Hay dietas de todos los tipos y para todos los gustos, más o menos efectivas. Las hay tan polémicas como la dieta de la alcachofa, en la que este vegetal se hace protagonista; la de los bocadillos, que promete ayudar a perder peso comiendo bocatas; o la famosa dieta Dukan, para la que más te vale adorar la carne. Pero… ¿Y si nos proponen bajar de peso a base de vino y jamón ibérico? Como poco, prestaremos atención a la propuesta.
El naturópata experto en Nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad, Rubén Bravo, es el creador de esta particular dieta y asegura que con su método es posible perder entre 4 y 6 kilos. Hay que tener en cuenta, no obstante, que el resultado también depende del ejercicio diario, el sexo y otros aspectos individuales.
La duración de esta dieta es de cuatro semanas y, en ese tiempo, todos los días se come jamón y se bebe vino.
¿Por qué jamón y vino?
Conocidos son ya los beneficios del vino (siempre con moderación) sobre la salud, como prevenir el envejecimiento celular prematuro y combatir ciertas enfermedades coronarias, entre otros. El vino debe ser tinto, porque las principales propiedades beneficiosas las aportan el resveratrol y los taninos, que se encuentran en la piel de la uva. En el proceso de maceración en el vino tinto se utiliza la uva entera, a diferencia de lo que ocurre con los vinos blancos.
Por su parte, el jamón ibérico contiene pocas grasas saturadas, no eleva colesterol y sin embargo aporta hierro y vitaminas del grupo B.
Siempre con medida
¿Has renunciado alguna vez a hacer planes con amigos o al aperitivo por estar a dieta y no querer arruinarla? Con la dieta del jamón y el vino no es necesario, ya que salir con los amigos y tomar una copita de vino y jamón es totalmente posible, además de un plan perfecto.
Pero ojo: El nombre de la dieta no implica que se coma solo eso y a todas horas. El jamón ibérico y el vino formarán parte de una alimentación equilibrada y saludable, acompañada de actividad física regular y de indicaciones concretas.
Este método requiere seguir seis pautas:
1. El pan sólo se come en el desayuno. Se acompañará de dos lonchas de jamón y café solo o con leche desnatada o una infusión.
2. El vino, con medida: una copa de 150 ml. para las mujeres y dos copas para los hombres (comida y cena).
3. A media mañana, fruta (evitar los plátanos).
4. Comidas: Las verduras, la carne a la plancha o el pescado deben ser los protagonistas.
5. A media tarde, yogur desnatado, frutos secos y café solo o infusión.
6. Cenas: Una crema de verduras, vegetales a la plancha, pavo o pescado bajo en grasas, pueden acompañarse de un poco de jamón ibérico.
Fuente: www.cocinatis.com