¿Cuál es el origen de las tradiciones navideñas?

 
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¿Cuál es el origen de las tradiciones navideñas?

La Navidad es una de las tradiciones más antiguas en el tiempo, y también una de la más hermosas tradiciones que se celebran para conmemorar nacimiento de Jesús, en otros lugares del mundo con distintas concepciones y creencias. Es época de paz y de sueños , de regocijo y perdón, de luces y regalos, de reuniones familiares e íntimos deseos, de fe y esperanza.

Por Mónica Cornejo Valle*, en: elpais.com, 30 diciembre de 2015 - 16:38, CET

Ante una pregunta con la que da pie a este artículo, uno se siente inclinado a dar por supuesto que la celebración de la Navidad arranca del propio acontecimiento explícito que celebran: el nacimiento de Jesús de Nazaret. Sin embargo, ningún estudio ha sido capaz de demostrar fehacientemente cuándo pudo haber nacido Jesús de Nazaret y, lo que es más inquietante, sigue sin existir prueba arqueológica que demuestre que la persona a la que reconocemos con ese nombre existiera, ni antes ni después del año uno de su propia era.

A pesar de la incertidumbre científica, la Navidad es una de las tradiciones más prolongadas en el tiempo y también una de las más complejas, incluyendo un extenso calendario de eventos festivos que abarca casi tres semanas de rituales, costumbres, símbolos, mitos, ceremonias, leyendas, creencias y convenciones alrededor de las que nos reunimos un tercio de los terrícolas por lo menos (el equivalente a los dos mil millones de cristianos que habitan el planeta).

Las formas de celebrar la Navidad son tantas como celebrantes. Si en una familia ya puede ser difícil ponernos de acuerdo sobre si el besugo es más apropiado que el capón para la cena de Nochebuena, imagínese la cantidad de variaciones que podríamos hallar entre las navidades hawaianas, la copta en Egipto o la que celebran los inuit de Groenlandia con su tradicional kiviak (carne de ave fermentada en el cuerpo de una foca).

En la actualidad, muchas costumbres se han ido mimetizando como efecto de la masiva presencia de medios de comunicación de masas y la hegemonía cultural de los países anglosajones en estos medios. Sin embargo, algunas de las tradiciones navideñas fueron coincidiendo tiempo atrás, como efecto de otros procesos globales de hegemonía cultural, especialmente la cristianización. En este sentido hay dos tradiciones que a menudo damos por sentadas pero que tienen orígenes controvertidos: la fecha misma en la que celebramos la Navidad y su desconcertante relación con dar regalos. ¿Cuándo surgieron y por qué? ¿Qué relación existe entre ambas cosas?

El nacimiento de Jesús y otras celebraciones del 25 de diciembre

Algunos historiadores y muchos paganos contemporáneos sostienen que las celebraciones que en nuestro calendario coinciden con el final de diciembre y el principio de enero no tenían su origen en la celebración cristiana sino, mucho antes, en los cultos agrarios que celebrarían el solsticio de invierno, que se caracteriza por ser la época en la que los días comienzan a alargarse de nuevo.

Ciertamente, en estas fechas los romanos celebraban las festividades dedicadas a Saturno, dios del tiempo y la agricultura, que también incluían el intercambio de regalos y terminaban con la festividad del Sol Invicto el día 25 de Diciembre. Las saturnales se empezaron a celebrar al menos cuatro siglos antes de que el culto Sol Invictus adoptara una cierta autonomía ya con Aureliano en el siglo II d.C. Esta autonomía que el culto al Sol va ganando sobre el culto a los dioses agrarios tiene interés porque representa una forma particular de evolución del politeísmo al monoteísmo que se ha dado numerosas veces en la historia de las religiones antiguas.

Hasta cierto punto, esta tendencia preparaba el advenimiento del cristianismo imperial romano que prohibiría la festividad del Sol Invictus y otras muchas mediante el célebre edicto de Tesalónica dictado por Teodosio en el año 380. Pero ya antes de esa fecha los Padres de la Iglesia habían visto en el simbolismo del Sol Victorioso una imagen ajustada a su propia visión de Cristo, centrada en la victoria del Dios resucitado sobre la oscuridad de la muerte, aunque representado en la imagen de un bebé. Y es que también al Sol Invictus se le representaba como un bebé. Y también era un bebé el más antiguo dios resucitado Osiris, hijo de la otra célebre virgen de la antigüedad, Isis, a la que las primeras imágenes de la Virgen imitan.

Algunos cristianos rechazan esta teoría, pero el catolicismo romano acepta ampliamente que la fecha de la Navidad es una convención, como muestra la afirmación de Juan Pablo II: “A los cristianos les pareció lógico y natural sustituir esa fiesta con la celebración del único y verdadero Sol, Jesucristo, que vino al mundo para traer a los hombres la luz de la verdad” (1993, asamblea general 22 de Diciembre). Gracias al cronógrafo de Filócalo sabemos que al menos desde 336 (con el Papa Julio I) el nacimiento de Jesús se celebraba el 25 de Diciembre en Roma. En el año 440, el Papa León Magno estableció esta fecha para la conmemoración de la Natividad y ya en 529 el emperador Justiniano la declara oficialmente festividad del Imperio.

Aquellas iglesias cristianas que no se han regido por los concilios romanos, como la copta o la siria, celebran el nacimiento de Jesús coincidiendo con la Epifanía, nuestro día de Reyes, cuando se supone que el nacimiento de Jesús se da a conocer. Y también hay quien la celebra cuando simplemente cuando le viene bien, como se decretó en Venezuela en 2013 adelantando la fecha al 1 de noviembre, declarando la festividad nacional de la “Navidad Temprana”. Sea como sea, nada sabemos de las fechas históricas de estos hechos celebran, ni sabemos tampoco si tales hechos son uno de los rumores más exitosos de la historia o realmente aconteció algo parecido.

Los regalos, los Reyes Magos y Santa Claus

El reparto de regalos es una costumbre asociada simbólicamente con la prosperidad en diversas culturas. Existe la creencia en que dar y recibir bienes no es únicamente un acto social o económico, sino que propicia la abundancia, las cosechas generosas y otros dones posibles, entre ellos los bienes de salvación que se reciben en la otra vida. La antigua celebración del Sol Invictus, culminación de unas festividades de origen agrario, incluían el intercambio recíproco de regalos.

La fiesta de la Natividad que la sustituyó después, tanto si se celebraba el 25 de Diciembre como si se celebra en la Epifanía de Enero, presenta este mismo rasgo. Probablemente no existe una continuidad histórica entre ambas costumbres (no se ha probado), pero es una coincidencia simbólica y estructural que caracteriza a la Navidad como una época propiciatoria de la abundancia, done la generosidad se pone en juego, se da y se espera, recíprocamente. Naturalmente, las figuras que en el cristianismo han representado icónicamente estas ideas son los Reyes Magos y Santa Claus, pero ambas tienen orígenes muy diferentes.

En el caso de los Reyes Magos, sabemos que su origen es bíblico. En el capítulo segundo del Evangelio de Mateo se cita a unos magos desconocidos que se presentaron en Jerusalén preguntado por “el Rey de los Judíos”. Los ancianos y sacerdotes de Jerusalén los mandaron a Belén de Judea y, siguiendo una estrella que ya habían avistado desde su Oriente original, llegaron a Belén y presentaron sus regalos a María. Aunque en distintas épocas y textos se ha discutido sobre el número de los magos de Oriente, las primeras representaciones artísticas occidentales los limitan a tres, uno por cada especie que ofrecen como regalo.

Preocupado porque San Nicolás y sus regalos eclipsaran la relevancia de Jesús en la celebración de su nacimiento, Lutero sugirió cambiar el nombre del santo y usar otros para referirnos a la misma figura, y así aparecieron nombres como “Padre de la Navidad” (Papá Noel).

En el llamado Evangelio de la infancia de Armenia, redactado hacia el siglo V, se citan por primera vez los nombres de Melkon, Gaspar y Baldassar, que ya aparecen como reyes de tres lugares distintos (Persia, India y Arabia) anticipando la diferenciación fenotípica que se mostraría en sus representaciones hasta la actualidad. La primera constancia del impacto popular de esta fuente literaria lo encontraríamos en el siglo siguiente, en los frescos de San Apolinar Nuovo de Rávena, donde los tres magos aparecen llevando regalos a María y con sus tres nombres escritos sobre la piedra.

Así, estas figuras van estableciéndose en el relato de la Navidad desde muy temprano y casi al mismo tiempo en que se van decidiendo los detalles de la fecha de la celebración y de la Epifanía. Si bien es cierto que regalar también formaba parte de las celebraciones precristianas de las Saturnales y del Sol Invicto, la Iglesia de Occidente asentada en Roma (no así la de Oriente) prefirió desvincular la Natividad y los regalos postergando estos últimos a la celebración de la Epifanía. Algo distinto ocurriría después con la Reforma Protestante, donde el acto de regalar se representa simbólicamente a través de Santa Claus.

Las figuras conocidas como Santa Claus, Papa Noel o Kris Kringle tienen su origen como rememoraciones del obispo de Myra (en la actual Turquía), San Nicolás, que vivió hacia el siglo IV y cuya santidad fue reconocida, entre otras cosas, por sus regalos a las familias pobres de la ciudad. La devoción por el santo se extendió por Europa ampliamente en la época de las cruzadas por su simbolismo como evangelizador en tierras infieles y su fiesta estaba asociada a su onomástica, el 6 de Diciembre, cuando se hizo costumbre hacer regalos a los niños. Durante la Reforma, sin embargo, tanto Lutero como Enrique VIII optaron por trasladar la celebración al día de la Natividad, el 25 de diciembre.

Preocupado porque San Nicolás y sus regalos eclipsaran la relevancia de Jesús en la celebración de su nacimiento, Lutero sugirió cambiar el nombre del santo y usar otros para referirnos a la misma figura, y así aparecieron nombres como “Padre de la Navidad” (Papá Noel). La imaginación romántica y el folclorismo del siglo XIX dotaron después a la figura de las complejas leyendas que son populares hoy en algunos países. Valga añadir, de paso, que las ropas rojas de la representación actual de Santa no fueron en realidad fruto de una exitosa campaña publicitaria de Coca Cola, como se suele repetir en la actualidad.

El color rojo es un color habitualmente asociado a las representaciones tradicionales de San Nicolás en su calidad de obispo. El romanticismo y el folclorismo del XIX prefirieron a Santa Claus vestido de verde por crear un efecto bucólico y paganizante típico de la época, y ello tuvo un inesperado efecto uniformizador en las representaciones del viejo que traía regalos a los niños. Se extendió que era viejo, que era gordo, que venía del Norte (en vez de venir de Turquía) y se generalizó la imagen de un gran abrigo ribeteado de piel blanca peluda que vino a sustituir a la más tradicional imagen de un obispo oriental de rojo cardenalicio con su tiara y su báculo.

Lo que ambos finalmente tendrían en común es el asunto del regalo: una sencilla estrategia simbólica a través de la que convertimos el ritual conmemorativo de la Natividad en una ocasión para propiciar la prosperidad y la abundancia de cara al ciclo agrario que recomienza tras el solsticio de invierno. Hoy ya el ciclo agrario no es relevante para la mayoría, pero nuestros “años económicos” siguen un ritmo bastante similar y festividades como éstas siguen sirviendo para marcar simbólicamente los calendarios colectivos alrededor de los que seguimos organizando nuestro tiempo y renovando nuestras expectativas de prosperidad.

*Mónica Cornejo Valle. Profesora de Antropología de las Religiones, Universidad Complutense de Madrid.

Publicado en:

https://elpais.com/elpais/2015/12/24/ciencia/1450948445_246463.html


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Los orígenes de la Navidad

Existe una profunda semejanza de las fiestas de finales de diciembre y comienzos de enero con las de marzo, sin duda porque ambos meses, enero y marzo, han sido considerados por diversas culturas como inicio del año. Enero era el mes dedicado a Jano. San Paciano, obispo de Barcelona en el siglo IV, ya hablaba de mascaradas paganas que tenían lugar por estas fechas, diciembre y enero. Muchos Santos Padres condenaron estas fiestas paganas.

Las Saturnalias o fiestas en honor a Saturno se celebraban entre los días 17 y 23 de diciembre. Las muy posteriores fiestas de los obispillos, el Bisbetó de Monserrat,la fiesta del Rollo, el obispo de los locos o el abat de los locos de los días 6 y 28 de diciembre, según los casos, que subsistieron en los pueblos españoles como residuos de aquellas Saturnalias, se celebraban también en las iglesias.

Hay referencias históricas de que en la Edad Media había grandes libertades en los templos. Por tanto, es muy probable que los Papas eligieran el 25 de Diciembre para conmemorar el nacimiento de Jesús con el fin de que los fieles cristianos se apartaran de las celebraciones paganas del solsticio de invierno.

La Navidad venía así a ocupar el lugar que todavía llenaban esas fiestas saturnales y otras propias del invierno en Roma. Reinando Constantino el Grande, la iglesia propuso que el 25 de diciembre se celebrara el nacimiento del Salvador por su coincidencia con la celebración romana del Sol Invictus.

En todo caso, en el año 345 d.c. el día 25 era fiesta de Navidad en Occidente.En Oriente, sin embargo, la celebran el 6 de enero, pero la influencia de San Juan Crisóstomo, padre de la Iglesia de Oriente y patriarca de de Alejandría, y de San Gregorio Nacianzeno, el teólogo, amigo de San Basilio, consiguió que adoptaran el 25 de diciembre.

De San Nicolás a Papá Noel

San Nicolás fue obispo de Mira, Licia en el siglo IV.

Probablemente asistió al Concilio de Nicea en el año

325 d.c. Sin embargo, sus reliquias parece que fueron trasladadas en 1087 a Bari, donde se conservan en un sarcófago del que emana un bálsamo al que se atribuyen efectos milagrosos. Universalmente reconocido como taumaturgo, se le aplican numerosas leyendas relacionadas con resurrección de niños y dotación de vírgenes. Una de ellas cuenta que una noche ,cuando trataba de transportar tres bolsas de oro hasta las tres hijas de un mercader arruinado, una de las bolsas cayó dentro de los calcetines que colgaban de la chimenea para secarse y que por eso desde entonces se cuelgan los calcetines en espera de regalos. El mercader, vecino suyo, había decidido prostituir a sus tres hijas porque no tenía dinero para la dote. La historia cuenta que el santo arrojó las limosnas discretamente por una ventana para librar de la deshonra a las tres doncellas.

Otra leyenda asegura que San Nicolás devolvió la vida a tres niños que habían sido descuartizados y puestos en salmuera por un terrible secuestrador caníbal .Su fiesta se celebra el 6 de diciembre y es el patrón de Rusia y de Lorena, y muy popular en la citada Rusia, Grecia, Italia, el Norte de Europa, Alemania e Inglaterra, donde ha sido asimilado a su Papá Noel, ese personaje legendario de barba blanca, vestido de rojo y con capucha, y a Santa Claus, denominación anglosajona de San Nicolás, y con funciones de protector y patron de niños. San Nicolás viaja por estas fechas a Holanda desde España en un velero y acompañado por Pedro el negro, una especie de Betama que decide qué niños merecen regalos y quiénes no.

En Estados Unidos, el sinter Klaas importado se convirtió en Santa Claus. En el Mediterranéo, San Nicolás sustituyó en las fiestas y creencias populares a Poseidón, rey de los mares y dios de los terremotos de la mitología clásica. Se le representa con orgamentos episcopales y sus atributos son tres bolsas de oro con las que libró de la prostitución a las tres doncellas, los tres niños resucitados y un ancla, como protector de los hombres de mar, pues estando en Palestina dicen que calmó una enorme tempestad.

Los Reyes Magos

El 6 de Enero, en Oriente sólo se celebraba la Epifania o Teofanía, es decir, las manifestaciones de Cristo (nacimiento, adoración de los Reyes Magos, bautismo)

En Occidente únicamente era la fiesta el nacimiento, el 25 de Diciembre. Con los años, Occidente adoptó la Epifanía y Oriente la Navidad. Según la tradición popular, tres magos, reyes de Oriente, tal vez de Arabia

Fueron a llevarle regalos a Jesús, recién nacido en Belen. Sus reliquias fueron descubiertas por Santa Elena y se veneran actualmente en la catedral de colonia, a cuyo obispo se las regalo el emperador en el

Año 1164.En España existe la costumbre de obsequiar a los niños con juguetes en memoria de los

Dones oro, incienso y mirra, mt 2:11.ofrecido por los Reyes a Jesús. En realidad, la fijación de la fecha de la Epifanía el 6 de enero se debe muy probablemente a cálculos relacionados con extrañas consideraciones sobre el solsticio de invierno y las fases de la Luna.

Algunos expertos consideran que influyeron en esta decisión las fiestas paganas saturnales que se extendian desde el 17 hasta el 23 de Diciembre y que alcanzaron gran importancia durante el Imperio cuando Domiciano las alargó hasta alcanzar esos siete dias. Los esclavos disfrutaban esos días de libertad.

La determinación del número de Reyes Magos, sólo tres, y de su procedencia se fue perfilando en la Alta Edad media. El rey negro aparece en el siglo XV.

En realidad, existen tres fechas en la tradición cristiana en las que se entregan regalos a los niños.

En los países mediterráneos,como Italia y España,se hace el 6 de Enero con los Reyes Magos en España y con la bruja Befana en italia,que entra sobre su escoba por la chimenea de las casas. Sólo hace regalos a los niños que se han portado bien.

En España se sacaban los zapatos o las botas al balcón para que los Reyes dejarán allí sus regalos. En Bélgica, Holanda y Francia lo celebran el 6 de Diciembre, día de San Nicolás, quién en Bélgica camina en un Burro. Y en el resto de los países occidentales son Santa Claus o Papá Noel quienes los reparten, pero el día 24 de Diciembre. Además, en el Norte europeo los niños cuentan con los gnomos.

En el mundo oriental es San Basilio el encargado de traer los regalos el día 1 de Enero.

El Belén

El belén o nacimiento es la representación del nacimiento de Jesús en Belén por medio de figuras.

Es uno de los escenarios más tempranos y habituales del arte cristiano, pues aparece ya en el siglo IV en la catacumba de San Sebastián de Roma. Hasta la Baja Edad Media persistió la variante de origen bizantino de la virgen acostada, acompañada por dos comadronas.Después,a partir del siglo XIV,la virgen está de rodillas y sin comadronas,pues se impone la idea del parto sin dolor.

La tradición popular del belén,pesebre o nacimiento es mucho más reciente. Parece que fue San Francisco de Asís quien realizó la primera representación en Greccio. Después, Santa Clara la difundió por los conventos franciscanos de Italia y posteriormente la propia difusión de la orden contribuyó a la extensión del pesebre representado por seres vivos o figuras.

Durante la Edad Media y el Renacimiento era costumbre representar escenas de Navidad en las iglesias. De ambas tradiciones arranca la de los belenes actuales con sus figuras de madera, yeso, plomo, barro o cartón.

Alcanzó su apogeo en el reino de Nápoles en el siglo XVIII y de allí pasó a España, de donde fue llevado a América Latina. Persiste en tambien en el sur de Italia, gran parte de Alemanía, Provenza y el Tirol.

Es costumbre mediterránea. En algunas regiones de Italia los niños construían una especie de belenes de madera, a los que llamaban la cabañita, con el Niño Jesús en su interior.

Tal vez recogía las dos tradiciones: la del árbol, o la del verdadero belén, la llegada de hierbas, musgo, o ciprés parece encontrar origenes gentilicios más que cristianos. El musgo, por ejemplo, cuenta con un hada protectora, la mujercita del musgo, según los alemanes.

Por su parte, la idea de belén como cueva o caverna donde nació Cristo encuentra similitudes en otras religiones donde los dioses nacen en cuevas o en las hendiduras de la Tierra. Quiza ningún pueblo del mundo ha llegado a crear, en relación a la navidad, una cosa tan graciosa, tan popular, como los belenes.

El árbol de Navidad

Alrededor del año 723 San Bonifacio viajó con un pequeño grupo de personas en la región de la Baja Sajonia. El conocía a una comunidad de paganos cerca de Geismar que, en medio del invierno, iban a realizar un sacrificio humano (donde usualmente la víctima era un niño) a Thor, el dios del trueno, en la base de un roble al que consideraban sagrado y que era conocido como “El Roble del Trueno”.

Bonifacio, quiso destruirlo no sólo para salvar a la víctima sino para mostrar a los paganos que él no sería derribado por un rayo lanzado por Thor.

Llegaron a la aldea en la víspera de Navidad justo a tiempo para interrumpir el sacrificio. Con su báculo en la mano, Bonifacio se acercó a los paganos y les dijo: “aquí está el Roble del Trueno, y aquí la cruz de Cristo que romperá el martillo del dios falso, Thor".

El verdugo levantó un martillo para ejecutar al pequeño niño, el Obispo extendió su báculo para bloquear el golpe y milagrosamente rompió el gran martillo de piedra y salvó la vida del niño.

Después, se dice que Bonifacio habló así al pueblo:“¡escuchen hijos del bosque! La sangre no fluirá esta noche, salvo la que la piedad ha dibujado del pecho de una madre. Porque esta es la noche en que nació Cristo, el hijo del Altísimo, el Salvador de la humanidad. Él es más justo que Baldur el Hermoso, más grande que Odín el Sabio, más gentil que Freya el Bueno.

Desde su venida el sacrificio ha terminado. La oscuridad, Thor, a quien han llamado en vano, es la muerte. En lo profundo de las sombras de Niffelheim él se ha perdido para siempre. Así es que ahora en esta noche ustedes empezarán a vivir. Este árbol sangriento ya nunca más oscurecerá su tierra. En el nombre de Dios, voy a destruirlo”.

Entonces, Bonifacio cogió un hacha que estaba cerca de ahí, y según la tradición, cuando la blandió poderosamente hacia el roble una gran ráfaga de viento voló el bosque y derribó el árbol con raíces y todo. El árbol cayó al suelo y se rompió en cuatro pedazos.

El “Apóstol de Alemania” siguió predicando al pueblo germánico que estaba asombrado y no podía creer que el asesino del Roble de Thor no haya sido golpeado por su dios. Bonifacio miró más allá donde yacía el roble y señaló a un pequeño abeto y dijo: “Este pequeño árbol, este pequeño hijo del bosque, será su árbol santo esta noche. Esta es la madera de la paz… Es el signo de una vida sin fin, porque sus hojas son siempre verdes. Miren como las puntas están dirigidas hacia el cielo. Hay que llamarlo el árbol del Niño Jesús; reúnanse en torno a él, no en el bosque salvaje, sino en sus hogares; allí habrá refugio y no habrán actos sangrientos, sino regalos amorosos y ritos de bondad”.

Así, los alemanes empezaron una nueva tradición esa noche, que se ha extendido hasta nuestros días. Al traer un abeto a sus hogares, decorándolo con velas y ornamentos y al celebrar el nacimiento del Salvador, el Apóstol de Alemania y su rebaño nos dieron lo que hoy conocemos como el árbol de Navidad. (Fuente Church Pop)

Poco a poco, la tradición fue evolucionando: se colocaron las esferas y los focos que representan la alegría y la luz que Jesucristo trajo al mundo.

Las esferas actualmente simbolizan las oraciones que hacemos durante el periodo de Adviento. Las esferas azules son oraciones de arrepentimiento, las plateadas de agradecimiento, las doradas de alabanza y las rojas de petición.

Se acostumbra poner una estrella en la punta del pino que representa la fe que debe guiar nuestras vidas.

También se suelen poner adornos de diversas figuras en el árbol de Navidad. Éstos representan las buenas acciones y sacrificios, los "regalos" que le daremos a Jesús en la Navidad.

Para aprovechar la tradición: Adornar el árbol de Navidad a lo largo de todo el adviento, explicando a los niños el simbolismo. Los niños elaborarán sus propias esferas (24 a 28 dependiendo de los días que tenga el Adviento) con una oración o un propósito en cada una, y conforme pasen los días las irán colgando en el árbol de Navidad hasta el día del nacimiento de Jesús.

Adaptación por Francisco Ramón Paya, publicado en El Tiempo, diciembre de 1997

Publicado en:

https://www.aciprensa.com/recursos/los-origenes-de-la-navidad-1865


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Navidad en Colombia: una mágica tradición

Los últimos días de noviembre, la alegría invade a los colombianos, las calles se llenan de luces y todos se preparan para celebrar la Navidad, una gran fiesta que reúne a la familias y a los amigos alrededor del pesebre, en donde se conmemora el nacimiento del Niño Jesús.

¡Diciembre es una fiesta!

En Colombia, el inicio de la celebración de Navidad se hace oficial con la noche de las velitas, que se lleva a cabo el 7 de diciembre, víspera de la fiesta religiosa de la Inmaculada Concepción de María. En esta fecha, las familias se reúnen para encender una gran cantidad de velas o faroles en frente de las casas y, de esta forma, trazar el camino para que la Virgen María bendiga sus hogares.

Además, las calles se llenan de luces y los alumbrados más famosos de ciudades como Bogotá, Medellín y Cali crean una fiesta de colores en la noche, con espectáculos pirotécnicos que atraen visitantes de todas las regiones del país y del mundo.

La Navidad en Colombia es una gran fiesta, es tiempo de recogimiento y unión familiar; es una época especial para expresar cariño, compartir con los amigos y, por supuesto, rezar la Novena de Aguinaldos.

Durante nueve días, congregados alrededor del pesebre y el árbol de Navidad, los colombianos rezan, cantan villancicos, disfrutan la alegría de las fiestas decembrinas y comparten con los más pequeños el mensaje del nacimiento del Niño Dios.

En estos encuentros se ofrecen bocadillos, postres y preparaciones culinarias como natilla y buñuelos y, en ocasiones, se festeja hasta el amanecer al ritmo de salsa, merengue, cumbia, Vallenato y otros ritmos propios de las fiestas colombianas.

Además, las calles se llenan de luces y los alumbrados más famosos de ciudades como Bogotá, Medellín y Cali crean una fiesta de colores en la noche, con espectáculos pirotécnicos que atraen visitantes de todas las regiones del país y del mundo.

La Navidad en Colombia es una gran fiesta, es tiempo de recogimiento y unión familiar; es una época especial para expresar cariño, compartir con los amigos y, por supuesto, rezar la Novena de Aguinaldos.

Durante nueve días, congregados alrededor del pesebre y el árbol de Navidad, los colombianos rezan, cantan villancicos, disfrutan la alegría de las fiestas decembrinas y comparten con los más pequeños el mensaje del nacimiento del Niño Dios.

En estos encuentros se ofrecen bocadillos, postres y preparaciones culinarias como natilla y buñuelos y, en ocasiones, se festeja hasta el amanecer al ritmo de salsa, merengue, cumbia, Vallenato y otros ritmos propios de las fiestas colombianas.

Publicado en:

http://www.colombia.travel/es/blog/navidad/navidad-en-colombia-una-magica-tradicion


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Las 20 tradiciones navideñas más peculiares alrededor del mundo

Las tradiciones navideñas que hemos elegido son maravillosas, aunque algunas raras. De todas formas, seguro que te transmitirán el espíritu navideño.

Es la época más maravillosa del año. Tradiciones Navideñas por todo el mundo. Durante unas semanas el mundo se impregna de la magia de la Navidad, la gente está más feliz y parece que nos afectan menos los rigores del inverno.

Da igual si celebras las fiestas por motivos religiosos, como la Janucá o la Navidad, o por otras razones. Sea como fuere, aquí tienes una serie de costumbres navideñas para hacer estas fiestas más especiales. Nuestras tradiciones navideñas en el mundo son alegres y superdivertidas.

1. Tradiciones navideñas: El festival de los farolillos gigantes, Filipinas

El festival de los farolillos gigantes (Ligligan Parul Sampernandu) se celebra todos los años el sábado previo a la Nochebuena en la ciudad de San Fernando, la “Capital de las Navidades” de Filipinas. Personas de todo el país de y del mundo entero acuden a ver el festival. Once barangays (pueblos) participan en él. Existe una gran rivalidad por ver quién construye el mejor farolillo.

Al principio, los farolillos apenas medían medio metro de diámetro. Estaban hechos con papel de hapon (papel japonés usado en la papiroflexia) y una vela los iluminaba. Sin embargo, hoy los farolillos están hechos con una gran variedad de materiales y pueden llegar a medir seis metros. Ahora los iluminan con bombillas creando unos diseños caleidoscópicos.

2. La cabra de Gävle, Suecia

Desde 1966, la cabra Yule de 13 metros de alto se ha construido en el centro de la plaza del castillo de Gävle para el Adviento. Pero esta tradición navideña sueca ha generado sin querer otra costumbre: intentar prenderle fuego a la cabra. En sus 48 años de historia, han conseguido quemar la cabra en 26 ocasiones, la más reciente fue en 2013.

Si quieres saber cómo acaba la cabra este año cuando la planten el día 1 de diciembre, puedes seguir su progresión a través de Internet visitando la página web de Gävle.

3. Krampus, Austria

Un demonio que vaga por las calles de la ciudad asustando a los niños y castigando a los que se han portado mal… No, no es una tradición de Halloween, sino el compinche malvado de Santa Claus: Krampus.

En el folclore navideño de Austria, Santa Claus (o San Nicolás) premia a los niños que se han portado bien, mientras que Krampus coge a los niños que se han portado mal y se los lleva en su saco. Durante la primera semana de diciembre (especialmente la víspera del día de San Nicolás), jóvenes disfrazados de Krampus asustan a los niños haciendo sonar sus cadenas y campanillas.

4. Cena de Navidad con KFC, Japón

Las Navidades nunca se han celebrado demasiado en Japón. Dejando a un lado pequeños gestos de intercambiar regalos o una iluminación especial, poco más se celebra en el país nipón. Sin embargo, recientemente ha surgido una extraña “tradición”: una cena a base de pollo frito del restaurante dirigido por coronel más famoso del mundo: el Kentucky Fried Chicken.

El menú especial de 2016 se anunciará pronto en la página web de Japón de KFC y, aunque no entiendas ni papa de japonés, eso da igual, porque lo importante son las deliciosas fotografías. Este menú especial está personalizado para la ocasión con motivos navideños e incluye el mejor pollo para darse un buen festín.

5. Los jóvenes Yule, Islandia

Durante los 13 días previos a Navidad, 13 pícaros aparecen en escena en Islandia.

Los jóvenes Yule (jólasveinar en islandés) visitan a los niños de todo el país durante las 13 noches previas al día de Navidad. En cada una de esas noches, los niños dejan sus mejores zapatos al lado de la ventana y los jóvenes Yule les traen regalos a aquellos niños que se han portado bien, y patatas podridas, a los que se han portado mal.

Vestidos con trajes tradicionales islandeses, los Yule son muy traviesos y sus nombres nos dan una pista del lío que pueden causar: Stekkjastaur (el acosador de ovejas), Giljagaur (el vigilante desde las zanjas), Stúfur (el chaparro), Þvörusleikir (el chupacucharas), Pottaskefill (el rascaollas), Askasleikir (el chupaplatos), Hurðaskellir (el portazos), Skyrgámur (el devorayogures), Bjúgnakrækir (el robasalchichas), Gluggagægir (el vigilante desde las ventanas), Gáttaþefur (el husmeador de puertas), Ketkrókur (el gancho robacarnes) y Kertasníkir (el robavelas). ¡Ve a Islandia estas Navidades y conócelos a todos!

6. El día de San Nicolás, Alemania

A San Nicolás no hay que confundirlo con el Weihnachtsmann (Papá Noel). Nicolás viaja en burro la noche del 6 de diciembre (el día de San Nicolás) y deja pequeños regalos como monedas, chocolatinas, naranjas y juguetes en los zapatos de los niños alemanes que se han portado bien, y especialmente en los zapatos de los niños de la región de Baviera. También les da pequeños regalos o chucherías a los niños en el colegio o en casa a cambio de que reciten una poesía, canten una canción o hagan un dibujo. Resumiendo: Nicolás es un bonachón.

Pero no todo iba a ser risas y buen rollo. A San Nicolás a menudo lo acompaña Knecht Ruprecht (el agricultor Ruprecht). Ruprecht es un demonio vestido de negro y cubierto de campanillas y una gran barba negra que lleva una pequeña vara para castigar a los niños que se portan mal.

7. Noruega

Quizás una de las tradiciones navideñas menos ortodoxas la encontramos en Noruega, donde la gente se dedica a esconder las escobas. Esta tradición tiene su origen hace cientos de siglos, cuando se creía que las brujas y los malos espíritus aparecían en Nochebuena para buscar escobas con las que volar. A día de hoy, muchos aún esconden las escobas en el lugar más seguro de la casa, para evitar que se las roben.

8. Encendido de la menorá nacional de la Janucá, Washington D.C.

La festividad judía de la Janucá se celebra a bombo y platillo por todos los Estados Unidos. Y uno de los momentos más importantes tiene lugar en un acto público. Desde 1979, una menorá de casi 10 metros de alto se levanta en la Casa Blanca y allí permanece durante los ocho días y las ocho noches de la Janucá. La ceremonia en Washington D.C. incluye discursos, actuaciones musicales, actividades para los niños y, por supuesto, el encendido de la menorá.

Este año, el primer día de la Janucá cae el seis de diciembre. El encendido de la primera vela tendrá lugar en la Casa Blanca a las 4 de la tarde, independientemente de si llueve o luce el sol.

Después, cada noche se va encendiendo una vela más. El acto es público y gratuito, solo tienes que reservar las entradas con antelación.

9. Venezuela

e encantan las Navidades, ¿pero crees que podrían mejorarse con unos patines? Si la respuesta es sí, entonces ve este año a Caracas, Venezuela. Cada Nochebuena, los habitantes de Caracas se dirigen bien temprano a la iglesia (hasta aquí, todo normal), pero por razones que solo ellos conocen, ¡lo hacen patinando!

Esta tradición tan original es tan popular que cortan calles al tráfico y solo se puede llegar a la iglesia en patines. Después se van a casa para la insólita cena de Nochebuena con tamales (una masa de maíz rellena de carne que se envuelve con hojas de mazorca y luego se cocina al vapor).

10. El Día de las Velitas, Colombia

El Día de las Velitas marca el inicio de la temporada navideña en Colombia. En honor a la Virgen María y a la Inmaculada Concepción, la gente coloca velas y farolillos de papel en las ventanas, balcones y jardines.

La tradiciónes navideñas de las velas se ha hecho tan popular que ahora muchos pueblos y ciudades de todo el país se iluminan con velas y farolillos elaboradísimos. Algunos de los mejores pueden verse en Quimbaya, donde los vecinos compiten por ver quien crea el adorno más impresionante.

11. Desfile de luces, Toronto

En invierno, la preciosa ciudad de Toronto da el pistoletazo de salida a la época navideña con el anual Desfile de luces (Cavalcade of Lights). Este año será el 49º aniversario. El primer desfile se organizó en 1967 para presumir de las obras recientemente construidas: el Ayuntamiento y la plaza Nathan Phillips.

La plaza y el árbol de Navidad se iluminan con más de 300 000 luces de led que se encienden todas las noches hasta las 11 de la noche del día de Año Nuevo.

12 .Irlanda, una Navidad pasada por cerveza

Prácticamente en todos los países los más pequeños de la casa dejan leche, galletas o polvorones ya sea a Papá Noel o a los Reyes Magos. En Irlanda le han dado una vuelta de tuerca a esta tradición navideña y la han hecho un poquito más suya. En vez de estos típicos dulces, los irlandeses prefieren dejarle a Santa Claus un poco de pudding hecho con Guinness o whiskey irlandés. Curiosa tradición, ¿verdad?

13. ¿Has visto algo tan raro como lo que hacen en la República Checa?

En la República Checa tienen una extraña —y, por qué no, bastante ridícula— tradición navideña: en Nochebuena, las mujeres solteras se colocan de espaldas a la puerta de su casa y tiran un zapato por encima de su hombro; si el zapato cae con la punta mirando hacia la puerta significa que encontrará pareja, pero si, por el contrario, cae con el tacón en dirección a la casa seguirá soltera un año más. Nos preguntamos si esta táctica tan peculiar funciona también para los hombres solteros checos y qué pasará si el zapato cae de canto.

14. Venezuela: Navidad sobre ruedas

El país caribeño le da una sacudida al cuerpo la mañana de Navidad. Una de las tradiciones más divertidas venezolanas es rodar hasta la misa del 25 de diciembre con patinetes, patines o, incluso, trineos. En Caracas, en particular, se corta el tráfico de las calles más céntrico para que jóvenes y mayoras puedan patinar a gusto. ¿No sería muy divertido hacer esto con nuestros patines nuevos?

15. Australia o la soleada Navidad

En este país anglosajón las Tradiciones navideñas se celebran con arena en vez de con nieve y con canguros en vez de con renos. Sí, no nos hemos vuelto locos: ¡Rudolph es un canguro con nariz roja! Además, en vez de una gran cena de Nochebuena o comida de Navidad —en casa o fuera—, los australianos suelen irse a la playa a hacer una barbacoa navideña como dios manda. Sol, regalos y comida al aire libre, ¿qué más se puede pedir?

16. Ucrania y la tela de arañas navideña

Esta Tradición navideña suena más a Halloween que a Navidad, los ucranianos tienen una curiosa tradición para celebrar las pascuas: cubrir el árbol de Navidad con telas de araña —sí, sí, en vez de espumillón utilizan arácnidos falsos—. Esta práctica viene de una leyenda muy antigua que dice que una viuda muy pobre y sus hijos cubrieron su árbol con telas de araña ya que no tenían dinero para comprar decoración. Una noche, un grupo de arañas vieron el árbol y decidieron redecorarlo con cintas doradas y plateadas. Dicen que desde entonces la familia prosperó y nunca más pasó penurias. ¿Quién se apunta a decorar la casa así? Ya sabes, por si acaso.

17. La tradición navideña un tanto macabra de Serbia

El país de los Balcanes tiene una manera un tanto impactante de celebrar las fiestas. Los regalos no se entregan el día de Navidad sino los domingos anteriores a esta fiesta. La tradición marca que dos domingos antes del 25 de diciembre los niños de la casa «secuestran» a su madre y la atan a una silla, como rescate piden regalos y hasta que no los reciben la pobre madre no podrá quedar en libertad. El domingo siguiente, justo antes de Navidad, es el padre el secuestrado que tendrá que pagar con regalos por su libertad. Nosotros nos preguntamos ¿y qué pasa si nunca llegan los regalos?

18. Noruega y su particular noche de «brujividad»

Vale, reconozcámoslo, lo de «brujividad» nos lo hemos inventado, pero bien podría llamarse así la Navidad noruega. En el país nórdico se cree que Nochebuena es la noche de las brujas y los espíritus —vamos, algo así como una Pesadilla antes de Navidad real—y, por eso, todas las escobas, los cepillos y cualquier utensilio similar se esconde —no vaya a ser que a algún graciosete se le ocurra revivir Salem—. Además, para ahuyentar a los malos espíritus, en mitad de la noche los noruegos disparan al aire sus pistolas y escopetas. Interesantes tradiciónes navideñas-

19. Brasil: animales y zapatos

En Brasil se cree que durante las fechas de las Navidades los animales adquieren la capacidad de hablar, así que los niños se pasan el día intentando entablar conversaciones con sus mascotas. Además, es curioso que Papá Noel les deja los regalos dentro de los zapatos y no debajo del árbol.

20. Tradiciones navideñas en Letonia: un regalo, un poema

El país europeo tiene una de las tradiciones más bonitas que podría haber en Navidad. Después de la gran cena de Nochebuena, todos los miembros de la familia buscan su regalo debajo del árbol. Sin embargo, abrirlo no es tan fácil: para ello hay que recetar un poema por cada regalo que tengas. Una costumbre peculiar que no solo embellece la noche, sino que agudiza el ingenio y enriquece el intelecto.

Publicado originalmente, 01 de diciembre de 2017

En:

https://www.momondo.es/inspiracion/tradiciones-navidenas-en-el-mundo/



Fuente: elpais.com
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