EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA… Y, ¿PARA QUÉ?
Permítaseme esta pequeña digresión sobre un tema que está siendo motivo de las más diversas interpretaciones, las más de las veces, sin un análisis profundo sobre su significado e intención, toda vez que hoy, sobresaltados por la crisis económica y la corrupción política sentimos la necesidad de buscar soluciones duraderas a largo plazo. Desde aquí, lector, te invito a participar de éste alegato. Te invito a que nos dejes tus impresiones sobre tema tan trascendente. A participar activamente en la creación de una conciencia clara y critica sobre esta disciplina que incidirá directamente en la vida de nuestros hijos y en las nuevas generaciones de COLOMBIANOS y de ciudadanos del mundo.
El hombre es el factor fundamental de cualquier concepción política. Todo acto humano por intrascendente que parezca tiene en si un componente político. Cuando una actuación política pretende ser fecunda, debe consultar los diferentes componentes que la integran, ya que solo así alcanzara la armonía que requiere el entorno social donde ha de ser aplicada. Es decir que, debe consultar el interés general para no pasar de largo sobre el momento y sobre el entorno social en que han de ejecutarse. Es el hombre y a través de él que toda concepción, método, norma o ideología se expresa, toma forma y se hace realidad vital. El hombre representa dentro de la sociedad y dentro de la vida política el espejo sobre el cual refracta toda determinación del mundo externo. No debe olvidarse que mientras esta vida de relación, esta convivencia de los seres humanos, no se presento, no pudo hablarse de sus derechos personalísimos, de relaciones jurídicas, de derechos y obligaciones, en síntesis, de relaciones políticas y ciudadanas propiamente hablando.
¿Cuántas veces hemos oído hablar de Robinson Crusoe abandonado en una isla? Muchas, ¡muchísimas!. Su experiencia nos enseña que en su isla no puede ser sujeto de derechos, ni allí pueden imaginarse problemas que llamen la atención de sociólogos, políticos, economistas o de cualquier estudioso de la vida social. Por ello, quien dedica su vida al servicio público debe estar ojo avizor, ir por delante de las exigencias de las comunidades donde ejerce su misión, por que el retardo, o la victoria más próxima, dependerán de su voluntad política de hacer o de su pereza, de su capacidad para organizar, para pensar y ejecutar lo pensado o de su indolencia, de su liderazgo para comprometer a las mayorías en un proyecto vital.
Todo lo dicho carece de fundamento, ni tienen significado alguno las más nobles intenciones si no se toma en cuenta quienes las van a realizar, con qué criterio, con qué intención y con qué temperamento. El más perfecto ordenamiento, las más perfectas estructuras jurídicas carecerían de fundamento, se vendría abajo, si no son los hombres que las sienten como propias, que creen en ellas, quienes las realizan con disciplina y con método llevándolas a buen puerto.
Permítaseme una pequeña anécdota sobre las obras KAFKA:
Cuando si inicio la primera guerra mundial Kafka escribió “La Metamorfosis”, y poco después escribió “El Proceso”.
Ambas nos hablan de una pesadilla colectiva:
Un hombre despierta convertido en un enorme escarabajo y no logra entender por qué, hasta que por fin lo barren con una escoba.
En la otra, otro hombre es acusado, apresado, juzgado y condenado, y no consigue entender por qué, hasta que lo apuñalan los verdugos.
Estos dos relatos, que te invito a leer, amable lector, los encontramos diariamente en las páginas de la prensa, en los medios masivos de comunicación, en lo que ocurre en nuestro entorno y allende el mar. Los dos dicen relación a la educación del hombre, al desconocimiento de sus deberes derechos y obligaciones, en síntesis, a la educación ciudadana, A LA LIBERTAD COMO PRINCIPIO FUNDAMENTAL DE LA VIDA, a lo que tenemos que saber para convivir en paz y armonía en nuestro medio social. Por estas razones Padres, Educadores y desde luego el Estado tienen la obligación de formar ciudadanos críticos que permitan una sana dialéctica democrática y con ella una sana convivencia social.
Por último consigno algunas reflexiones que vale la pena tener en cuenta:
“Vivimos en la peor época, pero también en la mejor, porque aún tenemos una oportunidad”
Silvia Earle. Oceanógrafa.
“Si quieres un año de prosperidad, planta trigo.
Si quieres diez años de prosperidad, planta arboles.
Si quieres cien años de prosperidad, educa a la gente”
Proverbio Chino
“Las grandes ideas solo hablan a las mentes reflexivas;
Las grandes acciones a toda la humanidad”
Theodore Roosevelt. Presidente de EE.UU.
“En definitiva, solo preservamos lo que amamos,
Solo amamos lo que entendemos,
Y solo entendemos lo que nos han enseñado”
Baba Dioum. Ecologista Senegales.
“La única esperanza de alegría son las relaciones humanas”
Antoine de Saint-Exupery. Escritor.
Carlos Herrera Rozo.