Prometer más de la cuenta o elogiarlos excesivamente hará que los niños no se esfuercen ni aprendan como deberían.
De acuerdo con Shelley Phillips del sitio Lifehacker.com, algunas de las buenas intenciones que tienen los padres con sus hijos se pueden convertir en malos hábitos en el futuro.
Algunas frases se podrían cambiar sin dejar de enseñarles y brindarles cariño a los niños.
1. "¡Buen trabajo!"
Es típico decir esta frase cuando los niños realizan algo que en realidad no requiere de ningún tipo de esfuerzo, lo cual puede significar para ellos, que todo lo que hacen es un buen trabajo siempre y cuando lo digan los padres. Lo ideal sería resaltar el esfuerzo que él o ella ha realizado diciéndole, "buen esfuerzo", para que entiendan que en ocasiones es más importante el mérito que los resultados y el significado de ser persistente.
2. "No hagas eso, o de lo contrario"…
Amenazar a un niño nunca es buena idea, pues se le está enseñando la habilidad de utilizar la fuerza y la manipulación para conseguir lo que quieren, aunque la otra persona no esté dispuesta a ayudarles. Aunque a veces es difícil no usar este tipo de represalias, trate de mostrar las consecuencias que tiene determinado hecho que haga su hijo o hija. "No puedes pegarle a tu hermano, me preocupa que salga herido".
3. "Si haces...Entonces yo te daré"
Esta frase es utilizada con frecuencia y hace que los niños hagan las cosas porque les toca y no porque quieren. Además, puede ser usado a la inversa, pues él puede condicionar algún comportamiento a cambio de que le premien. Es mejor mostrar que la ayuda que él o ella presta es funcional y adecuada.
4. "Eres tan inteligente"
Se cree que así se aumenta la autoestima y la autoconfianza de los niños. Sin embargo, estos elogios hacen lo contrario, pues significa que solamente cuando consiguen un logro o una meta ideal para la familia son realmente inteligentes. En lugar de usar este tipo de frases puede manifestarles que valora el esfuerzo que realizan y así ellos obtendrán mejores resultados.
5. "No llores"
De esta manera se invalidan los sentimientos del niño o niña, lo que puede ocasionar una personalidad más explosiva. En cambio, puede explicarles que está bien llorar y que todo mundo lo hace. Ofrézcale su apoyo y pídale que le cuente lo que le sucede, así aprenderá a regular sus emociones, lo que le servirá para toda la vida.
6. "Te prometo que..."
Las promesas rotas les duelen bastante, por ello, debe procurar ser lo más honesto posible con su hijo o hija. Si no puede cumplir algo, recuérdele por qué no puede hacerlo y que además, las cosas no salen siempre como uno espera. Mantener la palabra indica confianza y sinceridad, en tal caso de que rompa su palabra, discúlpese y ofrézcale una explicación.
7. "¿Por qué hiciste eso?"
Cuando su hijo o hija hace algo que no le agrada, sin duda, es necesario entablar una conversación al respecto. Sin embargo, en ese preciso momento el o ella no entenderá que debe aprender de sus errores. Sin embargo, pueden tener un diálogo abierto en el cual, ambos expresen lo que sienten y donde usted le explique las consecuencias de sus actos. Luego de esto, será más fácil que los dos se calmen.