En #México, ¿Qué puede hacer la “aplastante” mayoría “ #morenista” en el Congreso?:
Casi todo y sin negociación y sin concesiones de por medio. Así lo aseguró Ricardo Monreal: “si no hay acuerdo, ahí sí aplicaremos esa mayoría legítima”.
¿Es legítimo hacer valer la mayoría olvidando una de las razones centrales de la existencia del Poder Legislativo?: Que el #Congreso ejerza las funciones de contrapeso y vigilancia.
Con la mayoría “democrática”, emanada del voto popular se corren grandes riesgos. Se avizora el retorno a las Mayorías parlamentarias que confunden su apoyo al Ejecutivo con la permisividad ciega y con la subordinación. En México se vivieron seis décadas de “aplastante” mayoría #priista, décadas de hegemonía priista en las cuales los legisladores abdicaron a su función de vigilar al Ejecutivo y se volvieron su apéndice.
En las décadas idas, del férreo poder priista, la fuerza de la oposición parlamentaria tenía un rango testimonial. Hoy día la oposición está muy emproblemada: débil numéricamente, fraccionada y sin visos de acuerdo para formar un bloque opositor.
Los partidos que la conforman están peleados a su interior y quedaron enemistados como consecuencia del proceso electoral. Por si fuera poco, la alianza electoral #PRI - #PVEM se rompió y la del #PAN- #PRD- #MC también. El PAN, segunda fuerza, sólo tiene 16% de la Cámara de Diputados y 19% del Senado.
La oposición, ni siquiera en conjunto tendrá la posibilidad de impedir la aprobación de reforma legal alguna. Pero más importante aún, ninguno por sí mismo tiene la posibilidad de frenar nombramientos, vetar reformas constitucionales, llamar a comparecer a secretarios de Estado o interponer acciones de inconstitucionalidad, pues sólo las pueden iniciar fracciones legislativas minoritarias si cuentan con el 33% de senadores o de diputados. Como contrapeso, la oposición está en estado terminal si actúa de manera unificada y muerta si no actúa conjuntamente.
Con una “aplastante” mayoría, #MORENA- #AMLO, no hay excusa que valga para decir: no me dejan gobernar o le han puesto un “freno al cambio”.
Podríamos asegurar que la suerte de México está echada, sobre todo si tal aseveración parte del “Grito de guerra” de la “aplastante” mayoría lanzado durante su toma de protesta: “Es un honor estar con Obrador”.
La mayoría parlamentaria, construida en las urnas, da la impresión que solo cumplirá la función de legislar, olvidando la obligación histórica y legal de ser contrapeso ejerciendo supervisiòn y vigilancia que prevenga excesos y desviaciones de poder.
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