La soledad del desierto sobrecoge y más para un niño de cuatro años que huye de la guerra. El pequeño Marwan llegó solo, sin sus padres, a la frontera siria con Jordania, portando algunas pertenencias en una bolsa de plástico que casi pesa más que él. El equipo de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) le atendió nada más cruzar las 'puertas' del desierto, ayer domingo, cuando también cruzaron decenas de personas en un éxodo que desgarra Siria cada día.
El responsable de ACNUR en Jordania, Andrew Harper difundió la imagen de Marwan en Twitter, que ha dado la vuelta al mundo. Parece que al final, Marwan pudo reunirse con su familia, que en la confusión de la huida, le había perdido. El niño siguió adelante sin ellos y finalmente, consiguió llegar a donde estaba la ayuda.
El caso de Marwan no es aislado. Cada día llegan a Jordania y Líbano niños sin padres procedentes de Siria. A finales de 2013, ACNUR había registrado 1.320 menores no acompañados en Jordania y 2.440 en el Líbano. "Sus padres pueden estar muertos o detenidos, o bien han enviado a sus niños solos al exilio porque no tienen dinero para pagar la travesía o porque ellos no pueden salir. Otros niños se pierden en la confusión de la huida", cuenta María Jesús Vega, portavoz de ACNUR España.
"También suelen llegar familias encabezadas por menores, por niños de entre 12 y 15 años, acompañando a sus hermanos pequeños", añade Vega. "Estos niños son especialmente vulnerables, necesitan atención especializada", precisa. ACNUR los registra, identifica y les busca una familia de acogida. "Muchos terminan reunificándose con sus familias", explica la portavoz de ACNUR. Gracias a la tecnología, con ayuda de los teléfonos móviles y las bases de datos, por medio de las que se difunden sus fotos, niños como Marwan no desaparecen.
Fuente: www.elmundo.es