Hoy queremos hablaros de 3 semillas las cuáles se ha demostrado que son altamente anticancerígenas y que además se pueden complementar con el tratamiento de quimioterapia en el caso de que la persona se esté sometiendo a dicho tratamiento.
1. Semillas de manzana
Estas semillas los investigadores descubrieron que son altamente anticancerígenas, de modo que cuando comas una manzana nunca botes sus pepitas, porque estarás deshaciéndote de uno de los anticancerígenos más potentes de la naturaleza.
Los fitoquímicos que contienen las semillas de manzana son altamente anticancerígenos y además tienen otras propiedades antivirales, antialérgicas y antiinflamatorias.
Consumir las semillas de manzana tiene mayores efectos que la quimioterapia y por supuesto no causan los daños que sí produce este tratamiento tan agresivo.
2. Semillas de lino
Parte del menú de los faraones o del mismo Carlomagno, las semillas de lino tienen potentes efectos anticancerígenos gracias a su gran contenido en lignanos.
Las semillas de lino son especialmente efectivas para prevenir y tratar el cáncer de mama y entre otras cosas actúan como fitoestrógenos.
Estas semillas promueven la apoptosis de las células tumorosas y al mismo tiempo inhiben la angiogénesis evitando de ese modo la metástasis.
Además son una de las mejores fuentes de ácido alfa linoleico, que es un ácido graso esencial omega 3 muy importante para prevenir no solo el cáncer sino muchas otras enfermedades.
Se pueden consumir en muchos platos, tomarlas con la leche con el desayuno o incluso usarlas para elaborar pan, repostería o postres.
La dosis ideal a consumir es de 2 cucharadas soperas al día.
3. Semillas de damasco o albaricoque
Su contenido en vitamina B17 hace que sean potentes anticancerígenos.
En la naturaleza encontramos sustancias altamente anticancerígenas y sin los terribles efectos secundarios que proporciona la quimioterapia.
Esta vitamina se ha demostrado que ayuda no solo a prevenir con éxito el cáncer sino también a aumentar mucho las posibilidades de curarlo de una manera natural.
Para tomar las semillas del albaricoque lo que hacemos es romper primero el hueso con un martillo.
Se come únicamente la semilla en forma de almendra que está en el interior del hueso.
Existen en el mercado muchos suplementos de vitamina B 17 pero en estos casos no son tan efectivos como consumir las semillas de damasco o albaricoque ya que solamente estas semillas contienen los enzimas y cofactores necesarios para nuestro organismo.
Si quieres tapar el sabor amargo que tienen estas semillas puedes mezclarlas con una pizca de nuez moscada, cebada cruda o coco rallado.
Las semillas del durazno o melocotón y de la nectarina también contienen buenas cantidades de vitamina B 17.
Fuente: salud.facilisimo.com