Los antibióticos han sido uno de los mejores descubrimientos en la medicina. Desde que se descubrió la penicilina en el año 1928, la rápida acción contra las infecciones llevó a pensar a muchos médicos y profesionales de la salud que este tipo de fármacos se convertiría en la solución para dejar en el pasado las enfermedades e infecciones ocasionadas por virus, bacterias y hongos. Si bien este tipo de antibióticos siguen siendo una ayuda fundamental en la medicina, estudios recientes han determinado que suministrarlos en exceso puede ser peligroso para la salud y de hecho, puede crear resistencia en diferentes tipos de bacterias, en particular, en los bebés y los niños.
El uso excesivo de antibióticos farmacológicos también ha desencadenado una epidemia de niños y adultos con función intestinal comprometida y enfermedades autoinmunes de diferentes tipos, debido a los desequilibrios en la flora intestinal. Por esta razón, el uso excesivo de antibióticos es poco recomendado y muchos expertos están optando por recetar los clásicos antibióticos naturales que, si bien no son tan poderosos como lo fármacos, sí dan muy buenos resultados y no tienen estos graves efectos secundarios. ¿Conoces los mejores antibióticos naturales?
Aceite de orégano
El aceite de orégano silvestre (Origanum vulgare), tiene un alto poder antibiótico que puede ayudar a combatir diferentes tipos de microorganismos. Este tipo de aceite es de color dorado o amarrillo oscuro, con un olor picante fuerte.
¿Cómo utilizarlo?
Hongos en los pies o las uñas: Agregar un par de cucharaditas de aceite de orégano en una bañera con agua caliente y sumergir los pies 10 minutos. Otra opción es mezclar una gota de este aceite con una cucharadita aceite de oliva y luego aplicarlo directamente sobre los pies y las uñas.
Parásitos e infecciones: Mezclar una gota de este aceite con una cucharadita aceite de oliva y ponerlo bajo la lengua. Mantener esta posición y enjuagar. Repetir 4 veces a día.
Sinusitis: Poner unas gotas de aceite de orégano en una olla con agua hirviendo e inhalar el vapor.
Pimienta de cayena
Este condimento de sabor picante también ha sido utilizado desde la antigüedad por su alto poder curativo y antibiótico. De hecho, actualmente la ciencia está validando su uso como antibiótico natural.
¿Cómo utilizarlo?
La pimienta de cayena está siendo utilizada en el tratamiento de vulvovaginitis, una infección común en las mujeres. Varios estudios han demostrado que esta especia ejerce un efecto antifúngico y antibiótico considerable en esta condición. Para su uso, se diluye con un aceite esencial como el de oliva. Eso sí, por su acción picante, puede causar sensación de ardor en el primer contacto con la piel.
Ajo
Sin duda el antibiótico natural por excelencia es el ajo. Este ingrediente natural mata no solo a los patógenos y las bacterias, sino también hongos y virus, sin perjudicar la flora intestinal beneficiosa.
¿Cómo utilizarlo?
Por sus fitoquímicos y componentes de azufre de curación, es adecuado para combatir los radicales libres.
Tiene propiedades antibacterianas, antifúngicas, e incluso cualidades antivirales.
El ajo actúa como un potente antioxidante y protege contra el daño del ADN.
El ajo combate gusanos y parásitos.
Ideal para tratar heridas, hongos en las uñas y en los pies.
Ayuda a prevenir infecciones intestinales.
NOTA: Para potenciar su efectividad, se recomienda emplear junto con el limón.
Cúrcuma
La cúrcuma es una especia muy utilizada en la medicina tradicional gracias a sus propiedades antiinflamatorias, antisépticas, antibióticas y analgésicas.
¿Cómo utilizarlo?
Como antibiótico, la cúrcuma se utiliza para prevenir y combatir la bacteria Helicobacter pylori, común en las úlceras gastroduodenales y otras infecciones.
Miel de abeja
Miel
La miel de abeja cruda está considerada como uno de los mejores antibióticos naturales que podemos encontrar. Ya existe evidencia científica que sugiere que la miel de abeja podría ayudar a combatir diferentes infecciones como las ocasionadas a nivel intestinal.
¿Cómo utilizarlo?
Este antibiótico natural se utiliza a menudo para tratar y prevenir infecciones en la piel.
Son varias las investigaciones que aseguran que la miel tiene una acción positiva en la reducción de la cavidad que causan las bacterias responsables de la placa dental.
Es buena para combatir las infecciones relacionadas con la lactancia materna.
La miel podría combatir 250 tipos de bacterias, incluyendo MRSA (Staphylococcus aureus resistente a la meticilina), MSSA (Staphylococcus aureus sensibles a la meticilina), VRE (enterococos resistentes a la vancomicina), Helicobacter Pylori (que puede causar úlceras de estómago).
Fuente: mejorconsalud.com
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