Mucho seguro has oido hablar de este tipo de aceite, que llegó al mercado como ingrediente de varios productos, y que numerosos estudios han demostrado sus efectos nocivos en la salud.
¿Es tan peligroso el aceite de palma? Si, así lo creo y así lo vengo denunciando hace tiempo, muchos meses e incluso años antes de que saltase la actual alarma en relación a los productos elaborados con este producto.
Vengo hablando sobre ello desde un punto de vista nutricional en concreto y en torno a sus repercusiones sobre la salud global en general. No se trata de que nos vayamos a envenenar de forma inmediata por comer un bollo o por tomar un helado elaborado con este aceite, sino de sus repercusiones a medio y largo plazo sobre el organismo.
Pero, además, atención, porque poco se habla de esto, pero la producción masiva de este aceite está suponiendo un daño medioambiental de gran magnitud. El consumo abusivo de la palma está acabando con el hábitat de algunos animales y tribus que habitan en rincones exóticos del planeta. Me refiero sobre todo a Indonesia y Malasia.
Se calcula que en la plantación del árbol de palma se ocupa cada hora la extensión similar a unos 300 campos de fútbol. Por supuesto, sobra decir que cualquier cambio en un hábitat natural modifica la cadena alimenticia y supone un riesgo añadido de cambio climático.
En cuanto a sus riesgos asociados al consumo, lo más destacable es que ya se ha demostrado y se ha publicado en diferentes estudios que incrementa los niveles del colesterol malo. Al tratarse de una grasa saturada contribuye a la formación de esta substancia que obstruye las arterias y supone un grave riesgo para la salud cardiovascular. También, claro, es un factor asociado a la obesidad, sobre todo la de los más pequeños.
El aceite de palma se encuentra en algunos tipos de pan, la bollería industrial, el chocolate, las galletas, algunos aperitivos salados, helados, dulces, fritos, congelados, y otros productos que, en general, son de consumo secundario. Quiero decir que no son necesarios para la supervivencia, y que por lo tanto, podemos prescindir de ellos en la lista de la compra.
El motivo por el que se utiliza es su precio barato. Nada que ver con otros aceites más saludables, como el de oliva. Muchas veces no sabremos que lo estamos consumiendo porque se enmascara en el etiquetado bajo diferentes denominaciones como “aceite vegetal” o “palmera”. Además, un riesgo añadido es su elaboración para el consumo, ya que se oxida, un eslabón del proceso industrial malo para la salud.
Por último fijaos también en la cantidad de productos de belleza y del hogar en los que podemos encontrar aceite de palma. Aunque sus efectos en estos productos no se han demostrado es mejor prevenir.
Autor: Ata Pouramini
Fuente: www.nosotras.com