¡Se me olvida todo!, Causas, consecuencias, alimentación, ejercicios.

 
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Con los años la gente pierde la capacidad de recordar nombres y palabras, pero eso no es necesariamente síntoma de alzhéimer. Un psicólogo inglés revela en su libro las claves para superar estas omisiones.

 ¡Se me olvida todo!,  Causas, consecuencias, alimentación, ejercicios.

En: semana.com, Psicología, 2 de junio de 2018 10:04:00 pm

¿Cómo es posible que me haya olvidado de su nombre si lo conozco desde hace años?, se preguntan asombrados muchos a partir de los 50 años cuando se encuentran con un conocido y les falla la memoria al saludarlo. Esta situación es más común de lo que parece. “Todos tenemos problemas de la memoria y es común que olvidemos un nombre o dónde están las llaves”, dice el geriatra Carlos Cano.

Y no todos esos olvidos significan enfermedad. La gente empieza a tener problemas de retentiva porque al envejecer el cerebro disminuye la memoria reciente o episódica, aquella que maneja el qué, cómo, cuándo y dónde. Además, la recordación depende de la atención y del estado de ánimo y en un momento de ansiedad o de tristeza es posible que el cerebro tome más tiempo en recuperar la información almacenada.

La buena noticia es que hay muchos ejercicios para recordar la información requerida a diario y para evitar el deterioro de la memoria. En su nuevo libro How to Remember Everything, Richard Wiseman, uno de los expertos más innovadores de la psicología experimental, revela trucos para recordarlo todo, desde nombres hasta la ortografía de una palabra.

De todos los olvidos, dice, los más comunes son los nombres, las cifras y las contraseñas. Y para todos tiene soluciones. Buena parte de estas consisten en construir acrósticos, una composición en la que las letras iniciales de cada oración forman una palabra al leerse verticalmente; o acrónimos, siglas formadas con dos palabras.

“Pero eso es apenas la punta del iceberg de la mnemotecnia”, dice el psicólogo. También se pueden usar rimas, como por ejemplo “treinta días tiene noviembre con abril, junio y septiembre, de veintiocho solo hay uno, los demás de treinta y uno”, muy útil para nunca olvidar el número exacto de días en cada mes. “En 1492, Colón navegó el mar en galeón”, y otro tipo de rimas, ayudan a recordar las fechas históricas importantes.

Los acrósticos sirven para crear claves de seguridad. El primer paso es pensar en una frase, canción o poema fácilmente recordable que guarde alguna relación con la cuenta que quiere proteger. Por ejemplo, si quiere recordar la clave para ingresar a su cuenta bancaria puede usar la frase “a dinero en mano el monte se hace llano”, de manera que termine con la clave “ADEMSHLL” que, según Wiseman, es mucho más segura que el nombre del perro o el día del cumpleaños. El acróstico también sirve para recordar. La frase ‘ver para creer’ puede usarse cuando quiera memorizar los colores verde, púrpura y crema.

Para recordar números de teléfono, lo que ya casi nadie hace debido a las funciones de los teléfonos celulares, Wiseman ofrece estrategias eficaces. Pero antes explica que a muchos les resulta difícil memorizar un número grande como 01378106733 porque a la memoria de largo plazo, le cuesta trabajo sacar sentido de esa información. Es posible que los grabe en la memoria de corto plazo pero no en la de largo, donde deberían quedar registrados permanentemente. “La gente cree que la mejor manera de archivar ese dato en el cerebro es repetirlo hasta el cansancio”, dice el autor. Pero eso no solo es un trabajo extenuante, sino ineficaz.

En estos casos sugiere tener en cuenta que el cerebro tiende a recordar más los objetos y números al principio y al final de una larga lista. A eso se denomina primacía y recencia, y en el caso de la cifra mencionada, el cerebro recordará más el 013 y el 733. Pero si la persona descompone ese número en bloques más grandes 01378 105 733, recordará muchos más. Recomienda entonces descomponer los números telefónicos en grupos de cuatro dígitos, con lo cual será posible recordarlos más fácilmente.

De todos los olvidos, el del nombre de una persona genera más frustración porque no solo es grosero omitir el de alguien ya conocido, sino muy incómodo no retenerlo al acabar de conocerlo. Para solucionar este problema, Wiseman acude a un truco que salvó a Franklin Roosevelt en más de una oportunidad. “Cuando le presentaban a alguien, el presidente imaginaba su nombre escrito en la frente”, dice. La técnica funcionaba mucho mejor si visualizaba la tinta en un color brillante y además si pretendía escribirlo con su dedo índice.

Wiseman explica que la gente olvida el nombre de la persona que le presentan por la sencilla razón de que no escucha. “En ese momento tenemos la atención enfocada en lo que vamos a decir”. Para sobrepasar este obstáculo primero hay que escuchar el nombre de la otra persona e inmediatamente repetirlo en voz alta en medio de una frase: “Un placer conocerte, Ricardo”. Si por algún motivo no oyó el nombre, no hay que sentirse mal por preguntar de nuevo ¿cómo me dijiste que te llamabas?

Durante la conversación es conveniente mencionar el nombre de la persona. Los expertos en neurología saben que los recuerdos almacenados pero no usados se pierden. Wiseman recomienda por lo tanto mencionar el nombre del interlocutor a medida que la charla progresa e incluso volver el tema del nombre un punto de conversación. “Quizás comparta el nombre con alguien que conoce”. Otra opción es sencilla: recordar el nombre mentalmente.

De igual forma, funciona representar el nombre de la persona con una imagen. Esto es efectivo porque el cerebro está diseñado para recordar ilustraciones y dibujos que palabras. “No le dé miedo de hacer esta asociación tan rara como pueda”.

También es útil escribir en un papel en lugar de digitar en el computador. Así lo confirmó un reciente estudio de la Universidad de Stavanger, Noruega, en el que los científicos les pidieron a los participantes leer un listado de palabras y anotarlas a medida que las escuchaban. Un grupo las escribió de su puño y letra, mientras otros lo hicieron en el computador o en una tableta. Cuando les pidieron recordar las palabras, lo hicieron mejor aquellos que habían escrito la lista a mano.

Por último, cuando una persona no logra recordar una palabra, Wiseman señala que lo mejor es cerrar los ojos. Un estudio publicado en la revista Legal and Criminological Psychology, que analizó el nivel de recordación de los testigos judiciales, encontró que cuando se les pide recordar la escena de un crimen, tienen más nivel de detalle quienes cierran los ojos al hacerlo. En caso de que no tenga éxito con nada de lo anterior, dice el autor, hay que echar mano de un truco casero de toda la vida: atarse un hilo en un dedo. “No hay evidencia clínica de que funcione, pero yo lo uso todo el tiempo y nunca me falla”.

No olvide…

Estos trucos permiten recordar todo, siempre.

Dormir

Las investigaciones señalan que durante el sueño el cerebro desecha información que no necesita y almacena la más importante. Por eso, si tiene un examen o una entrevista, duerma a pesar de la tentación de estudiar toda la noche.

Hacer ejercicio

Un estudio mostró que cuando las personas caminan por una hora dos veces a la semana, tienden a recordar mejor debido a que el cerebro recibe más oxígeno con el ejercicio.

Leer

Un estudio de la Universidad de Stavanger, en Noruega, consistió en pedirle a un grupo de voluntarios leer un mismo texto en papel o en computador. Quienes leyeron el texto en libros tradicionales recordaron más datos que en pantalla. Según los expertos, el contacto de los dedos con el papel y el movimiento para pasar la página estimulan el cerebro para crear un mapa mental de la lectura.

Comer

Ciertos alimentos estimulan la memoria mientras que otros la atrofian. Las grasas saturadas hacen parte de estos últimos. Para incrementar su capacidad, los expertos de la Universidad de Pittsburgh encontraron que la dieta mediterránea, rica en pescados (con alto contenido de omega 3), así como frutas, verduras y nueces es la mejor para el cerebro. Otro estudio hecho por científicos de la Universidad de Exeter sugiere añadir arándanos a ese régimen.

Dibujar

Según un estudio hecho por psicólogos de la Universidad de Waterloo, en Canadá, la gente recuerda los objetos de una lista cuando los dibuja. La calidad de la representación no es importante: no dude en hacerlo con el mercado.

Publicado en:

https://www.semana.com/vida-moderna/articulo/la-gente-pierde-la-capacidad-de-recordar-nombres-y-palabras/569719


* * *
(2)

El método para mejorar la memoria que no requiere ningún esfuerzo

Por bbc.com, publicado por semana.com, Salud, 6 de marzo de 2018 11:37:00 am

Le sorprenderá saber que para recordar con más facilidad, lo mejor es tomarse una pausa. Esta técnica parece ayudar tanto a estudiantes como a pacientes con alzhéimer.


Cuando trata de memorizar algo nuevo es normal asumir que, cuanto más empeño pone en ello, mejor le irá.

Sin embargo, puede que lo que necesite sea justamente una pausa en la que no haga nada. Literalmente.

Apague la luz, relájese y disfrute de 10 o 15 minutos de tranquilidad y verá que recordará mucho mejor lo que acaba de aprender que si hubiese tratado de usar ese tiempo de manera más productiva.

Si bien se sabe que no debemos acelerarnos cuando estudiamos, nuevas investigaciones indican que debemos apuntar a una "interferencia mínima" durante estas pausas, evitando deliberadamente cualquier actividad que pueda afectar a la delicada tarea de formar memorias.

Así que nada de mirar el celular, los correos electrónicos o navegar por internet. Tiene que darle a su cerebro la oportunidad de recargar baterías sin distracciones.

Este descubrimiento resulta alentador para las personas con amnesia o algunas formas de demencia, ya que presenta una forma de liberar una capacidad de aprender latente, previamente desconocida.

Experimentos

Los beneficios del descanso para mejorar la memoria fueron documentados por primera vez en 1900 por el psicólogo alemán Georg Elias Müller y su estudiante Alfons Pilzecker.

En uno de sus varios experimentos, Müller y Pilzecker les pidieron a los participantes que aprendiesen una lista de sílabas sin significado.

A una mitad del grupo le solicitó que aprendiese inmediatamente el contenido de una segunda lista, mientras que la otra pudo descansar seis minutos antes de comenzar con la tarea.

Cuando se examinó a ambos grupos una hora y media más tarde, los dos mostraron diferencias notables.

Los que hicieron el paréntesis recordaron cerca del 50% de la lista, mientras que los otros solo un 28%.

Esto indica que nuestra memoria de información recién aprendida es especialmente frágil apenas ha sido codificada, con lo cual es susceptible de sufrir interferencias si recibimos nueva información.

Beneficios del descanso

Las implicaciones más amplias de este hallazgo se hicieron evidentes recién a principios de la década del 2000, gracias a un estudio de Sergio Della Sala, investigador de la Universidad de Edimburgo, en Reino Unido, y Nelson Cowan de la Universidad de Misuri, en Estados Unidos.

El equipo quería descubrir si reducir la interferencia podía servir para mejorar la memoria de los pacientes que habían sufrido un daño neurológico.

Usando una técnica similar a la de Müller y Pilzecker, les ofrecieron a los participantes una lista de 15 palabras y los pusieron a prueba 10 minutos más tarde.

A algunos sujetos los mantuvieron ocupados con pruebas cognitivas y a otros los dejaron descansar en una sala oscura.

Y el impacto de una intervención leve fue mucho más profundo de lo que esperaban.

Los que descansaron triplicaron el número de palabras que recordaron —de 14% a 49%—, obteniendo un resultado similar al de la gente sin daño neurológico.

Della Sala y una estudiante de Cowan, Michaela Dewar, de la Universidad de Heriot-Wattt, repitieron estos estudios en contextos muy diferentes.

Descubrieron que en pacientes sanos, los períodos de descanso cortos también pueden mejorar la memoria espacial.

Por ejemplo, el descanso los ayudó a recordar el sitio de diversos puntos geográficos en un ambiente de realidad virtual.

El recuerdo, además, se mantuvo por una semana después de haberlo aprendido.

El beneficio resultó ser igual tanto para jóvenes como para personas mayores.

En todos los casos, los investigadores simplemente les pidieron a los participantes que se sentaran en una habitación con luz tenue, sin celulares ni distracciones similares.

La mayoría se dedicó a descansar y a dejar vagar su mente.

Formación de las memorias

El mecanismo exacto por el cual el descanso parece ser beneficioso no se conoce.

Pero algunas de sus claves residen en cómo se forman las memorias.

Se sabe que inicialmente, cuando se codifican, pasan por un período de consolidación, y se guardan en un sitio por un largo plazo.

Antes se creía que esto ocurría principalmente durante el sueño, cuando se intensificaba la comunicación entre el hipocampo —el sitio en donde las memorias se forman por primera vez— y la corteza cerebral, un proceso que podría fortalecer las nuevas conexiones neuronales que se necesitan más tarde para llamar a esos recuerdos.

Esta intensificación de la actividad nocturna puede explicar por qué generalmente aprendemos mejor antes de irnos a dormir.

Pero un estudio de 2010 de Lila Davachi, investigadora de la Universidad de Nueva York, EE.UU., descubrió que esto no se limitaba al sueño sino que ocurría también cuando estábamos despiertos, descansando.

Puede que el cerebro aproveche los momentos de descanso para consolidar lo que aprendió recientemente, y reducir la estimulación en estos momentos ayuda.

Y es posible que el daño neurológico haga que el cerebro sea particularmente vulnerable a las interferencias después de aprender algo nuevo, y por ello hacer un descanso demostró ser particularmente importante para los sobrevivientes de un derrame cerebral o para personas con Alzheimer.

Pero más allá de los beneficios clínicos para esta clase de pacientes, los expertos concuerdan en que programar períodos de descanso regulares y sin distracciones puede ayudarnos a todos a recordar material nuevo más firmemente.

En la era del exceso de información, es bueno recordar que nuestros teléfonos inteligentes, no son la única cosa que necesita recargarse a intervalos regulares.

Nuestra mente, claramente, también lo necesita.

Publicado en:

https://www.semana.com/educacion/articulo/el-metodo-para-mejorar-la-memoria-que-no-requiere-ningun-esfuerzo/559160


* * *
(3)

Las principales causas de la pérdida de la memoria

Aunque olvidar el nombre de una persona que acabamos de conocer, o la razón por la que fuimos a un determinado lugar son lagunas que pueden producirse debido a una sobrecarga de información en el cerebro, en muchos casos, son otras las causas que entorpecen nuestra capacidad para recordar.

Debido a que el conocimiento es una de las principales herramientas para la prevención, en esta oportunidad te invitamos a descubrir las 13 principales causas detrás de las fallas en la memoria.

1. Deficiencia de vitamina B12

De forma similar al hierro, la vitamina B12 interviene en la creación de glóbulos rojos, reduce el letargo y el riesgo de padecer anemia, y estimula el funcionamiento de la memoria. De hecho, una investigación reciente reveló que la deficiencia de esta vitamina podría causar fallas en la memoria.

Dicha investigación demostró que la vitamina B12 actúa como una capa protectora para la mielina, la sustancia que recubre los nervios. Cuando el cuerpo no obtiene la cantidad suficiente de este nutriente, la capa de mielina pierde densidad y se vuelve más propensa a sufrir daños que retrasan los impulsos nerviosos y producen fallas en la memoria.

La deficiencia de vitamina B12 es una consecuencia del proceso de envejecimiento, ya que, con el paso del tiempo, nuestro estómago secreta menos cantidad de ácido, dificultando la absorción de nutrientes. Otras de las causas son atribuidas a la mala alimentación y a la enfermedad de Crohn.

2. Hipertensión

Si eres menor de 45 años y tiendes a ser “olvidadizo”, es recomendable que controles tu presión sanguínea. En un estudio realizado en la Universidad de Alabama se descubrió que las personas que padecen hipertensión tienden a presentar lagunas y disminución de las funciones cognitivas, en comparación con personas cuya presión sanguínea es saludable.

La hipertensión produce daños en las paredes internas de las arterias, rompiéndolas y formando tejido cicatrizal, que impide el correcto paso de la sangre, reduciendo las cantidades necesarias para el buen funcionamiento del cerebro y, en consecuencia, causando problemas de memoria.

La buena noticia es que una dieta saludable, sumada a una rutina de ejercicio regular, puede ayudar a reducir el riesgo de padecer hipertensión y endurecimiento de las arterias.

3. Hipotiroidismo

Si te sientes cansado o deprimido, si notaste que aumentaste de peso o sientes que tu memoria te está abandonando, es posible que padezcas hipotiroidismo.

Esta condición médica suele ocurrir de forma lenta y gradual, reduciendo poco a poco los niveles de la hormona Tiroxina (T4), que juega un rol fundamental en la producción de energía de nuestro cuerpo. Como consecuencia, los niveles bajos de T4 retrasan los procesos metabólicos y las funciones cognitivas, lo cual también afecta el funcionamiento de la memoria.

Las causas más comunes de hipotiroidismo son las enfermedades autoinmunes, como la tiroiditis de Hashimoto, las infecciones virales y el abuso de antibióticos.

4. Menopausia

En los últimos años, surgió una teoría que relaciona los olvidos con la menopausia. De hecho, una investigación realizada por la Universidad de California confirmó que las fallas en la memoria tienden a ocurrir como consecuencia de la disminución en los niveles de estrógeno, una hormona encargada de proteger los neurotransmisores. Estos casos pueden ser tratados con terapias de reemplazo hormonal.

5. Migrañas

Las personas que sufren de migrañas tienen más riesgo de padecer Amnesia Global Transitoria (AGT) a los 50 años. La AGT es un síndrome que se caracteriza por una disfunción temporal pero casi total de la memoria a corto plazo. En estos casos, las personas no logran recordar los sucesos del día anterior o el motivo por el que fueron a un lugar.

Este tipo de amnesia suele ser el resultado de una falla genética que hace que los impulsos nerviosos se dispersen por el cerebro. La amnesia global transitoria paraliza el funcionamiento de la memoria de forma temporal y, al igual que las migrañas, puede ser desencadenada por inmersiones en agua fría o caliente, problemas emocionales extremos, o incluso actividad sexual. La buena noticia es que la AGT ocurre en casos excepcionales y puede ser reversible.

6. Vuelos largos

Los vuelos largos suelen producir agotamiento físico y mental en muchas personas. Estos síntomas son causados por la alteración de los patrones de sueño y el síndrome de los husos horarios.

Una investigación llevada a cabo por la Universidad de California descubrió que la sensación de somnolencia, los olvidos y la dificultad para procesar información pueden extenderse por bastante tiempo luego del vuelo, e incluso pueden persistir luego de que los síntomas del síndrome de husos horarios hayan desaparecido. Cuando dormimos, el hipocampo se encarga de procesar la información que hemos obtenido durante el día, por lo que la falta de sueño puede causar fallas en la memoria.

7. Embarazo

En general, a las mujeres embarazadas se les atribuye problemas de memoria. Para comprobar esta teoría popular, un equipo de investigadores australianos realizó un estudio en el cual compararon el rendimiento de las mujeres embarazadas con el de mujeres sin embarazo. Los resultados fueron concluyentes: las mujeres embarazadas demostraron un rendimiento más bajo en tareas asociadas con la memoria. Los investigadores creen que las causas de este resultado pueden deberse a cambios en la alimentación y el estilo de vida.

8. Quimioterapia

Una de las consecuencias de la quimioterapia es la pérdida de la memoria y la disminución de ciertas funciones cognitivas.

Una investigación realizada en la Universidad de Stanford demostró que la quimioterapia puede afectar las células del cerebro. En dicho estudio se demostró que las mujeres tratadas con quimioterapia por cáncer de mama sufrían de lagunas y olvidos, en comparación con aquellas mujeres que optaron por no realizarse quimioterapia.

Esta situación suele ser reversible, ya que el funcionamiento normal de la memoria retorna una vez que la quimioterapia ha concluido. Sin embargo, en algunos casos, el proceso de recuperación puede llevar años. Si padeces este síntoma, es importante consultar con un oncólogo.

9. Anestesia

Las cirugías mayores requieren de anestesia para que el paciente pueda atravesar el procedimiento quirúrgico sin sufrir ningún tipo de trauma. Sin embargo, este método puede causar fallas en la memoria y disminución en las funciones cognitivas en los días posteriores a la intervención. La Universidad de Florida descubrió que cerca de un 40% de los pacientes mayores de 60 años presentó problemas de memoria luego de la cirugía, y el 12.7% manifestó serios problemas cognitivos durante los 3 meses posteriores a la intervención.

10. Epilepsia

La epilepsia es una especie de “corto circuito”, que se produce en el cerebro y afecta a más de 50 millones de personas en todo el mundo. Durante un episodio de epilepsia, los impulsos eléctricos del cerebro son redirigidos a otras áreas, causando pérdida temporal de las habilidades motrices, las funciones cognitivas y la memoria.

11. Medicación para la artritis y el asma

Los corticoides son esteroides que el cuerpo produce de forma natural y que pueden ser utilizados como tratamiento para el asma o la artritis. La ingesta de dosis altas por un período de 6 meses o más puede causar problemas en la memoria.

A pesar de ser un caso excepcional, en las situaciones más graves, los corticoides pueden matar las células del cerebro y causar una atrofia cerebral en el hipocampo en particular. Aunque un cambio de dosis puede ayudar a controlar los síntomas, es importante consultar con un médico sobre otros posibles efectos secundarios.

12. Depresión

La depresión está asociada a bajos niveles de químicos en el cerebro, como la serotonina o la noradrenalina. Estos químicos pueden afectar los procesos cognitivos asociados a la memoria. Los tratamientos con antidepresivos y psicológicos pueden ayudar a controlar la depresión y contribuir al correcto funcionamiento de la memoria.

13. Consumo excesivo de alcohol

La realidad es que cuanto más alcohol consumas, menor será la capacidad del cerebro para almacenar memoria a corto plazo. El alcohol afecta la región del hipocampo, reduciendo muchas de sus funciones, como la formación de nuevos recuerdos, que es la razón por la que muchas veces olvidamos lo sucedido durante una borrachera.

A largo plazo, el consumo excesivo de alcohol puede derivar en el Síndrome de Korsakoff, por el cual se pierde la capacidad de almacenar recuerdo a corto plazo, dificultando la tarea de recordar información reciente. Mediante procesos de rehabilitación controlada, es posible detener la pérdida de la memoria.

Publicado en:

http://www.todo-mail.com/content.aspx?emailid=3237


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(4)

Todas las claves para evitar la pérdida de memoria

Ejercicios, trucos, alimentos y consejos para conseguir mantener tu cerebro siempre activo

Madrid, 7 de noviembre de 2017, 23:05

La memoria es una de las capacidades cognitivas que más preocupan a las personas adultas. Su pérdida, que tiende a expresarse en forma de queja subjetiva, conduce a que las personas busquen recursos para su entrenamiento y contrarrestar este sentimiento. Uno de los recursos existentes son los talleres de entrenamiento de memoria, unos programas psicoeducativos dirigidos a personas mayores, sin deterioro cognitivo, con el fin de trabajar la memoria y sus funciones cognitivas.

Los primeros programas de entrenamiento surgieron en los 70 y fueron dirigidos a personas con trastornos orgánicos cerebrales. Su principal finalidad era estimular la capacidad cognitiva y promover la rehabilitación. Es a partir de esta experiencia y sus resultados satisfactorios cuando estos programas se han adaptado a la población anciana.

¿Cómo prevenir la pérdida de memoria?

* Estudiar e interesarse por leer y aprender cosas nuevas cada día.

* Hacer ejercicio físico de forma regular.

* No fumar.

* Seguir una dieta variada y saludable.

* Dormir bien.

Alimentos contra la pérdida de memoria

Una dieta variada y equilibrada rica en frutas y hortalizas favorece a la salud de nuestro cerebro. Sin embargo, existen algunos alimentos específicos que puedes incorporar en tu dieta para prevenir la pérdida de memoria:

Nueces
Maca
Cítricos
Levadura de cerveza
Ácidos grasos esenciales
Arándanos
Aguacate
Aceite de oliva
Tomates
Brócoli
Apio

Pérdida de memoria en personas mayores

"Es importante trabajar la memoria con los mayores porque, aunque hay pérdida, se produce un deterioro en determinadas estructuras, no hay un deterioro global. El cerebro envejece y conlleva una pérdida tanto neuronal como de atención, de varias funciones cognitivas", subraya en una entrevista con Infosalus la doctora en Psicología Cristina Vidal-Martí, con motivo de la publicación de 'Actividades en grupo de mayores para entrenar la memoria' (Editorial CCS).

Asimismo, resalta que las personas mayores llega un punto en el que dejan de 'esforzarse' por ejercitar esa memoria puesto que son conscientes de que es propio de la edad perderla. "Si a su vez hay algo de carácter emocional esa pérdida se ve intensificada, sobre todo por tener a alguien con trastorno cognitivo cerca. Por eso se realizan talleres de entrenamiento de memoria, para ayudar a estas personas mayores de que tomen conciencia de que sí hay una pérdida, pero que si se entrena se puede llevar de manera mejor, se puede optimizar su capacidad de memoria", apostilla Vidal-Martí.

Publicado en:

http://www.laopinioncoruna.es/vida-y-estilo/salud/2017/10/06/combatir-perdida-memoria/1223819.html







Fuente: www.semana.com
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