Las sospechas empiezan a transformarse en realidad: Salinas viene por la revancha.
Hace más de dos décadas, el 23 de marzo de 1994, Carlos Salinas de Gortari perdió la batalla ante la “nomenclatura priista”, hoy al grito de “Viva Colosio”, López Obrador certifica el retorno.
En diferentes épocas y en diferentes foros Denise Dresser y Lorenzo Meyer coincidieron en que Luis Donaldo Colosio fue creación, “hechura”, de Carlos Salinas de Gortari, quien lo impulsó como candidato a la Presidencia, en busca de perpetuarse en el poder.
Para Dresser, el magnicidio y el levantamiento del EZLN, “marcó el principio del fin del salinismo“.
Consideró que como en el caso del asesinato de John F. Kennedy Kennedy, en el caso Colosio “nunca vamos a saber la verdad“.
La politóloga apuntó que la pregunta fundamental que debe hacerse es ¿qué efecto tuvo este asesinato?
“Colosio fue una creación de Carlos Salinas… lo puso en la Secretaría de Desarrollo Social… (su candidatura presidencial) fue una forma de querer perpetuarse en el poder… Salinas creyó que podía seguir manejando tras bambalinas a alguien que podría haber terminado siendo su títere”, expuso.
“La muerte de Colosio coloca a la clase de este país al borde del precipicio… la muerte de Colosio es un clavo en el ataúd del salinismo… recuerdo a Colosio con cariño, es un hombre bueno en circunstancias complejas, rebasado, apesadumbrado, se le notaba sobrepasado por una realidad de una campaña disfuncional”, agregó.
Dresser concluyó que si en el asesinato estuvo involucrada la nomenclatura priista, sólo provocó un efecto boomerang, pues “todo lo que intentaban frenar, ocurrió”.
En tanto, Lorenzo Meyer rechazó que la personalidad de Colosio sea destacable y refirió que en el priismo “hay muchos discursos” como los que pronunciaba el ex candidato presidencial de 1994.
“¿Cuántos dobles discursos hay en el PRI? Que si van a intentar cambiar las cosas, hay muchos discursos así”, comentó.
“El discurso (del 6 de marzo de 1994) adquiere importancia porque lo mataron“, sentenció.
Y rechazó la tesis de que el discurso de Colosio en el Monumento a la Revolución “fue lo que hizo que Carlos Salinas se sintiera atacado y deseara quitárselo de encima”, pero consideró que sí pudo ser alguien más.
“Colosio venía de los aparatos normales en el PRI, era hechura de Salinas, no tenía voluntad propia o al menos no lo mostró“, sostuvo.
El asesinato de Colosio generó inestabilidad política, apuntó. Sobre la tesis de que el crimen se fraguó desde dentro del sistema, dijo que puede ser válida, pero rechazó que necesariamente recaiga sobre Salinas.
Con el magnicidio, mencionó, “a quien se arruina es a Salinas y su proyecto de varios sexenios“.
El historiador puso en duda que con Colosio se haya destruido “un proyecto nacional que llevara a un México distinto”.
La “Nomenclatura” de Salinas es similar a la “Mafia del Poder” de López Obrador, y un amplio porcentaje de las propuestas de Andrés Manuel las podemos encontrar en el salinista “Programa de Solidaridad”. Otro símil es la integración del priismo en una fuerza que anulara al “viejo” PRI, con Salinas, el nonato Partido de Solidaridad Social, con López Obrador el Movimiento de Regeneración Nacional.
La integración del fallecido Manuel Camacho Solís y de Manuel Bartllet, los “polos centrales” del salinismo, reforzaron la posibilidad de la simbiosis entre el salinismo y el “obradorismo” , consolidando la posibilidad de un sueño roto el 23 de marzo de 1994.