“¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente? Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar”
Dr. Rene Favaloro –Julio 2000
Creo que la vida ya nos tiene asignado un rol entes de salir del vientre de nuestra madre, nacemos con un marcado destino y que así se concrete solo depende de nuestros esfuerzos y sacrificios.
Tal vez después, sobre la marcha, cambiamos varias veces de opinión pero al ver los errores cometidos regresamos a ese principio que nunca deberíamos haber dejado.
Había nacido en La Plata un 12 de Julio de 1923, de padre carpintero y madre modista, le tomo el gusto a la lectura y al conocimiento gracias a su abuela materna, que ya tenía un nombre que lo ligaría de alguna manera con su futura profesión, Cesárea, ella fue la culpable de haberle inculcado el amor por la naturaleza y la emoción al ver cuando las semillas comenzaban a dar sus frutos. A ella le dedicaría su tesis del doctorado: «A mi abuela Cesárea, que me enseñó a ver belleza hasta en una pobre rama seca».
Rene Gerónimo Favaloro siempre se educó en escuelas públicas, y siempre sintió que había algo dentro de él que le decía todo el tiempo que debería hacer algo por el otro, que el otro debería ser más importante que uno mismo.
No hare aquí una reseña de su vida, sino más bien que es lo que no pudo hacer con ella.
Fue feliz a su manera, seguramente los mejores momentos habrán sido por las mañanas cuando contemplaba esos amaneceres que lo llevaban a un éxtasis cuando alguien le daba las gracias por haberle solucionado algún problema porque a él llegaban todos, nunca puso barreras sociales o discriminatorias, siempre fue el mismo, nunca necesito disfrazarse de humano simplemente se mostraba tal cual era, una creación tan simple como el viento.
Como ocurría en aquellos tiempos, solo con un gran sacrificio se podía acceder a los sueños, no había otra manera, salvo para aquellos individuos que tenían otro tipo de cuna, otro origen, pero allí también pesaba la ambición, muchas veces el facilismo que da una buena posición económica, no se emparenta con los logros.
De allí la importancia de todos los logros del dr.Favaloro, el llego a ser un gran hombre porque así se lo había propuesto, lástima que cometió el grave error de creer en todos, empezando por un sistema que después lo terminaría derrotando, uno puede ser muy patriota, pero el poder termina destruyendo si ellos no lo son de igual manera.
Intento de todas formas que lo entendieran, defendió sus sueños ante seres insensibles que solo veían lucros personales, el creyó en amigos que nunca lo fueron y claro está, en estos casos, la puñalada viene por el lado menos pensado.
Decidió terminar con su vida antes que ver en ruinas sus ideales, esa palabra que hoy esta puesta en venta, y en muchos casos por precios irrisorios, es que los ideales junto con la dignidad están en vías de extinción, en poco tiempo más formaran parte de un hermoso recuerdo.
Su nombre es recordado en casi todo el mundo, más allá que por sus logros en medicina coronaria, por la calidad de ser humano ,aquí mientras tanto, seguimos discutiendo cosas banales que lo único que llevan es al atraso mental y social de un país que entro en terapia intensiva.
Aquel 29 de Julio del 2000, después de escribirle la ya tristemente famosa carta al presidente De La Rua, en la cual le pedía simplemente que le pagaran lo que le debían, tomo un arma y paradójicamente, lastimo al órgano por el cual él había luchado tanto…su corazón.
Lo demás es historia demasiado conocida…no dejo descendencia, quizás para evitarles los mismos sufrimientos, Favaloro en sí mismo es un ejemplo de lo que no deberíamos haber hecho nunca, destruir sistemáticamente a todo aquel que le haga bien a nuestra tierra, mientras si permitimos que seres impresentables contaminen nuestras vidas.
Debemos aprender de los errores, no basta con el recuerdo, solo sirven las actitudes….cual será la nuestra en el futuro ante algún hecho igual?...Gracias Dr.Favaloro, ojala alguien recoja algún día ese guante que dejo allí, junto a su cuerpo, como símbolo de un sueño sin concretar.
Julio Casati
Fuente: www.radiolashorascontadas.blogspot.com.ar
