En un frío día de invierno, una manada de erizos se juntan para resguardarse de la helada gracias a su propio calor, amontonándose unos encima de otros. Pero sucedió que se pincharon entre ellos y el dolor fue tal que tuvieron que separarse rápidamente, con lo que otra vez sintieron frío. Así que entre el peligro de morir de frío o de hacerlo por el dolor que se infringían mutuamente con sus espinas, acabaron encontrando la distancia correcta, aquella que les permitía no morir de frío y no hacerse demasiado daño, de manera que el frío y el dolor fuese soportable.
Podemos imaginar a los erizos que en busca de calor y compañía sufren un encuentro traumático donde al acercarse a alguien, incluso con buenas intenciones, pueden herir y resultar heridos.
Cuanto más cercana sea la relación entre dos seres, más probable será que se puedan hacer daño el uno al otro. Al acercarnos al otro, confiando en él y poniendo en sus manos la capacidad de hacernos felices, inevitablemente vamos a sufrir en algun momento. Cuanto mayor sea la intimidad, más probabilidad de sufrimiento.
Sigmund Freud usó el dilema del erizo en psicología para explicar el por qué del aislamiento. Como los erizos, ante la adversidad, podemos optar por alejarnos de todo y todos, establecer una distancia de seguridad que nos mantenga alejados de los demás, que nos proteja.
Hay gente que, sin llegar a rechazar a las personas, sí rechaza aquellas relaciones serias donde pueda llegar a exponerse. Gente que no se enfrenta a aquello que le pueda llegar a herir, gente que niega la realidad que le hace daño. Gente que ni da ni recibe, que exige apoyo y lealtad incondicionales; si alguien les hiere, entonces es que les ha traicionado.
Del mismo modo que los erizos, tenemos que elegir: nos mantenemos a una distancia prudencial, manteniendo relaciones superficiales que no nos comprometan demasiado, o nos arriesgamos a una relación íntima, profunda y confiada, en la que podamos sentirnos verdaderamente importantes en el corazón del otro.
La vida entraña cierto riesgo.
Hoy ¿qué vas a elegir?
Fuente: www.relaciondepareja.net