Al planear nuestro día, considerar una situación complicada, o resolver un problema, mantenemos una conversación (o monólogo) en nuestras mentes ("OK, primero tengo que pasar por los niños, después voy a pasar al súper, luego..."), pero ¿has notado que dicha conversación es en español?
Ahora bien, ¿te has preguntado alguna vez en qué idioma piensan las personas que no pueden oír? Piénsalo: si no puedes oír, ¿cómo puedes aprender un idioma? Y si no puedes hablar en ningún idioma, ¿en qué idioma piensas?
Esta interesante pregunta fue contestada por Cecil Adams de The Straight Dope. Aquí les dejo (la traducción de) su respuesta.
¿Se puede pensar sin un idioma? La respuesta: no, al menos no al nivel al que la gente está acostumbrada. Es por eso que la sordera puede tener consecuencias mucho más serias que la ceguera, desde el punto de vista del desarrollo. Los ciegos sufren bastante, incluyendo el no poder leer en la manera usual; pero incluso las personas que nacen sin poder ver aprenden a hablar en la infancia, y pueden luego llevar vidas relativamente normales. Un niño que nace sordo no corre tanta suerte: a menos que alguien se dé cuenta pronto que el niño no habla porque no puede oír, puede ser que su habilidad para comunicarse nunca progrese más allá de niveles rudimentarios.
El lenguaje de los sordos es un tema vasto que ha llenado muchos libros—uno de los mejores es Seeing Voices: A Journey Into the World of the Deaf de Oliver Sacks (1989). Todo lo que puedo hacer aquí es mencionar algunas proposiciones básicas:
Las personas de las que estamos hablando son completa y prelocutivamente sordas. Si pierdes el sentido del oído después de haber aprendido un idioma, tus problemas son más manejables: pensarás en el idioma que aprendiste y si se toman ciertos cuidados especiales en la escuela, tu intelecto progresará de manera normal. Dependiendo de las circunstancias podrías incluso aprender a hablar y a leer los labios.
Alrededor de un niño en mil, sin embargo, nace sin la habilidad de oír. Hace tiempo estas personas se conocían como sordo-mudos. Frecuentemente se les consideraba retrasados mentales, y en cierto sentido lo eran: nunca aprendieron un idioma, un proceso que prepara al cerebro para su desarrollo posterior. La edad crítica parece estar entre los 21 y los 36 meses. Durante este período los niños aprenden las bases del idioma fácilmente, desarrollando así infraestructura cognitiva esencial. Después es mucho más difícil. Si una persona congenitalmente sorda no es diagnosticada antes de iniciar la escuela, podría enfrentar severos problemas de aprendizaje por el resto de su vida, aun si otros aspectos de su intelecto son normales.
Las personas completa y prelocutivamente sordas sí aprenden un idioma, pero se trata de un idioma gestual en lugar de verbal. Aquellos que no saben hablar con señas, pueden suponer que es una especie de comunicación parecida a la clave Morse, pero no, el alfabeto manual es sólo parte del lenguaje. Los lenguajes de señas o signos son, de hecho, lenguajes naturales independientes, creados por gente ordinaria y transmitido culturalmente de generación a generación. Son similares al chino—un gesto particular puede significar una palabra o frase completa.
Un lenguaje de señas puede aprenderse sin dificultad a edad temprana. Aquellos que lo hacen, lo usan tan fluidamente como la gente habla en lenguajes verbales. Un lenguaje de señas equipa a la persona con la habilidad para manipular símbolos, entender abstracciones, y adquirir y procesar conocimiento activamente—en pocas palabras, pensar, en el sentido usual del término.
Ahora la respuesta a la pregunta es obvia. ¿En qué lenguaje piensan los sordos? Pues en un lenguaje de señas, asumiendo que tuvieron la fortuna de aprenderlo en su infancia. Las personas que no son sordas solamente pueden tener una idea general de qué realmente significa esto—la diferencia entre los lenguajes auditivos y visuales es mucho más grande que la diferencia entre, digamos, el inglés y el ruso. Existen estudios que muestran que el cerebro de una persona congenitalmente sorda está organizado de manera diferente al de una persona que puede oír.
Qué interesante, ¿no les parece?
Fuente: pedazosdecarbono.blogspot.com.ar