Es la primera vez en la historia del ser humano que la atmósfera de nuestro planeta ha registrado más de 415 partes por millón de dióxido de carbono
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https://www.elconfidencial.com/tecnologia/ciencia/2019-05-13/
Nunca, en ningún momento de la historia humana, el planeta había llegado a tener tantos gases de efecto invernadero como lo está hoy en día. Según los datos del Observatorio Mauna Loa que está ubicado en Hawai, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera alcanzó este fin de semana más de 415 partes por millón (ppm), mucho más que en cualquier otro momento de los últimos millones de años.
Las reacciones no se han hecho esperar: el meteorólogo Eric Holthaus lanzaba un mensaje en su cuenta de Twitter muy explicativo: “Ésta es la primera vez en la historia humana que la atmósfera de nuestro planeta ha tenido más de 415 ppm de CO2. No sólo en el tiempo del que tenemos registros, no sólo desde la invención de la agricultura hace 10.000 años. Desde antes de que existieran los humanos modernos hace millones de años. No conocemos un planeta como éste”.
Bill McKibben, otro educador y luchador por el medio ambiente dejaba su propia reflexión en las redes sociales: “Pensando en la madre naturaleza hoy. A partir de esta mañana, la concentración de CO2 llegó a las 415 ppm por primera vez en muchos, muchos millones de años”.
Nos cargamos el planeta
El problema no es pequeño: las organizaciones ecologistas llevan años alertando del problema que los humanos estamos generando, pero no se les escucha. Las fábricas siguen contaminando, los coches siguen contaminando, las calefacciones siguen contaminando… El mundo no se pone de acuerdo para poner freno a una situación que muchos consideran catastrófica. Incluso hay quien ha puesto fecha: si antes de 2030 no se cambia de dirección, no habrá marcha atrás.
Los efectos devastadores de la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera ya se están haciendo notar. La temperatura global del planeta ha subido ya un grado y sigue aumentando. Sin embargo, nadie parece pensar en las consecuencias que ese aumento del termómetro puede provocar a nivel global.
Un estudio del World Resources Institute que recoge la CNN avisa de lo que nos puede pasar si la temperatura del planeta aumenta en dos grados centígrados: calor extremo, veranos sin hielo en los polos, aumento de casi medio metro del nivel del mar, desaparición del 8 por ciento de los vertebrados de la tierra y del 99 por ciento de los corales marinos, etc.
Todo ello provocaría más ciclones, más inundaciones, más olas de calor severas y que un millón de especies desapareciera del planeta. Sería el principio del fin y, según los expertos, queda poco tiempo para poner freno a esta situación. Si no se hace ahora ya no habrá marcha atrás en el futuro. Los expertos ruegan a los gobiernos de todo el mundo que tomen las decisiones correctas y que lo hagan ya.
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https://www.elconfidencial.com/tecnologia/ciencia/2019-05-13/tierra-record-contaminacion-co2-cambio-climatico_1998218/?fbclid=IwAR2tmCPghmc9BECtXM3l3UhszDeoOHzXRhlKhLMavnl8FcjwWbbs79okw5k
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¿Realmente hay más CO2 en la atmósfera que nunca antes?
En
https://diario-octubre.com/2019/09/12
Por Juan Manuel Olarieta. En materia seudoecologista hay unanimidad también entre los medios reaccionarios y los posmodernos. “La Tierra ha alcanzado hoy niveles de CO2 nunca vistos en varios millones de años”, titulaba El Confidencial (1) en mayo y lo mismo sostenía ayer El Salto Diario (2). La supervivencia del planeta no conoce clases sociales porque es un empeño unánime, de toda la humanidad. De esa manera, los artículos de unos y otros son intercambiables. Lo que dice Ecologistas en Acción es lo mismo que dice el Fondo Monetario Internacional.
No es que ese tipo de titulares sean ciertos o falsos sino que son tan absurdos como decir que “la estabilidad climática está rota”, una de las frases antológicas de El Salto Diario. ¿Cuándo ha habido alguna estabilidad climática?
Otra idiotez del artículo de El Salto es afirmar que a Keeling “le dio por registrar la concentración de CO2”. También es posible que se rascara el bolsillo para poner un observatorio en lo alto de un volcán en Hawai.
No obstante, la ridiculez típica de todo este tipo de basura es insistir en que hay más CO2 en la atmósfera que nunca, lo que es rotundamente falso. En la historia de la Tierra es difícil encontrar nieveles de CO2 tan reducidos como en la actualidad. En el Cámbrico, hace más de 500 millones de años, había entre 3.000 y 7.000 partes por millón, unas diez más que en la actualidad. Una concentración tan baja de CO2 como la actual sólo se encuentra una vez en la historia de la Tierra: durante el período Carbonífero/Pérmico, cuando cayó por debajo de 210 ppm.
Pero eso no es todo: el descenso de CO2 se produjo simultáneamente a un aumento de 8°C de la la temperatura, por lo que ocurrió todo lo contrario de lo que sostienen los seudoecologistas. Lo mismo ocurrió desde el final del Jurásico hasta el final del Cretácico: el contenido atmosférico de CO2 se redujo de 2.300 a 1.000 ppm, mientras que la temperatura fue respectivamente entre 2°C y 8°C más elevada que la actual.
Los seudoecologistas se aprovechan de que los lectores ya no tienen un termómetro en sus casas, como antiguamente, ni tampoco un sensor portátil de CO2, que pueden comprar en internet por unos 300 euros. Hay numerosas marcas y empresas comercializadoras, cuya publicidad para vender el aparato es mucho mejor que las patrañas de los seudoeologistas.
No sólo el IPCC o Keeling o los científicos pueden medir los niveles de CO2; está al alcance de cualquiera comprobar en su casa que el CO2 se puede multiplicar por cuatro muy fácilmente, sobre todo si no abre las ventanas. Si una concentración 415 ppm los seudoecologistas la consideran tan dramática, ni nos imaginamos cuando el lector vea que en su habitación se ha disparado a 2.000 ppm en unas pocas horas y ni se ha dado cuenta. Si 415 ppm lo consideran como un record histórico, es posible que el lector pretenda figurar en el Libro Guiness con las mediciones que hace en su propia vivienda.
El lector supondrá entonces que las mediciones de CO2 que hace en la habitación de su casa no son representativas del planeta, y tiene razón. En tal caso deberá preguntarse si lo son las que hace Keeling y el IPCC en un volcán de Hawai, que -por cierto- está activo.
Lo mismo que las temperaturas, las mediciones de CO2 reúnen dos características fundamentales, son locales y son oscilantes. Cambian con el espacio y con el tiempo y, desde luego, ha habido épocas históricas en las que han sido muy superiores a las actuales, tanto antes como después de la aparición del hombre sobre la Tierra, tanto antes como después de la llamada “era industrial”.
Si una mañana el lector coge la baja y va al médico porque tiene unas décimas de fiebre, sabe que su cuerpo tiene una temperatura “normal” y que la fiebre es un incremento de esa temperatura. Pero, ¿cuál es la concentración “normal” de CO2 en la atmósfera?, ¿qué patrón tiene la ciencia para decir que ha aumentado respecto a un determinado nivel?, ¿en qué momento histórico se pone ese nivel?, ¿por qué lo sitúan en 350 ppm?, ¿en qué se basan para hacerlo?
La respuesta a esas preguntas es puramente ideológica porque está encaminada a dar una respuesta tópica: el patrón de normalidad se pone en el origen de una supuesta “época preindustrial” porque la elevación de los niveles de CO2 es consecuencia de ella, es decir, de la humanidad, que quema “combustibles fósiles” en grandes cantidades.
En tal caso las mediciones cambian su significado, porque ya no se trata de que la concentración atmosférica de CO2 oscile de manera natural sino que debemos averiguar si ha dejado de ser oscilante para convertirse en lineal y aumentar continuamente, como nos quieren hacer creer. Para ello deberían demostrarnos qué proporción del CO2 atmosférico tiene un origen exclusivamente industrial o antrópico.
No hay una respuesta fácil, pero según los cálculos del geoquímico noruego Tom V. Segalstad, sólo un 5 por ciento del CO2 que hay en la atmósfera tiene un origen industrial (3). Se trata, pues, de una cantidad pequeña que, además, se refiere a otra casi insignificante, que es la concentración total de CO2, del orden de 0,04 en términos porcentuales.
¿Cómo es posible que un elemento tan poco significativo de la atmósfera sea capaz de causar una “emergencia climática” de vastas proporciones?, ¿cómo es posible que hayan colocado al CO2 en el centro de un drama internacional?
La publicidad seudoecologista habla mucho de las emisiones de CO2 pero casi nada de los sumideros. Hablan de que el grifo de la bañera está abierto, pero callan que no tiene tapón. El artículo de El Salto Diario sugiere que los sumideros de CO2, como el océano, están llegando “a niveles de saturación” y que es “muy difícil que puedan seguir capturando CO2 al ritmo que lo hacían antes”.
Vuelve a ser falso. Un artículo publicado en abril de este mismo año en Nature aseguraba todo lo contrario: “Los sumideros mundiales de carbono en tierra y en los océanos han aumentado proporcionalmente con el aumento de las emisiones de dióxido de carbono durante las últimas décadas” (4).
Es muy obvio: si han aumentado las emisiones de CO2 también ha aumentado la capacidad para absorberlas.
Pero sobre todo, cuando leemos un determinado tipo de estupideces sobre el cálculo de las emisiones de CO2 a la atmósfera, no podemos dejar de recordar que hace unos pocos meses los medios nos hablaban de que Volkswagen había sido condenada por falsificar las suyas.
La paranoia climática ha llegado a tal punto que las técnicas de medición de las emisiones de CO2 son un tema de investigación en sí mismo. El IPCC ha impuesto un canon que quiere ser único, como el del Vaticano, con la diferencia de que revisan el canon periódicamente, como ocurrió en mayo de este año. Las mediciones van cambiando y la manera de medir también. En cada país el gobierno impone por decreto cómo se deben medir las emisiones, los decretos cambian con el tiempo, con cada gobierno y con cada país. Luego alguien suma todas esas mediciones diferentes y se queda tan ancho…
(1)
https://www.elconfidencial.com/tecnologia/ciencia/2019-05-13/tierra-record-contaminacio-co2-cambio-climatico_1998218/
(2)
https://www.elsaltodiario.com/cambio-climatico/razones-huelga-climatica-global-curva-ke
lin-miedo
(3)
http://www.co2web.info,
http://www.co2science.org/articles/V12/N31/EDIT.php
(4)
https://www.nature.com/articles/s41586-019-1078-6
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https://diario-octubre.com/2019/09/12/realmente-hay-mas-co2-en-la-atmosfera-que-nunca-antes/
Fuente: www.elconfidencial.com