Y así otro día en el metro por la mañana, el aire encerrado golpea la cara cuando llega el monstruo que viaja bajo tierra, se abren las puertas, sale un mar de gente, las chicas se abren para dejar salir pero a la vez se arremolinan por entrar esperando encontrar asiento, generalmente sin éxito, una mirada general y sin tanto escrutinio se nota algo chistoso pero a la vez triste, algunas leen, otras juegan en sus smartphones, otras doblan repetidamente la rodilla como esperando que se acelere todo porque seguramente van tarde, y muchas, casi todas duermen (o eso intentan) sentadas, recargadas, paradas en equilibrio, cierran los ojos rumbo al trabajo, tratando de recuperar los minutos más mínimos de descanso que obviamente no tienen, porque tienen que trabajar para sobrevivir, porque la competencia diaria es tan fuerte que mientras más temprano llegas a tu trabajo y más tarde te vas, eres mejor empleada, y tu cuerpo ya débil porque no puede con ese ritmo de vida, te dice....al menos en el viaje a tu trabajo dame descanso, cierra los ojos, imagina que duermes, imagina.... porque tu cuerpo y tu mente saben y están alerta y automáticamente vuelven a despertar justo donde te tienes que bajar para ir a trabajar por unos pesos para tí, tienes que ir a trabajar en los sueños y ambiciones de otros porque es la única manera de vivir en la ciudad, al menos para los que no tenemos una herencia, o un negocio, o que nos ha costado tanto que ni ahorrar podemos porque ya lo que nos van a pagar de quincena lo tenemos comprometido en una renta, en alimento, en transporte, y si logras salvar algo seguramente lo utilizarás doctor porque tanto emocionalmente como físicamente estás consumida y tu vehículo empieza a fallar, y luego el otro poquito si es que te alcanza, es para llenar esos espacios emocionales y de cansancio con vicios....comida, bebida, cigarro, drogas,.....eso si no tienes hijos, porque esas son otras historias, en las que ellas van dormidas en el metro con una pequeña(o) en los brazos, en las piernas, o recargados uno en el otro "durmiendo" mientras llegan a la estación destino y tienen que despertar para correr, llegar a la guardería, a la escuela, y luego de ahí tarde al trabajo.........Todas en ambos casos nos miramos, todas con la misma expresión en la cara, sin hablar, pero diciendo....si, yo también quería quedarme en la cama, quería pasar los días con mi bebé...., si, yo tampoco quiero ir a trabajar, pero no sé cómo hacerla de otra manera, si, yo también quiero DESPERTAR........
Nos miramos y estamos tan hartas que hasta entre nosotras nos agredimos, nos aferramos hasta a un lugar paradas y no nos movemos para dejar pasar, no compartimos el espacio, no nos gusta tocarnos cuando hay espacio, te tocan y haces como si te hubieran quemado o embarrado caca, eso cuando hay espacio en el metro, pero cuando no, entra la resignación de que entres a presión al vagón poque viene lleno y llegarás tarde al trabajo "valioso trabajo", te partes la madre para entrar al vagón y esperas que se libera aunque sea un poco la presión, nos miramos ahora tan cerca que no puedes ponerte exigente y pedir distancia, porque no puedes ni mover los brazos, nos tocamos involuntariamente, obligatoriamente, resignadamente, hasta que se vuelve a liberar el espacio, somos amables a veces solamente "porque está bien" porque es una viejita, porque es una embarazada, no porque veo el cansancio en ti y yo me bajo en dos estaciones más, y a veces solo lo hacemos por ego y por dar "el ejemplo", está bien, así se empieza, hasta que realmente lo hacemos en consciencia, porque tu corazón siente bonito haber dado algo por alguien más, aunque sea un asiento en el metro.............. te toca bajarte, sales corriendo porque seguramente vas tarde, porque tu cuerpo ya no responde a la primera alarma y esperas hasta los últimos 5 minutos para meterte a bañar, no desayunas para tener más minutos de sueño y aún así necesitas descansar, así que vas tarde y corres, pero ya es diario, ya acostumbraste a tu cuerpo a correr, ya acostumbraste a tu cuerpo a desvielarse, a comer "cualquier cosa de camino", y aguantar a la hora de la comida, que debe ser rápido y barato también......
De todo esto hay algo que puede cambiar, tú misma......yo lo he hecho, he dejado mis aprehensiones, he dejado de enmimismarme y he volteado a ver a otras, he volteado a mirar a mis hermanas, he mirado..... y como te miro eres mi reflejo, como te siento me siento, y al sentirte te comprendo y puedo ser otra contigo, conmigo, cambié mi conducta, te empatizo y me empatizo contigo, comparto mi ser, te sonrío, no importa que tú no te atrevas a sonreirme, porque eso nos han enseñado, "cada quien con sus propias uñas", nos han enseñado a partirnos la madre entre nosotras , nos han enseñado a ver por nosotros y sobre otros, por eso entiendo que no me sonrías, o incluso que sigas siendo agresiva, competitiva hasta por un espacio en un vagón del metro, comprendo que cuesta desaprender, pero comprendo también que si yo lo logré, puedo contagiarlo, así que seguiré tratándote como mi hermana, seguiré sonriéndote, seguiré propagándote mi amabilidad, seguiré contrarrestando lo que nos han enseñado a ser entre nosotras, porque ya vi que si es contagioso, así como las enfermedades, el enojo, la ira, la competencia, todavía es mucho más poderoso el amor, y se propaga muy fácilmente, creo que vamos en buen camino, y con el paso de los años he notado más sonrisas, más unión entre hermanas, he notado que si podemos, y que cuando eso sucede mi día es diferente, no importa lo que pase, porque entre nosotras ya nos miramos .................nos empezamos a amar.
Con amor a todas mis hermanas en la lucha diaria por la supervivencia en la ciudad.......