Quién no quiere encontrar el amor de su vida y disfrutar de todos los placeres que esta experiencia brinda y, claro, saber superar esos momentos que pueden ser obstáculos para poner a prueba la relación.
Entre las distintas relaciones humanas que existen, una de las que más anhela la mayoría de personas es la de encontrar esa persona que sea un complemento, que llene sus días de alegrías, de retos y de nuevas experiencias que marquen un hito para siempre. Ese amor que llegue a cambiar ciertas situaciones, a ser un soporte y, sobre todo, un cómplice en los sueños que se tienen por lograr.
Quienes han tenido esa sensación o creen tener a su lado a esa persona, se sienten afortunados y luego de los meses o años “rosa” en lo que la mayoría de vivencias son positivas y hay uno que otro momento que puede sacar de quicio, poner a prueba la confianza, generar alguna decepción o hacer que se reconsidere, seriamente, si vale o no la pena seguir en la relación.
De hecho, de esto, dependerá la fortaleza de la pareja y qué tan preparada pueda llegar a estar para afrontar toda una vida juntos, porque los primeros años son solo la construcción de esas bases para lo que se vendrá a futuro, en todo sentido, no solamente emocional. Y es que, en cuestiones del amor, el dinero también puede llegar a ser un factor importante.
No sólo se trata de un “amor prohibido murmuran por las calles, porque somos de distintas sociedades” –como dice la canción-, sino también de la organización que cada persona tenga con sus finanzas, de las deudas que se tengan previas a organizarse como pareja, las prioridades de dinero y metas a futuro, entre otras situaciones.
Porque, hay que ser sinceros y es que todo puede ser perfecto, pero si en este factor no llega a haber entendimiento, puede convertirse en una razón importante para reevaluar si conviene o no seguir con esa persona. Así, FP hizo un listado de esos cinco momentos que definitivamente pueden llegar a cambiar la percepción de la persona y de la relación, como tal:
Préstamo de dinero: son de esas primeras cositas que se perciben en una relación y nos referimos a esas veces en las que él o ella por una cuestión u otra, se queda sin dinero y le dice que si por favor le puede prestar. Estos momentos son un poco complicados, porque desde el primer mes de relación pueden darse y son los que más pueden hablar de cómo una persona percibe un compromiso.
Ahora, no vamos a decirle que si le prestó para un bus o quizá para comprar algo de $50 mil, usted sea o no “chichipato” de pedir de vuelta ese dinero, por cantidad, varía dependiendo de cada persona. Pero lo que se ve en este tipo de comportamientos es el nivel de responsabilidad de la persona con sus deudas.
Muchas parejas lo que hacen es llevar cuentas ‘escuetas’ y a la hora de pagar una salida, pueden intercambiarse situaciones, por lo que dicen “como pagaste la anterior, cuando me prestaste, yo pagaré esta vez”. O algo similar, en la que simplemente saben que compensan lo que se han prestado entre ellos.
Pero si es el caso en el que se la pasan pidiéndole dinero, incluso grandes cantidades, sin hablar de cuándo se lo devolverán, ni mostrar la más mínima intención de hacerlo; podría estar teniendo una clara señal de que lo/la quiere a usted… y a su dinero.
Viaje: es una de las más grandes pruebas financieras que dejan al descubierto todos los buenos y malos hábitos que tiene la persona, desde el mismo momento de la planeación y estimar un presupuesto, hasta el regreso, cuando hablan de lo que gastaron, puede convertirse en una señal de si realmente va a durar o no esa relación, a nivel financiero.
Aquí usted puede ver el uso que le da su pareja al efectivo, cómo son los gastos durante el viaje (si es de quienes se la pasa derrochando por todo, cuando no tiene los medios) o si es de quienes prefiere vendarse los ojos y pagar todo con tarjeta para llevarse el mini infarto luego.
Otro momento a analizar es qué tan abierto puede llegar a ser con usted, de decir “no te preocupes, déjame gastarte esta cerveza” o de los que siempre dicen “bueno, dame tu parte, vamos por mitades”. Recuerde que tanto hombres como mujeres hoy tienen una perspectiva distinta financiera, pero es un lindo detalle gastar algo de vez en cuando, eso sí, sin nunca ir al extremo de permitir que lo/la “marraneen”.
Deuda conjunta: sucede cuando ya se tiene una estabilidad en la relación y se está pensando a futuro. Entonces, consideran en comprar un plan de vacaciones, una Xbox, unas bicicletas para hacer ejercicio juntos o, ¿por qué no? Un televisor. Bueno, en tipos de deudas conjuntas, hay demasiadas, desde algo pequeño como el regalo de la suegra, hasta algo grande como un apartamento.
Pero es otro de esos momentos definitivos en el que usted podrá comprobar la actitud de la otra persona y qué tanta prioridad le puede dar a la situación, especialmente, porque aunque es algo que adquieren entre dos, es el nombre de una sola persona el que queda registrado ante el banco. ¿Qué tan pendiente está la persona del pago de las cuotas? ¿Cómo planean juntos reducir la deuda para no pagar tantos intereses? Querido lector, aquí tiene otra clave.
No se pierda “Cuando la abstinencia sexual lo hace perder dinero”.
Desempleo: una de las más complicadas, para cualquier pareja. En el ejemplo de aquella que aún no viven juntos, puede ser fácil de llevar, de cierta forma: las salidas se reducen al máximo pero quien queda sin empleo puede entrar en una situación emocional complicada, no sólo por la frustración, sino porque va a demandar más atención de su pareja, al no sentirse solo y no tener cómo emplear el tiempo en todo momento, escribiendo de forma constante o queriendo tener un contacto más frecuente.
Pero otra es la situación que experimenta la pareja que ya convive, porque puede quedar todo soportado en un solo ingreso y si fueron de quienes nunca previeron una situación de este tipo y no tenían un fondo de emergencias conjunto, el estrés aumenta considerablemente. Aquí la clave está en cómo actúa la persona que no tiene empleo, para buscar otras entradas y disminuir al máximo gastos; mientras que quien sí trabaja, debe tener paciencia y buscar darle el apoyo a su pareja.
Primer hijo: sin duda, una gran inversión. Muchos quienes se entusiasman con la idea de ser padres no piensan cuánto pueden llegar a gastar en esa labor. Entonces, no hacen una planeación financiera y, cuando llega el momento, se dan cuenta de que “hay que apretarse más que nunca”. En esto, los primeros meses pueden ser llevaderos, pero en la medida que aumentan los gastos, los ánimos cambian.
Las primeras discusiones por quién compró o no la última vez los pañales, que si era necesario o no comprar esa ropa tan costosa o si toca ponerle todas esas vacunas al mismo tiempo… entre otras discusiones, empiezan a revelar la actitud financiera de las personas. El no echarse en cara y buscar apoyarse mutuamente, será el factor de éxito para que, en el resto de la vida de pareja, no hayan discusiones al respecto.
Fuente: www.finanzaspersonales.com.co