"Estamos acampando esta noche aproximadamente a 20.800 pies. Partiremos mañana a las 6 de la mañana y vamos a ir hasta que lo logremos. No importa, lo que estoy seguro es que vamos a tener uno de los días más difíciles y absolutamente sorprendentes de nuestras vidas", escribió emocionado el norteamericano Kayle Maynard la noche del sábado, antes de irse a dormir y sabiendo que el día siguiente lo encontraría en la cima del Aconcagua, la montaña más alta de América.
Kyle es un reconocido escalador que con esta proeza se convirtió en la primera persona en llegar a la cima de esta montaña a pesar de padecer una cuádruple amputación congénita. "Eran las 4:15 pm del domingo 21 de febrero y estaba más agotado que nunca, pero mis amigos y yo estábamos sentados en el techo de América del Sur", escribió el deportista una vez que logró su objetivo.
Con una sorprendente habilidad, Kyle subió los 6.962 metros de altura de la montaña ubicada en la provincia de Mendoza y que hace parte de la cordillera de Los Andes. Lo acompañaron varios escaladores experimentados, quienes a su vez son fundadores de la ONG K2 Adventure Foundation, que ayuda a niños con distintas discapacidades a acercarse a la montaña y el alpinismo. "Si yo puedo, todos pueden. No hay excusas", dijo.
"Después de 10 horas de viajar a través del camino con más hielo y piedra suelta que he visto, estábamos pasando el rato y derramando algunas lágrimas juntos a 22.800 pies de altura. ¡Gracias a todos por el cariño y apoyo, el que nos mantuvo en marcha!", escribió el atleta para dar fin a su impresionante aventura en suelo argentino.
El lunes, horas después de lograr la meta, un helicóptero lo bajó desde el campamento de altura Plaza de Mulas (4.200 metros) hasta Horcones, la base del cerro. "En su condición, la caminata de bajada le iba a provocar una exigencia inútil, sobre todo con el objetivo cumplido", explicó el coordinador de su equipo.
Una historia de tenacidad y superación
Antes del Aconcagua, el atleta hizo cumbre en el Kilimanjaro, la montaña más alta de África. El 4 de enero de 2012 arrancó su expedición y en diez días logró pisar la cumbre, 5.994 metros de altura. Aquella vez, lo hizo para esparcir allí las cenizas de algunos soldados fallecidos en las guerras de Afganistán e Irak.
A partir de ese momento, Maynard alcanzó la fama suficiente para captar la atención de la opinión pública de su país. Con esto logró recaudar 25 mil dólares para hospitales de campaña en donde se tratan a los veteranos de guerra. Además, hizo carrera en el mundo de las artes marciales y la lucha libre. Nació en Washington, y según contó su padre, decidieron no someterlo a ningún tratamiento especial, "ya que el mundo no iba a adaptarse a todas sus necesidades, por lo que debería ser Kyle quien se adaptara al mundo".
Ya en Mendoza, en conferencia de prensa, Maynard tuvo tiempo hasta para bromear. "Soy el escalador que más lento ha subido esta montaña. Curioso, porque coincidí en el ataque a cumbre con la mujer que más rápido ha ascendido (la brasileña Fernanda Maciel, quién batió el récord femenino)", expresó.
Su historia de superación lo llevó a escribir el libro "No excuses", ("Sin excusas). "Nunca he tenido pena por mí mismo, y nunca puedes ponerte excusas para no hacer las cosas. Sabía que la lucha era mi deporte, solo tenía que encontrar la forma de ganarles. Perdí 35 partidos, y tras cada uno de ellos me preguntaba qué podía hacer para ganar. Cuando lo hice, me di cuenta de que realmente puedo hacerlo. Y eso es lo que quiero explicar a todo el mundo. No sólo con el deporte, en todos los aspectos de la vida", escribió Kyle.
Fuente: www.infobae.com