El rol que jugó Chile en la guerra de Las Malvinas es, según varios entendidos, más importante de lo que en su momento se comentó. Según una biografía inglesa de la fallecida y famosa primera ministra Margaret Thatcher, escrita por Charles Moore, ésta estaba impresionada por el nivel de apoyo internacional que había acumulado desde la invasión argentina a las islas. “Primero, encubiertamente, llegó Chile, cuya disputa con Argentina sobre el Canal de Beagle lo había hecho hipersensible ante la agresión argentina. Incluso, antes de que la invasión se completara, Chile ofreció a Reino Unido el uso de sus puertos. De ahí en adelante las tareas de inteligencia y la cooperación logística fueron constantes. Para el 6 de abril, Santiago ya había “ofrecido” los servicios de su fuerza aérea y naval, todo ello autorizado por el dictador Augusto Pinochet”.
Para graficar la buena relación que Pinochet logró con la “Dama de Hierro”, Moore agrega que “en 1998 él fue detenido en Londres como resultado del intento de un juez español por extraditarlo y que se enfrentara a los cargos por crímenes como tortura y asesinato. Lady Thatcher protestó vehementemente contra este tratamiento”.
La famosa “Dama de Hierro” aseguraría en ese mismo momento que, sin la ayuda clave de Chile, la guerra de Malvinas no hubiese sido fácil de ganar. “Tenemos una enorme deuda”, dijo Tatcher. Lord Edward Cecil Parkinson, ex miembro del gabinete de la primera ministra, también dijo posteriormente que Chile fue un aliado que prestó importante ayuda a su país durante el conflicto con Argentina. El mismo Parkinson aseguró que la decisión de Inglaterra de hundir el buque argentino “General Belgrano” el 2 de mayo de 1982 se tomó con información de la armada Argentina que fue interceptada por Chile y entregada al Reino Unido.
Pero fue el general de la Fuerza Aérea de Chile, FACH, Fernando Matthei Aubel, el encargado de develar en 1999 en una entrevista un secreto a voces que se mantuvo oculto durante más de década y media. “Yo hice todo lo posible para que Argentina perdiera la Guerra de las Malvinas”, aseguró el general chileno.
Matthei, quien fue agregado militar en Londres entre 1971 y 1974, detalló que “Chile no tuvo nada que ver en las Malvinas. Fui yo, por mi cuenta. Toda la nación argentina puede estar resentida conmigo”. Matthei aseguró haber tomado la iniciativa luego que recibiera informes de un gran movimiento de las tropas argentinas en la Patagonia, algo que los ingleses desconocían por completo. “Llegó a Chile por aquel entonces el wing commander Sidney Edwards y negociamos la entrega de aviones, misiles antiaéreos y radares a cambio de información. ¿Si hablé con Pinochet? Sí, pero fui lo suficientemente vago para que él se desentendiera si algo andaba mal. Los apoyamos con monitoreo permanente, radares y escuchas con dispositivos electrónicos”.
Matthei justificó su decisión tras escuchar las palabras del dictador argentino Leopoldo Galtieri, quien aseguró públicamente a sus compatriotas que “las islas Malvinas era el primer paso y que el siguiente era la recuperación de los otros terrenos. Además, el contexto era diferente al actual. En aquel momento las relaciones entre la Argentina y Chile atravesaban momentos críticos, a partir de las diferencias que había entre ambos países en torno de los límites fronterizos, que fueron zanjados con el Tratado de los Hielos Continentales en 1991″.
El pacto de Argentina, Perú y Bolivia para atacar a Chile
Hugh Bicheno, un ex agente del MI6 (el mítico servicio de inteligencia exterior británico), y quien realizó misiones en Londres, Buenos Aires y Centroamérica, en su libro “Al filo de la navaja: La historia no oficial de la guerra de Malvinas”, exculpa a Margaret Tatcher y Augusto Pinochet de una supuesta alianza “contranatura” entre una democracia y una dictadura, afirmando que, en este caso, el enemigo común de ambos era la dictadura argentina de Leopoldo Galtieri, a su juicio, mucho peor que la chilena.
Bicheno, incluso, va mucho más lejos, pues asegura que existía un acuerdo “secreto” entre Argentina, Perú y Bolivia para atacar a Chile. “El general (R) Fernando Matthei confirmó en 1999 la colaboración de la Fuerza Aérea de Chile (FACh) con los británicos. El declaró que no quiso involucrar a Pinochet en los detalles operativos, pero evidentemente contó con su beneplácito. Lo del pacto argentino-peruano-boliviano ya lo sabía, pero salió a flote en la prensa de Buenos Aires durante el intento de agresión argentino contra Chile sobre las islas Nueva, Picton y Lennox, en 1979”, aseguró Bicheno.
El ex agente británico aseguró también que “Thatcher no tuvo lazos con Pinochet durante la guerra. Las FF.AA. chilenas dieron ayuda voluntaria, porque si Argentina hubiese tenido éxito en las Malvinas, Chile hubiera sido el próximo objetivo. Había un acuerdo militar “secreto” entre Argentina, Perú y Bolivia para atacar a Chile, y eso todo el mundo lo sabía. Perú incluso le proporcionó material bélico a Argentina durante el conflicto. Thatcher demostró una poco común integridad al agradecer a Pinochet por la ayuda que él le ofreció. La victoria británica derribó una dictadura militar argentina que buscaba el genocidio y, en efecto dominó, derribó otra en Bolivia, la de Luis García Meza, que tenía el apoyo de la Junta argentina”.
Fuente: www.guioteca.com