Sin Derecho no hay Estado. No hay sociedad. Sin la fuerza con la que se impone, esas tres entidades son inconcebibles. Sin Derecho, imperan el desorden, la violencia y la anarquía. En ese caso, la comunidad vive en peligro permanente. Sin futuro. Tal es la situación de México.
Por eso, es extremadamente urgente apelar a ese recurso. Es la única y última alternativa para enfrentar el problema de la inseguridad. De lo contrario, se instalará pleno, incontrolable, un Estado criminal sobre el Estado legal.
Si no hay respuesta legal, como es obligado, los cárteles seguirán colocándose por encima de todos. Establecerán la peor forma de esclavitud, arrebatándoles la primera propiedad colectivo-individual, que es la vida.
De seguir en la actual peligrosa línea, emergerá un Estado inmoral por sus funestos medios y fines. Se colocará encima del Estado moral, legítima y legalmente constituido que hoy se ve cada día más débil y vulnerable. Y eso no puede seguir. Es un contrasentido un gobierno surgido de la legalidad que se muestra temeroso y dubitativo frente a la ilegalidad.
Fuente: www.facebook.com