Dinamarca ha dado una muestra más de que, en muchos países del norte de Europa, trabajar horas de más no es percibido como algo positivo. Todo lo contrario. Realizar «horas extra» sin previo aviso es una señal de que el empleado es incapaz de realizar su trabajo a tiempo e, incluso, puede ser motivo de despido.
El caso de Marius Youbi, un estudiante de ingeniería camerunés de 30 años que ha perdido su puesto de trabajo y ha sido expulsado del país danés por trabajar noventa minutos de más, representa hasta qué límite puede llegar la rectitud escandinava.
Según publica «The Guardian», Youbi contaba con un empleo temporal de limpiador en el que invertía 15 horas semanales. Estudiaba en la Universidad de Aarhus, había abonado los 4.600 euros que costaba su matrícula y, según afirman en el centro de estudios al medio británico, «era de los mejores de su clase». La estancia del estudiante africano en Dinamarca se ha interrumpido de forma brusca después de que Youbi fuera despedido y su permiso de residencia cancelado... por trabajar una hora y media más.
Marius Youbi fue despedido al conocerse el hecho. Dado que la política de inmigración danesa es una de las más estrictas de Europa y se ha intensificado desde la llegada de refugiados, el estudiante africano fue deportado la semana pasada. Antes de abandonar el país, Youbi se presentó a tres exámenes planteados por su universidad, los cuales aprobó con nota.
Es por ello que la universidad ha puesto en marcha un proceso para intentar que Youbi vuelva a Dinamarca y demostrar así que el país danés «tiene un corazón». El centro ha mostrado en varias declaraciones su «rechazo» a la deportación y se han recogido unas 18.000 firmas para que el estudiante regrese al país escandinavo.
Mientras tanto, según publica «The Guardian» el afectado se ha limitado a lamentar su expulsión: «Es difícil decir adiós a tanto, había construido algo en Dinamarca».
Fuente: www.abc.es