En el proceso de crecimiento y aprendizaje de tu hijo, las primeras palabras son todo un acontecimiento: “mamá” o “papá” son algunas de sus primeras palabras, y un momento inolvidable para los padres. Este proceso lleva su tiempo y su maduración, pero hay veces en que, sin saberlo, se cometen errores que lo ralentizan aún más.
La mejor forma de estimular al pequeño a hablar es rodearlo de palabras, de frases, de canciones, de cuentos. No hay que olvidar que los niños imitan todo el tiempo, y también lo irán haciendo con las palabras que escuchen. Te contamos algunos comportamientos frecuentes que, en realidad, no los ayudan mucho en el desarrollo del lenguaje.
Una vez ya iniciado en el lenguaje, no le des al niño lo que desea antes de que lo pida, de lo contrario, no se esforzará por hablar. Si hay algo que pide y no sabe cómo se llama, entonces sí se le alcanzará indicándole su nombre, de modo tal que irá ampliando su vocabulario.
No realices comparaciones con sus hermanos o con otros pequeños de su edad. Cada uno tiene su ritmo y no será productivo para su desarrollo el hacer este tipo de comparaciones, al contrario, él entiende y lo puede hacer sentir mal.
No te conviertas en su portavoz: otro error frecuente de los padres es el pasar a ser la voz de sus pequeños. No te anticipes, déjalo que él vaya hablando, a su modo, como pueda, pero que lo vaya intentando. Dale su tiempo para responder las preguntas que puedan hacerle. Si no se le deja hablar, pensará que no es importante o que no tiene por qué hacerlo. De este modo, no solo se entorpecería su desarrollo lingüístico sino también su sociabilización.
No utilices diminutivos ni palabras inventadas. Esto no significa que no podemos utilizar diminutivos o apelativos cariñosos para personas queridas o mascotas, pero deberían saber también su verdadero nombre. El uso de abreviaturas o acortamientos es normal sobre todo en las primeras etapas del desarrollo lingüístico. Habrá que tener cuidado con esto y hablar como corresponde, seguramente a ellos no les saldrá la palabra entera al principio, pero a los padres sí.
Si bien está bien alentar cada logro, no hay que forzarlos a repetirlos continuamente, ya que podría ser contraproducente.
No dejes que tu hijo “hable solo” o escuche solo: la comunicación ha de ser bidireccional, un vídeo puede estar bien para un rato, pero viendo dibujos en la televisión o en el ordenador no se aprende a hablar.
No te enojes con él ni te pongas nervioso si el niño, cuando ya haya ampliado algo su vocabulario y empiece a construir sus primeras frases, no pronuncia bien alguna palabra o si comete errores. Es fundamental el apoyo de sus padres para que siga aprendiendo y mejorando cada día.
No lo olvides, como cualquier otra habilidad humana, el lenguaje necesita su tiempo, cada niño tiene su ritmo y lo que más le animará a servirse de las palabras es escucharlas y explorar su mundo a través de ellas
Fuente: www.nosotras.com