Es muy común que muchas personas se estiren los dedos y los “hagan sonar” cuando estan nerviosas. También se suele ver en las películas que se utiliza esta práctica como símbolo de amenaza y dureza. El crujido de los dedos es un ruido muy particular y siempre que alguien lo hace, seguro otra persona le dice: “¡No hagas eso! se te van a torcer los huesos o dañar las articulaciones”, momento en queda plasmada la duda y te preguntás ¿Será cierto? Es por eso que vamos a develar este mito.
El líquido sinovial que rodea las articulaciones cumple la función de lubricarlas para evitar que los huesos no se rocen entre sí y de este modo se desgasten.
En el interior del líquido sinovial hay gases disueltos como oxígeno, dióxido de nitrógeno y dióxido de carbono. Cuando movemos la articulación aumentamos el volumen de la cápsula sinovial, lo que reduce la presión en puntos concretos y así el gas disuelto sale en forma de burbuja, proceso conocido como cavitación. Para entenderlo mejor, tomemos como ejemplo lo que pasa cuando abrimos una gaseosa: el gas se intenta escapar.
Pero… ¿Por qué suena ese ruido cuando estiramos las articulaciones? Simple, cuando la articulación vuelve a su lugar, la burbuja no tiene espacio y estalla. Aunque todavía seguro te estás preguntando ¿Es malo hacer crujir los huesos?
¡Un estudio reveló que no! No hace mal en lo absoluto, salvo en casos en que el movimiento cause dolor o un ruido fuera de lo normal, ya que claramente estaríamos ante un problema o patología.
En 2009 un artículo recibió el premio IG Nobel (“primero te hacen reír y luego pensar”) que revelaba un estudio realizado por el Doctor L. Unger. El experto investigó a personas que se crujían a sí mismos los nudillos de una sola mano dos veces al día. Los resultados mostraron que no había diferencia entre las dos manos. Otros artículos anteriores analizaban las articulaciones de personas mayores que llevaban toda la vida haciendo crujir sus nudillos, en el cual tampoco se vieron diferencias entre sus articulaciones y las de personas que no acostumbran a crujir sus nudillos.
De todos modos, para estar cien por ciento seguros, habría que aumentar el número de estudios y pacientes estudiados. Pero por ahora, si sos de los que se crujen los huesos, quedate tranquilo que podés seguir haciéndolo.
Fuente: salud360.cienradios.com