Once años después de la salida de las tropas norteamericanas de Irak, donde Estados Unidos se dejó 4.500 vidas con el objetivo de introducir la democracia, el gobierno de Bagdad ha presentado al Parlamento un proyecto de ley sobre la familia que pretende legalizar el matrimonio de los niños, siguiendo los preceptos más estrictos de la ley islámica, la Sharía.
Además de permitir que, en particular las niñas, puedan contraer matrimonio a cualquier edad (una cláusula autoriza que se puedan divorciar a los 9 años, para unirse a otro hombre), el polémico proyecto incluye otros artículos insólitos. Entre ellos, las condiciones en las que una mujer puede amamantar a su bebé, o el número de noches que un polígamo puede pasar con cada una de sus esposas.
Según los analistas, la concesión al integrismo islamista es una operación política del primer ministro Al Maliki, de confesión musulmana chií y considerado hasta hoy “moderado”, para atraerse el favor del partido chií radical Fadhila. Las elecciones legislativas previstas para el 30 de abril otorgan a Al Maliki, según los sondeos, una minoría en el Parlamento, por lo que su súbita conversión a la Sharía busca en realidad asegurarse el apoyo del partido fundamentalista.
Una eventual aprobación parlamentaria de esa legislación sobre la mujer y la familia aumentaría, no obstante, la violencia y la fragmentación religiosa del país, ya que la minoría suní defiende otra interpretación del Corán. La minoría cristiana de Irak, en su día una de las más importantes del mundo árabe, ya no cuenta; desde el comienzo de la invasión norteamericana y la posterior guerra civil, los cristianos iraquíes han sufrido una auténtica hecatombe, víctimas de los ataques terroristas y del exilio.
Fuente: jaime48.wordpress.com