No existe duda alguna cuando se afirma que la amistad es uno de los bienes y dones más preciosos que nos obsequia la existencia. Y en eso podemos expresar que con nosotros ha sido muy generosa y noble.
Eventualmente nos reunimos con tres grandes amigos en una especie de ritual que nos permite recordar viejos tiempos periodísticos, a colegas y estilos de ejercer el oficio más noble del mundo.
Se inicia con un caluroso saludo que nos acerca a eso que se denomina felicidad, permitiéndonos ese abrazo generoso y bueno. Pasados unos instantes y ya instalados en la mesa de café, nuestras palabras se tornan nostalgia para recordar a tantos amigos que por circunstancias de la vida ya no se encuentran en este plano existencial o de otros tantos que afrontan duros y difíciles momentos. Por todos ellos elevamos una plegaria de afecto y amistad.
Compartimos material de trabajo, libros revistas o afiches como el más exquisito y puro de los ofrecimientos. Una especie de incienso, mirra y oro que se vuelve alquimia en cada uno de nuestros corazones.
Aura Johana Villota, amiga incondicional de la cultura, con su palabra dulce y suave que se asemeja al vuelo de un colibrí entre flores frescas colmadas de néctar. Buena y noble, generosa y consagrada a esa bella labor de hacer cultura. Comentándonos una nota, compartiendonos una inquietud y siempre preocupada por el quehacer de nuestros artistas.
Claude Toulliou, ese francés que se hizo patria entre nosotros, que ofrece todo su ser a valorar nuestra cultura y a sus gestores y creadores. Taciturno, silencioso, emotivo, frágil y siempre dispuesto al ejercicio cultural de nuestro departamento. Un talento excepcional y un verdadero marinero al momento de sortear las dificultades y vicisitudes de la vida. Constante y disciplinado en su ejercicio periodístico y cultural y un extraordinario ser humano.
Jorge Hernando Carvajal Pérez, periodista caleño radicado en Pasto hace cuarenta años, conocedor como el que más del mundo periodístico y político de la región; bueno, noble, generoso y siempre con una palabra de aliento y concordia. Consagrado al oficio de la información, incansable en las lides de la palabra. Un verdadero maestro que se constituye en escuela de generaciones. Desde sus inicios se consagra al crecimiento y desarrollo de la CASA Editorial DIARIO DEL SUR siendo siempre una presencia permanente e imprescindible. Pero, por encima de todo, un amigo y de los buenos.
Al terminar la tertulia nos vamos siempre con un par de libros, unos periódicos o unos folletos como símbolo de amistad. Es que eso somos, un fruto de la palabra que no cesa en su empeño de forjar mundos entre universos de sueños y deseos.