Más de 1.000 personas fueron seguidas durante 20 años como parte de un estudio internacional que buscó analizar el efecto de la marihuana sobre el cerebro. El resultado: a mayor consumo e inicio temprano menor coeficiente intelectual.
"Los adolescentes que fuman marihuana con regularidad corren el riesgo de que su coeficiente intelectual disminuya a largo plazo", concluyó un estudio realizado en conjunto entre el King`s College de Londres, la Universidad de Duke (Durham, Estados Unidos) y la Universidad de Otago (Dunedin, Nueva Zelanda).
Para realizar el estudio los técnicos trabajaron con 1.037 personas a las que siguieron desde su nacimiento hasta que cumplieron 38 años. Cuando llegaron a los 13 años, y todavía no se habían iniciado en el consumo de marihuana, los sometieron a pruebas de memoria, de capacidad de procesamiento y de razonamiento.
A lo largo del tiempo les preguntaron frecuentemente si fumaban o no y así fueron registrando la etapa en que cada uno comenzaba a consumir. Una vez que cumplieron 38 años los volvieron a someter a los mismos chequeos de la adolescencia.
Entonces, descubrieron que los que habían comenzado a fumar cannabis en la adolescencia tenían cifras peores en la mayor parte de las pruebas. Pero eso no es lo más llamativo. Los consumidores más asiduos a la droga que habían comenzado siendo adolescentes habían sufrido una pérdida de ocho puntos en su coeficiente intelectual (IQ por sus siglas en inglés).
El informe ilustró que una persona sana que pierde ocho puntos de IQ sufre un grave retraso en áreas importantes de su vida, como la educación y el nivel de ingresos. El deterioro de los participantes se observó en la memoria, la velocidad en la que procesaban la información, el razonamiento de los estímulos percibidos y la comprensión verbal. Todas estas alteraciones efectivamente les generaban problemas en su vida diaria.
Por otra parte, quienes nunca habían fumado esta droga presentaron una mejora de su coeficiente intelectual entre el registrado a los 38 años y el medido durante la adolescencia.
Una de las variantes del estudio en relación con otros similares es que tomó en cuenta el consumo de alcohol y la dependencia al tabaco u otras drogas, así como el número de años que los participantes estudiaron.
Cuanto más fumaban marihuana, mayor la pérdida de coeficiente intelectual, enfatizaron los científicos en sus conclusiones. Por otra parte, detectada la pérdida intelectual, dejar de fumar o reducir la frecuencia del consumo no logró restaurar lo perdido.
El estudio fue publicado en la revista especializada Procee-dings of the National Academy of Sciences. "El consumo persistente del cannabis por más de 20 años está asociado con el desgaste neuropsicológico y un mayor declive del IQ es evidente en aquellos consumidores persistentes", subrayó el informe.
Fuente: www.elpais.com.uy