Parasitando organismos, obnubilados éstos a raíz de la propia despreocupación que produce existir en medio de lo comunitario, se logra acaparar todo tipo de productos necesarios para alimentar un modo de sibaritosis, la cual anhelan aquellas otras egoístas criaturas, porque se creen criadas por las tetas de las divinidades humanas, pueden disfrutar sin limites ni controles una existencia muy distinta a la que exige la terrenidad que poseen todos los demás, provocando una desproporcionada descomposición social que no se tiene porque soportar ni tolerar.