Cuando se trata de estar informado y hacer descubrimientos que ni la misma Agencia Nacional de Seguridad puede compararse con un papá meticuloso.
Entre sus tontos calcetines con sandalias, su mirada cansada, las 20 preguntas que hacía cada vez que salía de casa, y la forma como conversaba con las otras personas en mi vida; solía pensar que mi padre tenía que ser el tipo más fastidioso del planeta. Ahora comprendo que solo era el más amoroso.
Una investigación ha demostrado que los niños cuyos padres están más involucrados en las vidas de sus hijos y son cariñosos, tienden a tener un mejor desempeño escolar, una sana autoestima, muestran más empatía y sociabilidad, evitan comportamientos de alto riesgo incluyendo el abuso de drogas y las actividades criminales. La sociedad podría necesitar más padres así.
1. Muéstrate en público con tu familia
Aceptémoslo, siempre usas la ropa incorrecta, dices las cosas equivocadas y luces como tonto haciendo todo lo que les gusta hacer a los niños. Podría parecer que tu hijo quiere aparentar que no tuviera padres –que nació de manera espontánea, de la nada- pero en el fondo, le gusta que estés cerca. Para que tus hijos tengan un buen ejemplo, tienen que verte.
2. Platica con tus hijos
Platica con tus hijos pequeños, mientras ellos todavía desean contarte cada detalle. El hecho de que los escuches los hace sentir que miden 10 pies. Conversa con tus hijos mayores, aunque no quieran. Pregúntales acerca de su día. Pregúntale a tu hijo a dónde va, lo que está haciendo y a qué hora regresará a casa. Nunca sabrás los problemas a los que se enfrenta tu hijo si no le preguntas. Nunca podrás influir en sus decisiones si no hablan de ellas.
3. Habla con los amigos de tus hijos
Si tu hija se avergüenza cuando la acompañas a algún lugar y le diriges la palabra mientras están allí, solo espérate a que le digas, "¿Qué onda?" al chico lindo de su clase. No obstante, hablar con los compañeros de tus hijos es una estrategia inteligente; puedes aprender mucho acerca de tu hijo al hablar con ellos, de la misma manera que lo haces con tus hijos. También te puede ayudar a entender una situación en particular cuando surja algún problema. No tienes que ser "buena onda", sólo amistoso.
4. Platica con los padres de los amigos de tu hijo
(Puede ser un tema sensible) No sabías que el padre de Billy era un cazador profesional de Ovnis, o que la madre de Beatriz tiene un jardín de 'hierbas especiales' en el sótano, ¡es tu culpa! Antes de permitir que tu hijo pase mucho tiempo en casa de otra familia, es bueno saber un poco acerca de ellos. Si sientes que los padres podrían no ser la mejor influencia, organiza reuniones o actividades para que compartan en tu casa.
5. Siempre preséntate en las juntas de padres de familia
No hay nada más fastidioso que tu papá ande investigando lo que haces todo el día, cómo te comportas cuando no estás bajo su atenta mirada y qué calificaciones obtienes en matemáticas. Esto puede dar lugar a que un papá tome medidas para asegurarse que su hijo reciba más horas de estudio, mejore sus habilidades sociales, tenga una mejor educación y entre a la universidad, ayudándole a avanzar en la vida. ¡TERRIBLE!
6. Asígnale tareas a tu hijo
Los platos no se lavan solos. Los niños necesitan saber que si hacen un desastre, incluso por una buena razón, tienen que ser ellos mismos los que lo limpien. Podrías optar por pagarles a tus hijos por trabajos especiales, pero necesitan hacer la mayoría de las tareas con regularidad, ya que son miembros de la familia y deben contribuir con ella. Mi hija preguntó una vez cuánto iba a pagarle por la limpieza. Le dije que le daría un almuerzo y cena gratis a cambio de su trabajo
7. Establece reglas fijas
La reglas acerca de lo que pueden ver en la televisión, cuánto tiempo pueden jugar juegos de video, enviar mensajes de texto durante la cena, así como la hora en que deben estar en casa, o en que deben ir a dormir, todas esas reglas son en suma molestas. Lo que los niños no saben, es que tus reglas molestas mantendrán sus vidas estructuradas. Las estructuras mantienen a los niños más felices y libres de problemas.
8. Anima a tus hijos
Puede que tu hijo no note cuando le gritas, "¡Bien hecho, pequeño!" desde las gradas, pero si le gusta saber que lo apoyas. Sólo asegúrate de hacer comentarios positivos, sin importar la actividad. A los niños les gusta que sus padres sean sus súper fanáticos, no sus entrenadores.
9. Asegúrate que luzcan bien
Dile a tus muchachos que se suban los pantalones y a tus niñas que se bajen la falda. Asegúrate que no parezca que viven en las calles. Algún día tu hijo querrá conseguir un trabajo o ir a la universidad, así que no permitas que tomen ninguna elección irreversible en su apariencia como una plétora de perforaciones o un tatuaje de vampiro en su cuello.
10. Hazles bromas tontas
Podrán estar renegando por fuera, pero están riendo por dentro. Bromear con tus hijos los ayuda a entender que aunque la vida está llena de asuntos serios, está bien aligerarla de vez en cuando.
11. No les des dinero nada más porque sí, hazlos que se lo ganen
A veces los hijos piensan que el dinero crece en los árboles. Antes que despierten de una forma brusca a la edad adulta, enséñales los principios detrás de los conceptos de ganar, gastar y ahorrar. Tus hijos pueden ganar dinero haciendo trabajos especiales en la casa, cuidando niños o ayudando en el jardín del vecino. Pueden elaborar artículos de artesanía y venderlos. Si tu hijo quiere el aparato de moda, dile que sea creativo, obtenga ingresos y se lo gane.
12. Insísteles que traten a su madre con respeto
No dejes que los niños traten mal a su madre. Ayúdalos a reconocer todas las cosas buenas que ella hace por ellos. Enséñales a decir, "Por favor" y "Gracias". Ayúdalos a hacer los dibujos que pegarán en el refrigerador y los ramos de flores del jardín para que le muestren cuánto les importa ella. Muéstrales con tus acciones que su mamá es un tesoro. El que la trates como una reina puede hacer que renieguen, pero también les enseñará a tratarla de la misma forma.
13. Abrázalos
Contacto físico — ¡Qué fastidioso!
Fuente: familias.com