Se trata de una costumbre que viola los derechos humanos y que ya fue condenada internacionalmente. Se lleva adelante en 29 países en el mundo y se proyecta que, si la tendencia continúa, 86 millones de niñas podrían ser víctimas de este doloroso procedimiento que daña la salud psíquica y física e incluso podría provocar la muerte.
Casi 3 millones de niñas son sometidas a la mutilación genital femenina (MGF) cada año. Y unas 140 millones de mujeres en un total de 29 países sufren, en la actualidad, las consecuencias de esta práctica, según la Organización Mundial de la Salud. Si la tendencia actual continúa, para 2030 aproximadamente 86 millones de niñas en todo el mundo podrían ser víctimas de este tipo de ablación. Los números gritan el horror de un rito que produce daños físicos y psicológicos en la mujer, al punto de poder ocasionar la muerte, y que constituye una violación de los derechos humanos. Hoy, en el marco del Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina, se recuerda la necesidad de tomar medidas para detener esta costumbre arraigada en varios países de África, Asia, Medio Oriente y en ciertas poblaciones que emigraron a Europa, América, Australia y Nueva Zelanda. Entremujeres entrevistó a Marisa Pineau, historiadora especialista en África y profesora titular de la UBA, para hablar sobre esta cuestión.
Hay diferentes tipos de mutilaciones, ¿las podrías explicar?
Se considera que la mutilación genital femenina es el conjunto de procedimientos que por motivos no médicos y de forma intencional alteran o lesionan órganos genitales femeninos. Hay varias formas de esta mutilación. La clitoridectomía es la amputación, parcial o total, del clítoris. Otras formas incluyen, además, la mutilación de los labios menores. La infibulación es la amputación del clítoris y de los labios menores y mayores, operación que termina con la sutura de ambos lados de la vulva, dejando solo una abertura para que pueda eliminarse la orina y la sangre menstrual.
La descripción de los procedimientos ayuda a dimensionar la atrocidad de este rito que tanto daño hace a las mujeres. ¿Tiene algún significado religioso o está vinculado a alguna religión en particular? Muchos creen que es una práctica relacionada exclusivamente con el islam, pero tengo entendido que esto no es así. ¿Podrías aclarar este tema y contar cómo surgió y en qué comunidades se lleva a cabo?
La MGF está extendida por varios países de África del norte, occidental y oriental y de Asia, algunos de los cuales son mayoritariamente musulmanes, pero no es propia de quienes practican esa religión y hay datos que demuestran que ya se realizaba en el Egipto antiguo. Hasta ahora poco se sabe de cómo se extendió en el pasado.
¿Cuál es el sentido simbólico?
Para algunos autores, es un rito de pasaje de la niñez a la vida adulta, aunque se realiza en niñas pequeñas, desde los 4 años y antes de que tengan su primera menstruación. Hay que señalar que son prácticas irreversibles que afectan la salud física y psíquica de las mujeres que las sufrieron, durante toda su vida. Las heridas les provocan graves trastornos cotidianos, mayores aún al mantener relaciones sexuales y en los partos.
Punteo de datos de la OMS
*La mutilación genital femenina (MGF) comprende todos los procedimientos que, de forma intencional y por motivos no médicos, alteran o lesionan los órganos genitales femeninos.
*Estos procedimientos no aportan ningún beneficio a la salud de las mujeres y niñas.
*Pueden producir hemorragias graves y problemas urinarios. Además, luego pueden causar quistes, infecciones, infertilidad, complicaciones del parto, así como aumento del riesgo de muerte del recién nacido.
*Unos 140 millones de mujeres y niñas sufren en la actualidad las consecuencias de la MGF.
*En la mayoría de los casos se practica en la infancia, en algún momento entre la lactancia y los 15 años.
*Se calcula que en África hay 92 millones de mujeres y niñas de más de 10 años que han sido objeto de MGF.
*La MGF es una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas.
Acciones concretas
En diciembre de 2014, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó, sin voto, una resolución para “intensificar los esfuerzos para la eliminación de la mutilación genital femenina”, según consta en el sitio oficial de este organismo. Por medio de esta medida, se pide a los diferentes estados que lleven adelante estrategias que permitan prevenir la ablación femenina. Se refiere, puntualmente, a la necesidad de capacitar médicos y trabajadores sociales, así como líderes locales y religiosos, para que orienten y presten su apoyo a mujeres y niñas que haya sufrido MGF o que puedan llegar a padecerla en el futuro.
Si bien este rito no se puede justificar médicamente, porque sólo produce trastornos en la salud física y mental, las estadísticas dicen que el 18% de las ablaciones fueron realizadas por profesionales de la salud, y en algunos países la taza llega al 74%. De ahí que este año, la consigna se centre en la importancia de que los diferentes especialistas médicos tomen conciencia y se sumen a esta iniciativa mundial que aboga por terminar con este atroz rito. Por eso, en esta edición, El Día Internacional está dedicado, especialmente, a la “movilización y la implicación del personal de salud para acelerar la eliminación de la mutilación genital femenina”.
Otras alternativas
En algunos países, este tipo de rito fue reemplazado por el llamado ntanira na mugambo o “circuncisión a través de las palabras” que se originó en Kenia. Esto consiste en un programa educativo al que deben asistir las jóvenes durante una semana, durante la cual las niñas reciben instrucción sobre conceptos básicos de anatomía, higiene, salud sexual y costumbres sociales. El último día, las participantes se reúnen en una celebración conocida como “llegar a la mayoría de edad” y reciben una suerte de certificado donde consta que llegaron a la vida adulta.
Esta alternativa, que se lleva adelante en algunas zonas rurales de Kenia, podría contribuir a erradicar la ablación genital femenina. El proceso de cambio es lento. Esta modalidad no está extendida, se hace apenas en algunas comunidades y todo indica que falta un largo camino por recorrer. De todos modos, constituye un norte, una pequeña luz en el camino que sin duda deberá complementarse con mayor difusión y educación sobre los derechos de la mujer. Eso ayudará a establecer la semilla que podría dar a luz a una verdadera resistencia, como la que muestra el film Mooladé (el término significa, en lengua pulaar, “ancestral derecho a asilo”) del director africano Ousman Sembede. En esta película, que fue premiada en Cannes, se trata la imaginaria rebelión de unas mujeres de un pequeño pueblo de Burkina Faso, en contra de la mutilación clitoridiana. Empieza con cuatro niñas pidiendo ayuda a una mujer que, tiempo atrás, había impedido que se mutilara a su hija. La mujer les provee asilo a las nenas en su hogar y es esta acción la que termina desencadenando una revolución que involucra a toda la aldea. Un claro ejemplo de cómo las pequeñas muestras de resistencia permiten allanar el camino hacia las grandes conquistas.
Fuente: entremujeres.clarin.com