on una impericia desmedida, regularizada, secular, sempiterna y a la vez que irracional, surgida desde las inmundicias que se acumulan en los sótanos de torres de babel modernas, en las que se guarecen y fortalecen algunos pocos individuos inhumanos, siempre desorientados a raíz de sus desmedidas codicias personales, logrando desde allí hacerse respetar tras sus continuos reclamos e imposiciones sin sentido, inentendibles e inaplicables para todos los demás, a través de los cuales han pretendido responder de dónde se originan las preguntas que nadie puede escuchar ni comprender, al ser precisamente las causales de la falta total de soluciones a los ingentes problemas que la gente padece, porque el rumbo que ha asumido el mundo está inexorablemente llevando a la humanidad hacia un abismo, exponencial a las bajezas de los argumentos que se ofrecen desde esos huecos malolientes, contra el cual estamos siendo empujados todos por igual, incluso los que permanecen voluntariamente dentro de ellos, sin considerar ni creer que el motivo principal y general corresponde a las malas prácticas aplicadas y a las absurdas decisiones tomadas.