La edad te da sabiduría, por ello, muchas personas mayores logran aconsejar de manera acertada a las personas que los rodean. Este es el caso de la abuela Margarita.
Con la misma sabiduría, lucidez y cercanía con la que hace ya 10 años la Abuela Margarita nos regalaba potentes mensajes para reflexionar en una famosísima entrevista: “Yo, cuando necesito algo, me lo pido a mí misma”, ahora también comparte sus enseñanzas ancestrales para que volvamos a recuperar lo sagrado en nuestra vida.
Esta entrevista se grabó para el documental “La Luna en ti“* y se ha hecho pública recientemente. En ella, la Abuela Margarita, nacida en Mexico -estado de Jalisco- octogenaria y heredera de la tradición maya nos habla sobre el poder de la menstruación a la que denomina “estar en tu luna” y sobre la vejez.
Estos son algunos de sus mensajes:
Hombres y mujeres recibimos el poder e influencia de la luna
Todo está olvidado, la cultura oral casi se ha perdido Y es importante recuperarla
Ahora estamos recordando la apreciación de lo sagrado de nuestro cuerpo. En vez de menstruación, lo llamamos “estar en tu luna”
En ese tiempo la mujer tiene mucho poder y es un tiempo diferente al de la ovulación. Antes se recomendaba ayuno y comer semillas
Si cada mujer considera su menstruación sagrada, vendrán muchos bienestares, frente al desprecio al útero actual
Antes había menos malestares con la menopuasia porque la alimentación era más natural, no había stress y otro concepto de los ciclos
Cada edad implica unas posibilidades propias y no frustraciones
La vejez la confundimos con enfermedad, soledad o tristeza y eso no es cierto. Se puede llegar a donde se quiera aunque más despacio que antes
A los 52 años se cierra un círculo de la vida y se puede abrir la maternidad o paternidad universal y hay que hacer actividades especiales, como asistir voluntariamente a mujeres con partos recientes
En la edad se suman todas las experiecias de la vida. Muchos abuelos somos buena medicina para la gente con la apertura de corazón
Hay que ver nuestro cuerpo y los alimentos como sagrado, como presencia del Gran Espíritu.
Fuente: planosinfin.com