Cuando los niños son pequeños no consiguen dominar con exactitud sus pasos y coordinar sus movimientos, sin embargo, ésta adorable torpeza es parte de su encanto.
Y es que cuando se suben al escenario a bailar no podemos evitar quedar prendados de sus divertidos contoneos y desordenadas coreografías.
A pesar de ello hay quién compensa esa temprana falta de gracilidad con mucho estilo, como esta pequeña bailarina que durante una actuación consigue entusiasmar al público con su ímpetu y salero.
Fuente: lavozdelmuro.net
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