¿Qué es la intolerancia a la lactosa?
No parece razonable que llamen “enfermo” o “paciente” a alguien que tiene intolerancia a la lactosa, porque tener intolerancia a la lactosa no es ninguna enfermedad ni una anomalía. Más del 75% de la población mundial digiere mal o no digiere la lactosa en la edad adulta.
Sólo algunas poblaciones del mundo han evolucionado a lo largo de miles de años y son capaces de digerirla pasada la infancia: son los descendientes de tribus nómadas (principalmente originarias del norte y del este de Europa) que criaban ganado y la leche era un alimento muy accesible. Con el paso del tiempo, sus genes mutaron hasta poder digerir en la edad adulta, la leche de bovinos, ovejas o cabras.
¿Qué es la lactosa?
Para digerir la lactosa, los humanos necesitamos de una enzima que se llama lactasa que se encuentra en nuestro intestino delgado. La lactasa descompone el azúcar de la leche en glucosa y galactosa, sustancias que son asimilables por nuestro organismo.
La leche materna es diferente a la leche de vaca, aunque también contiene lactosa. Dado que la única función de la lactasa es poder digerir la lactosa de la leche materna, la mayoría de las especies de mamíferos experimentan una disminución importante de esta enzima tras el destete. En los humanos, la actividad de la lactasa se va reduciendo a partir de los dos años y va perdiendo su actividad en la edad adulta. Es, por lo tanto, un proceso natural.
Intolerancia a la lactosa en el mundo
La capacidad para digerir la lactosa difiere de un país a otro, de una raza a otra; en Asia y África entre el 60-90% de la población es intolerante la lactosa, mientras que en América Latina, del 60 al 80% de su población no la digiere. En las personas de raza negra, la intolerancia a la lactosa puede presentarse a partir de los 2 años de edad, mientras que los descendientes de los indios indígenas de América del Norte son prácticamente el 100% intolerantes a la lactosa.
Recordemos que el ganado bovino, ovino y caprino no existía hasta la llegada de los españoles. Las primeras cabañas de ganado bovino datan de mediados del siglo XVI. Los lácteos son alimentos de aparición muy reciente en la dieta de las poblaciones del continente americano.
¿Qué pasa cuando no se digiere la lactosa?
Cuando se consumen alimentos con lactosa, si no se tiene suficiente enzima lactasa, no pueden ser digeridos en el intestino delgado y pasan al colon, donde las bacterias intestinales la someten a un proceso de fermentación liberando gases como el hidrógeno, dióxido de carbono y metano, así como ácido láctico. La malabsorción de la lactosa también actúa como agente osmótico, haciendo que se acumule agua y electrolitos en el intestino. La consecuencia de todo ello es hinchazón, flatulencias, dolor abdominal y diarrea. Es una respuesta de nuestro organismo a algo que no considera natural.
¿Dónde se esconde la lactosa?
Por supuesto, los lácteos contienen lactosa aunque algunos tipos de quesos curados tienen cantidades muy bajas. Los yogures también son mejor tolerados gracias a su contenido en bacterias probióticas. En cuanto a la leche, hay que saber que la leche descremada contiene más lactosa que la leche entera.
Pero el problema de la lactosa no son sólo los lácteos. La industria de la alimentación utiliza con frecuencia lactosa como aditivo y se encuentra en muchos alimentos procesados (charcutería, bollería industrial, pan de molde, sopas preparadas, espesantes, barritas energéticas, carne picada, helados, incluso se añade a algunos medicamentos).
Grado de intolerancia
Hay personas que no soportan la más mínima traza de lactosa mientras que otras personas pueden tolerar pequeñas cantidades.
Estas últimas, pueden consumir lácteos en poca cantidad sin efectos adversos. No hay una regla fija, depende de cada individuo.
Soluciones
Podríamos pensar que la solución es dejar los lácteos completamente, No obstante, no es la solución definitiva ya que, como dije antes, la lactosa se encuentra como aditivo en muchos alimentos. Estamos obligados a leer bien la lista de ingredientes de los productos antes de comprarlos. Algunos alimentos están etiquetados “sin lactosa”, aunque todavía son muy pocos.
Si la etiqueta de un producto indica que puede contener “trazas de leche” y el grado de intolerancia es alto, es mejor evitarlos.
Para aquellas personas que no se puedan pasar de los lácteos, existen marcas de lácteos sin lactosa.
Cuando hablamos de leche, nos referimos a la leche de vaca. Aunque la leche de otros animales también contiene lactosa, por ejemplo de cabra, búfala o burra, algunas personas afirman que la toleran mejor.
En fin, los complementos alimenticios de lactasa pueden ser una buena solución para algunas personas. Deben tomarse 30 minutos antes de consumir un alimento con lactosa. Si eres de los que incluyes lácteos en tu dieta, procura que siempre sean de procedencia orgánica, lácteos de animal de libre pastoreo, sin hormonas, ni antibióticos.
Fuente: www.lavidalucida.com
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