Prácticas como aguantar la respiración después de que alguien estornuda o consumir montones de vitamina C son inefectivas o incluso dañinas.
¿Alguna vez ha empezado a consumir algo sólo porque un amigo le dijo que es bueno para la salud o ha cambiado elementos de su rutina porque escuchó por ahí que le sentaría bien? Seguramente todos lo hemos hecho, muchas veces sin antes verificar si es bueno o si realmente funciona. A continuación, algunos hábitos aparentemente buenos que no tienen efecto alguno o que pueden incluso ser dañinos.
1. Usar forros para inodoros públicos puede evitar que uno entre en contacto con fluidos de otras personas, pero son innecesarios cuando de evitar virus como el VIH y el herpes se trata. Estos son frágiles, mueren a menos que estén en el cuerpo cálido de un ser humano. Por más que el sanitario esté recién usado, el tiempo que pasa entre la salida del último usuario del baño y usted es suficiente para matar los patógenos que podrían infectarlo.
2. A menos que usted sea del 1% que padece enfermedad celiaca, evitar el consumo de gluten, proteína contenida en cereales como el trigo, no va a quitar ni poner. Si lo que le preocupa es la hinchazón estomacal o los gases que pueda producir la ingesta de trigo, estudios han demostrado que la mayoría de personas sufren en alguna medida esas molestias después de comer.
3. Cambiar la leche de vaca por la de almendras puede no ser tan bueno en términos nutricionales. Si bien la almendra es una fuente rica en proteína, un típico vaso de su leche realmente contiene 2% de almendra.
4. Tomar litros de vitamina C para hacer frente a una gripa puede ser nocivo, pues el tope de lo que un adulto debería consumir está en 2.000 miligramos al día. Excederse puede conducir a una diarrea, náuseas, vómito, dolor de cabeza, entre otros.
5. Por ser saludables muchos han optado por comer sólo la clara del huevo y no la yema. Pero cada vez hay más estudios que demuestran que comer huevo, con contenido de colesterol, no implica que se suban los niveles de colesterol en la sangre.
6. Si usted se lava las manos con frecuencia durante el día no tiene por qué bañarlas en gel antibacterial, entre otras cosas porque hay gérmenes que se atacan mejor con el jabón tradicional. Los norovirus y la colitis pseudomembranosa, por ejemplo, son resistentes al antibacterial.
7. Tomar multivitamínicos “porque sí” no ha demostrado que tenga un aporte efectivo a la salud. Es más lo que se puede obtener comiendo realmente bien que llenándose de pastillas todas las mañanas.
8. Aguantar la respiración luego de que alguien estornuda o tose sólo impide que usted inhale bacterias que vienen justo de frente hacia usted. Pero los gérmenes que expulsa alguien cuando tose o estornuda viajan a más de 80 kilómetros por hora, lo que les da tiempo suficiente para aterrizar en rostro u otras partes del cuerpo.
9. Por mucho tiempo se pensó que “sacarse las yucas” era un hábito que podía dañar las articulaciones. Estudios recientes, sin embargo, han llegado a sugerir que poder hacerlo es indicador de unas coyunturas bien lubricadas.
10. Comer todo bajo en grasa, de acuerdo con un estudio hecho con 50.000 mujeres durante ocho años, no demostró una gran incidencia en bajar de peso ni en la reducción de presencia de enfermedades como cáncer de seno. No se trata de comer sólo bajo en grasa, sino en cambio de consumir grasas “buenas” como las de los frutos secos, pescado y aguacate.
Fuente: www.elespectador.com