El tráfico de vida silvestre es quizás uno de los delitos ambientales que más llama la atención. Sin embargo, sus efectos son mucho más dañinos de lo que se suele informar, destacó esta semana Insight Crime.
Y es que, a medida que el hábitat de la Amazonía se reduce cada vez más, aves, reptiles, anfibios, felinos y primates son capturados para abastecer la creciente demanda internacional, y dado que la barrera de entrada es bastante baja y las autoridades están enfocadas en combatir otros delitos más violentos, la situación está empeorando cada vez más.
Fuente: mailchi.mp