Meriam Yehya Ibrahim, médica de 27 años condenada a muerte en Sudán acusada de haberse convertido del Islam al cristianismo, dio a luz a una niña hoy, dentro de una clínica de la prisión en la que se encuentra recluida.
La joven sudanesa fue condenada a muerte por supuestamente renunciar al Islam, a pesar de que ella asegura siempre haber sido cristiana.
Además, en base a la ley islámica, la corte también la sentenció a 100 latigazos por el delito de adulterio, pues su matrimonio con el cristiano Daniel Wani, un bioquímico natural de Sudán del Sur nacionalizado estadounidense, no es reconocido por la ley del Islam.
Tras ser advertida por un religioso musulmán del peligro para su vida y luego de habérsele ofrecido volver al Islam, Meriam aseguró que "soy cristiana y seguiré siendo cristiana".
Según informó el abogado de Meriam, Mohaned Mustafa Elnour, al diario británico The Daily Mail, la bebé se encuentra saludable, y señaló que su nacimiento “es algo de buenas noticias en lo que ha sido un terrible martirio para Meriam”.
“Estoy planeando visitarla con su esposo Daniel hoy más tarde. Pienso que van a llamar a la bebé Maya”.
A pesar de que un juez islámico dijo que se la podría exonerar de la pena de muerte si públicamente renuncia a su fe y retorna al Islam, en una visita realizada por Daniel a Meriam en la prisión, ella le dijo que “si quieren ejecutarme, entonces deberían seguir y hacerlo, porque no voy a cambiar mi fe”.
Meriam asegura que siempre ha sido cristiana, por lo que le dijo a Daniel que no puede “pretender ser musulmana” solo para salvar su vida.
“Me rehúso a cambiar. No voy a renunciar al cristianismo solo para que pueda vivir. Sé que podría seguir viva convirtiéndome en musulmana y sería capaz de velar por nuestra familia, pero necesito ser honesta conmigo misma”.
Entrevistado por el medio británico en su modesta casa en Jartum, capital de Sudán, Daniel aseguró que su esposa “es muy, muy fuerte. Ella es más fuerte que yo”.
“Cuando la sentenciaron a muerte, me quebré y las lágrimas corrían desde mis ojos. Nuestros abogados me pasaban pañuelos. Pero ella permaneció fuerte”, recordó.
“Ella no se acobardó cuando fue sentenciada. Fue increíble de ver, particularmente porque ella es quien enfrenta la pena de muerte”.
Cuando arrestaron a Meriam, en septiembre de 2013, Daniel se encontraba en Jartum en trámites para que tanto como su esposa como su hijo Martin, de casi dos años, vivieran con él en Estados Unidos.
Desde febrero de este año, Meriam se encuentra encarcelada en la Prisión Federal de Mujeres de Omdurman, al norte de la ciudad, junto a su hijo Martin. Las autoridades se han negado a entregar al niño a su padre, pues aseguran que el pequeño también es musulmán.
En la prisión, considerada por diversas organizaciones como sobrepoblada y con deficiente saneamiento, Meriam permanece la mayor parte del tiempo encadenada con grilletes al piso, y recibe una mala alimentación. En varias ocasiones ella y Martin se han enfermado.
Daniel Wani denunció que las autoridades musulmanas dicen “que el matrimonio es nulo. Ahora ni siquiera mi esposa es más mi esposa. Y mi hijo no es mío y mi nueva hija no es mía. Dicen que soy un extranjero para ellos”.
“Sé que mi esposa pone un rostro valiente, pero puedo decir que ella tiene bastante dolor. No se le ha dejado salir de ese cuarto en semanas”, dijo.
La sentencia de muerte por ahorcamiento para Meriam ha sido pospuesta hasta que se recupere del parto y destete a la bebé. Sin embargo, la presión para que la corte mantenga su veredicto es fuerte en la opinión pública en Sudán.
El abogado Mohaned Mustafa Elnour señaló que seguirá con el caso de Meriam, si es necesario hasta la Corte Suprema de Sudán, pero indicó que incluso si Meriam fuera liberada, no podría seguir viviendo en Sudán, pues “simplemente no sería seguro”.
“Hay muchos musulmanes que están muy molestos con esta situación y dicen que si la corte no la mata, entonces ellos lo harán cuando sea liberada”.
El caso contra Meriam se sustenta en dos hombres que aseguran ser sus hermanos, y una mujer que dice ser su madre. Ellos dijeron ante la corte que ella desapareció de su hogar y luego descubrieron que vivía en Jartum, casada con un cristiano.
El abogado de la joven señaló que se ha probado que los tres testigos están mintiendo, pues la evidencia que presentaron en la corte está llena de contradicciones.
“Podemos probar que la madre de Meriam murió en 2012, y que los dos hermanos son definitivamente impostores. Pero la corte no está interesada en nuestra evidencia”, lamentó.
A través de la plataforma internacional CitizenGO se ha organizado un pedido de liberación para Meriam, que ya suma más de 175 mil firmas. Para poder sumarse a este pedido, puede ingresar a:
http://www.citizengo.org/es/7539-liberen-meriam
Fuente: www.aciprensa.com