En un ulterior mensaje en favor de la Iglesia pobre y de los pobres, Francisco proyecta renunciar a su traslado estival a la espléndida residencia veraniega pontificia de Castel Gandolfo, que tradicionalmente alberga a los papas entre julio y setiembre. “Si la gente no tiene plata para las vacaciones, también el Papa debe renunciar a ellas”, habría dicho según insistentes versiones que circulan en el Vaticano.
Algunos recordaron que cuando era hasta hace poco arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Bergoglio vivía en un pequeño departamento y dedicaba el verano a visitar a los fieles, especialmente en las villas miseria y los suburbios pobres de la capital argentina. En julio, el mes en que los papas casi siempre elegían para ir a pasar quince días a las montañas del norte de Italia, como hicieron Juan Pablo II y Benedicto XVI, Francisco lo pasará en la Casa de Santa Marta, el hotel interno del Vaticano. Allí el Papa argentino se siente muy cómodo y acompañado por el va y viene de tantos prelados y personajes vinculados al Vaticano que transitan la Casa cuando están en Roma. Ha renunciado “por ahora” a los enormes y aislados apartamentos pontificios en el Palacio Apostólico.
Fuente: www.clarin.com