bueno, y aprueba su camino. Aunque caiga, no quedará postrado, porque el Eterno sostiene su mano”. (Sal 37:23-24) El fracaso no se limita a sólo unos pocos, todos los hombres y las mujeres fracasamos alguna vez en nuestras vidas, pero el Eterno es consciente de nuestras debilidades inherentes. Los hombres que a veces vemos tan fuertes en la fe, y que pensamos que no pueden caer, son tan susceptibles de fallar como sus compañeros más débiles, y a menudo fracasan de manera más espantosa. No debemos tener un exceso de confianza que no vamos a fallar, ya que este es probablemente el momento en que lo haremos! De allí el consejo de Rab Shaul (el apóstol Pablo) quien nos dice: “Así que, si usted piensa que está firme, tenga cuidado de que no caiga” (1 Corintios.10: 12).
La definición de pecado es, “fracasar en cumplir la Tora”, eso significa que no estamos dando en el blanco, tal vez porque estamos mal enfocados o distraídos y por lo tanto necesitamos auto examinarnos a nosotros mismos para ver que está pasando.
Puede ser que estamos descuidando nuestra relación con Di-s, y estamos confiando en nuestras propias fuerzas lo que nos ha llevado a, apartamos del camino. Entonces tenemos que hacer teshuvá, volver al lugar donde estábamos al principio, tal como dice: Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, (Lucas 15:18).
Ya que tenemos la garantía de nuestro Abba Kadosh (padre santo), que si vamos a él arrepentidos, aunque con nuestra vida vuelta pedazos, pero con un corazón contrito y humillado, él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad, pero no porque nosotros tengamos algún mérito, sino por los méritos de aquel Korbán, que fue inmolado por nosotros en el madero, es a saber, Yeshua Ha-Mashiaj. Levantémonos pues y volvamos a él, y pidamos al Eterno envié a Mashiaj pronto y en nuestros días. Shalom para todos.