Hablar de algo frito y ligero parece una contradicción, pero en esta ocación vamos a intentar que los dos conceptos vayan de la mano.
Las papas fritas, french fries conocidas en inglés, son el terror de las dietas de adelgazamiento o de una dieta sana, puesto que en ellas se combinan grasas, muchas grasas, absorbidas por las patatas durante la fritura, junto con una gran cantidad de carbohidratos. Para evitar desterrarlas de la alimentación, algo injusto porque, la verdad, ¡están buenísimas!, se buscan continuamente “fórmulas” que nos permitan disfrutar de ellas sin que estemos ingiriendo una bomba calórica.
La principal clave para conseguir que nuestras papas se aligeren considerablemente es no sumergirlas en grandes cantidades de aceite hirviendo. Sabemos que es es "la esencia" de las papas fritas, pero hay recetas en las que se hacen una versión “falsa” de las mismas cocinadas en el horno que dan totalmente el mismo resultado y que tan sólo llevan un chorro de aceite.
Truco: Coloca las papas peladas y cortadas en agua con hielo antes de hornearlas.
Procedimiento: Pelas las papas, las cortas en bastones, en este caso se cuecen un poco en agua con sal y ya sólo queda ponerlas en una bandeja antiadherente separadas, rociarlas con aceite en spray o las pintamos con una brochita y se hornean a temperatura alta unos 10 minutos (¡Controla que no se te quemen!).
Para que disfrutes de esas papas fritas con menos aceite, te acerco un video para que no te queden dudas de cómo se hacen.
Fuente: comunidadamec.com