Mercedes es una psicologa española seguidora de nuestro blog que nos comparte la historia de Jack, un hombre que como muchos otros ha sufrido el drama y el trauma de un aborto en carne propia.
Esta es la historia de un caso real atendido en una clínica de ayuda psicológica. Los nombres, lugares e imágenes son ficticios pero la historia, así como la patología es 100%.
Jack rondaba los cuarenta y se encontraba en una etapa en la que ser padre es un gran sueño. Había conocido a Louise, quien ya tenía un hijo de una relación anterior, y había accedido no muy alegremente a tener un segundo hijo con Jack. Los cuatro vivían felices como una familia normal hasta que Jack descubrió que algo muy grave estaba sucediendo a sus espaldas.
Antes de desvelar el gran secreto de Louise, es mejor entender la familia donde creció. Louise era la única hija y tenía dos hermanos varones. Era la favorita de papá y tenían una relación muy cercana. A edad muy temprana Louise emigró para buscar trabajo en el extranjero y con mucho esfuerzo se graduó en la universidad. Tuvo muchos méritos académicos, pero su vida social no dejaba de ser un desastre. Tenía problemas con todas las parejas y estaba cerca de ser una mujer promiscua e inestable. Su padre, con mucho dolor, tuvo que encontrar una forma de hacérselo saber y ayudar a su hija a sentar la cabeza en el tema de sus amoríos. Inmediatamente se distanciaron y Louise empezó a odiar a los hombres, empezando por su padre. Louise agravó más su vida amorosa, tuvo un hijo natural y continuó con un comportamiento arrogante con su padre. Económicamente fuerte e independiente sentía que nada iba mal en su vida de la que sólo ella tenía las riendas de su vida, se sentía la “diosa” de su mundo.
Al conocer a Jack, Louise se lanzó rápidamente a vivir con él y con su hijo de seis años. Él aceptó con agrado ya que esperaba ansiosamente el formar una familia. Sin embargo, a los 4 años de nacer Chris, Jack descubrió que no estaba teniendo tanta parte en la planificación familiar como pensaba. Descubrió en sus cuentas bancarias que había un debito a nombre de una conocida clínica abortista. Louise había abortado recientemente a su último hijo sin haberlo siquiera mencionado. Esto supuso una inmensa tristeza para Jack que soñaba con tener otro hijo. No solo se sintió desplazado e ignorado por Louise, sino que se culpó por no haber sabido defender a su hijo, su propio hijo…. Y pasó por un largo duelo por él. La pareja se separó, para Louise la prioridad era ser una mujer independiente y pisar, si fuese necesario, al género masculino pues su ella era reina y señora de su cuerpo. Para Jack, tanto la confianza, como su corazón, estaban destrozados. Llevaba una gran depresión post-traumática a causa de aquel aborto- Acudió a los psicólogos, que le recomendaron despedirse de su hijo non-nato y celebró un pequeño funeral para él. Le preparó una cajita y le escribió una carta con sus reprimidos deseos de ser padre, otra vez. Aún le esperaba a Jack un largo camino para recorrer para recuperar la confianza en cualquier mujer, y por supuesto, se aseguraría mucho antes si estaría dispuesta, como él, a formar una familia en la que los hijos supusieran un gran tesoro.
Fuente: nuestromundoalreves.wordpress.com