Hablemos hoy del agua envasada. Para ello, piensa un momento en estas cuestiones: ¿Compras el agua en botellas de plástico? ¿O la adquieres en botellas de vidrio? A la hora de comprar agua envasada siempre nos fijamos en su composición, en conocer su origen, o en saber si es de mineralización débil pero, ¿te has preguntado alguna vez qué impacto puede tener el plástico para nuestra salud?
Hoy, te invitamos a conocer esta interesante información con nosotros.
Agua envasada: ¿Cuál es la más saludable?
Hoy en día encontramos el agua envasada de dos formas en nuestros supermercados: en vidrio y en plástico. Los envases de plástico han suscitado desde siempre una gran controversia. Suponen un impacto muy negativo para el medio ambiente, provocado por toda una industria muy poderosa, encargada de generar el plástico, el etiquetado e incluso de la privatización de agua. No obstante, el aspecto más importante es saber si este tipo de agua es saludable o no para nuestra salud.
Veamos ahora la información más relevante sobre este tema.
1. Las botellas de plástico
Las botellas de plástico están elaboradas con un compuesto denominado tereftalato de polietileno (PET). ¿Y qué es esto exactamente? Se trata de un polímero, un elemento químico que, según varios estudios, puede transmitir al agua determinados elementos. Así pues, podemos decir que el agua envasada que bebemos de las botellas de plástico, puede alterarse debido a este material. Te indicamos ahora cuáles son estas partículas que pueden desprenderse del PET:
Ftalatos. Estos elementos sirven para dar flexibilidad al plástico. Solo serán nocivos para la salud si llegan a nuestro organismo en altas cantidades, ya que podrían ocasionar, por ejemplo, problemas endocrinos. Aún así, debemos saber que estos químicos siempre van a estar presentes en cada botella de plástico que consumamos.
Antimonio. Es un catalizador esencial para elaborar el PET. ¿Daña nuestra salud? Desde luego. Puede producir cáncer y problemas respiratorios. Ahora bien, las autoridades sanitarias establecen unos límites de migración de la botella al agua, que suelen estar en unas cantidades muy pequeñas. Para nuestra tranquilidad, también la OMS se encarga de que estas medidas se cumplan.
Formaldehído y acetaldehído. Estos compuestos son los que hacen que nuestra agua tenga en ocasiones el clásico “sabor a plástico”. Los expertos nos dicen que esto solo sucede cuando exponemos las botellas al sol, momento en que estos compuestos pasan al agua, así que conviene tener especial cuidado. Las botellas de PET, en condiciones normales de uso, no presentan demasiadas concentraciones de formaldehído y acetaldehído.
Concluyamos pues. ¿Es el PET peligroso para nuestra salud? No, no existe un riesgo directo. Las autoridades sanitarias cuidan de que se cumplan las normativas y, por lo general, las concentraciones de estas partículas nocivas que pasan del plástico al agua suelen ser muy bajas.
Ahora bien, existen opciones mucho más saludables que nos evitarán este riesgo. Si nos detenemos a pensar en la cantidad de agua que consumimos al año que ha sido envasada en botellas de plástico, es posible que nos asustemos un poco. De ahí, que sea mejor que nos planteemos otras opciones más interesantes, y también mucho más ecológicas.
2. Opciones más saludables al agua envasada en botellas de plástico
Las botellas envasadas en envases de vidrio. Obviamente serán más caras, pero suponen una alternativa saludable que se debe tener en cuenta.
Un filtro para el agua del grifo. Como ya sabes, el agua del grifo es otra opción interesante, pero en ocasiones no es muy saludable, ya que dispone de demasiado calcio u otros elementos que no nos son agradables. No obstante, podemos instalar un pequeño filtro de ósmosis inversa que nos ayudará a eliminar esos elementos insalubres.
Jarras específicas que depuran el agua. Un sistema muy parecido al de los filtros de los grifos. Depuran el agua, eliminan el mal olor, el mal sabor y la optimizan de un modo muy saludable para el consumo diario.
Cosas que nunca debes hacer con las botellas de plástico
Rellenar las botellas de agua mineral: Es un riesgo muy elevado que jamás deberemos correr. Hay muchas personas que cuando terminan de beberse el agua de su botellita de plástico la guardan para rellenarla de nuevo. Esta advertencia ya aparece en el etiquetado de la mayoría de envases y, con ello, se pretenden evitar peligros microbiológicos. Cuando una botella de plástico queda vacía, pueden adherirse a ella numerosos hongos o bacterias. Al rellenarlas con agua, esos elementos acabarán en nuestro organismo y nos enfermarán. Tampoco podemos pasar por alto que, con el tiempo, los elementos nocivos del PET que antes te hemos nombrado se desprenden del plástico y llegan al agua con mayor facilidad. Así que, recuerda: Cuando termines una botellita de agua, ¡llévala directa al contenedor de reciclaje!
Jamás expongas la botella del agua al sol: Ya te lo hemos señalado en el punto anterior. Cuando el plástico entra en contacto con algo caliente como es el sol, el fuego o una luz intensa, se desprenden el formaldehído y el acetaldehído, que ocasionan no solo el mal sabor del agua, sino también indigestiones. ¡Guarda siempre el agua en un lugar fresco y a la sombra!
Fuente: mejorconsalud.com